jueves, 2 de septiembre de 2010

AUTOCRÍTICA........

***SNN
EL UNIVERSO


Emilio Palacio
epalacio@eluniverso.com

El sábado el Presidente de la República se acordó de mí, a los tiempos. “¿Será que prepara algo?”, me pregunté, temeroso como soy. En las últimas semanas algunos medios gobiernistas me dedicaron unos lindos piropos y cuando eso ocurre es mejor estar atentos. Pero luego me enteré de que lo que hizo Correa fue leer uno de mis artículos… ¡de hace 9 años! Entonces volví a leerlo yo también y, vanidoso como soy, me dije “¡Qué lindo artículo, con razón le gustó al Presi!”. Así que lo reproduzco para que ustedes también lo lean:

“En estos días el presidente Gustavo Noboa anda furioso con la prensa escrita. Algunos de mis colegas periodistas están molestos por ese motivo. No veo por qué. Los presidentes deberían tener derecho a criticar ellos también lo que la prensa diga o lo que la prensa calle. Una de las cosas que más falta nos hace a los ecuatorianos es comprender de una vez por todas que los medios de comunicación, como los abogados y los sacerdotes, como los médicos y la publicidad, o como los dirigentes políticos y gremiales, no siempre dicen la verdad.

“Los periodistas no somos perfectos. Cometemos errores. Desde muy joven me llamó la atención el hecho de que los periodistas estemos forzados a escribir sobre todo o casi todo, y sin embargo, no somos especialistas en nada. Luego comprendí que no podía ser de otro modo: no podríamos pedirle a un reportero que se gradúe de médico antes de cubrir la amenaza del meningococo, de abogado antes de investigar a un juez corrupto, y de militar antes de informar sobre la guerra en Afganistán. Pero sí podemos exigirle que tenga conciencia de sus limitaciones, y acuda a todas las fuentes posibles armado de mucha modestia y ánimo de aprender, dos cosas que lamentablemente no sobran en nuestro medio.

“Los periodistas tampoco somos la opinión pública. Lo que escribimos no siempre refleja el punto de vista de la mayoría de la población. Menos mal. Detestaría vivir en un mundo donde solo hiciese falta abrir un periódico para enterarnos de la verdad revelada. Es mucho mejor este mundo imperfecto, donde lo único que existe es una verdad a medias, siempre en construcción, forjándose a través del choque permanente de opiniones distintas. Qué pena me dan esos países, incluido el nuestro, donde demasiados medios de comunicación se contentan con repetir lo que todos dicen y jamás se abren al debate de una idea distinta.

“Los periodistas somos vulnerables y con frecuencia tenemos miedo. Una vez alguien me preguntó: ‘¿Le tiembla la mano, señor Palacio, cuando escribe sobre fulano de tal (un banquero ladrón que vive en Miami)?’. Medité un poco y respondí: Sí, me tiembla la mano, lo reconozco; los banqueros, políticos y jueces deshonestos (la Trinidad de nuestras mafias locales) son gente muy poderosa, que ha hecho mucho daño, y que tratarán de destruir a cualquiera que los enfrente. Un periodista de verdad no es un superhéroe sino un ser humano que todos los días debe vencer sus miedos para escribir la verdad en la medida que esté a su alcance.

“Los periodistas tampoco somos santos. Tenemos intereses personales, vanidades, exceso de orgullo, y eso con frecuencia obnubila nuestros ojos y oídos. Y no faltan, por supuesto, aquellos que se prostituyen y entregan al mejor postor. ¿Acaso no lo hemos visto en los últimos años? ¿Acaso no conocemos los nombres de muchísimos que se ganan la vida aplaudiendo los intereses de otros, siempre de los poderosos?

“Pero no veo que el Presidente se sienta incómodo con todo esto. No veo que le molesten esos periodistas que tienen el ego más grande que una catedral, o que escriben la verdad revelada, o que han vendido su alma a banqueros y políticos ladrones. Observo que solo le molestan los que critican su gestión, o no aplauden a sus ministros.

“Está en su derecho, por supuesto, pero eso al país no le sirve de nada”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario