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Los hechos se dan en todas las categorías
En la Comisión de Seguridad de la FEF no existen denuncias, este diario conoció cuatro casos de intimidación
Darwin Zambrano López es un árbitro de tercera categoría que nunca pensó que por este oficio pondría en riesgo su vida. El 1.º de julio pasado, mientras caminaba rumbo al estadio del cantón Valencia (provincia de Los Ríos) para asistir como juez de línea en el partido Nápoli contra Santa Rita, fue interceptado por dos sujetos en una moto, que fueron tajantes: "O haces ganar al Nápoli o te mueres". Le apuntaron con un arma de fuego.
Han sido siete años de pitar partidos y de recibir insultos, pero es la primera vez que fue amenazado de muerte, según relata Zambrano López, algo más repuesto del susto. "Desde ahora tenemos recelo para pitar a ciertos equipos, pero qué podemos hacer, esta es nuestra profesión". Por pitar un partido en tercera categoría, un árbitro como Zambrano gana $60.
El partido no se jugó. Fue suspendido hasta segunda orden por la Comisión de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Sin embargo, el temor en él persiste, al igual que en la mayoría de los 58 réferis que tiene la provincia de Los Ríos. "Tengo pánico de que la amenaza pase a los hechos, en mi contra, de mi familia".
Otro suceso similar vivió Fabricio Quinteros, juez de la serie B, quien fue designado para el encuentro entre Imbabura y Valle del Chota el pasado 1.º de junio. Ese encuentro que fue ganado por el equipo imbabureño por 3-2.
Quinteros fue amenazado de muerte pocas horas antes del partido. El hecho se produjo a las 12:00 en las instalaciones del hotel Royal Ruiz, en donde los cuatro jueces se hospedaban. Dos personas armados ingresaron a la habitación 210 y lo amenazaron. Allí, el pedido fue: "Cuidado con favorecer a Valle del Chota".
Lo ocurrido fue comunicado a través del informe arbitral a la Comisión Nacional de Arbitraje, para que sea investigado, cuenta el réferi de 35 años. "Uno siente impotencia-dice- porque las personas no entienden que vamos a realizar nuestro trabajo. No buscamos perjudicar o favorecer a nadie".
En la Comisión de Arbitraje de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, según Alfredo Intriago, presidente de la Asociación de Árbitros del Ecuador, "hay más casos". La mayoría de las denuncias solo son verbales y quedan de registro para las investigaciones respectivas.
El 15 de mayo de 2009, Miguel Hidalgo, árbitro de la Serie A, también fue amenazado de muerte, antes de que dirigiera el juego en que Éspoli perdió 3-2 ante Macará en Ambato, recibió una llamada a su teléfono móvil.
El árbitro, que es vigilante de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE), sostuvo que le dijeron que si no ganaba Éspoli, no llegaba a Daule vivo. Las investigaciones que realizó la Fiscalía de ese cantón no dieron con los responsables y el caso fue archivado por falta de pruebas.
El jefe de la Comisión de Seguridad de la FEF, José Vinueza, afirma que desde hace cuatro años la delegación que preside ha procesado una "labor preventiva", que está basada en la protección de los árbitros en conjunto con la Policía Nacional.
A su vez, lamentó que en la comisión de Seguridad no haya denuncias concretas puesta por algún árbitro, recalcó que esta "no es una comisión de investigación, sino de seguridad, que trata de prevenir los hechos de violencia".
Hay quienes piensan que el trabajo que la FEF realiza en conjunto con la Policía no es el mismo desde hace nueve meses, como el árbitro de primera categoría Samuel Haro. Él presentó, 8 de noviembre de 2009, una denuncia en la Fiscalía de Riobamba por amenazas de muerte contra él y su familia.
El juez de 34 años, dijo que, mientras dirigía el partido entre Liga de Quito y Macará, en el estadio Casa Blanca de Quito, un pariente recibió dos llamadas en las cuales los insultaban y amenazaban. Las investigaciones, según él, no avanzaron por falta de pruebas, a pesar de que la fiscalía identificó el lugar de donde se efectuaron las llamadas.
Fuente: DIARIO HOY*
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