***SNN
El Universo
David Samaniego Torres
dsamanie@uees.edu.ec
La comunicación es un proceso intencional que va de la mano con la información; vale decir, siempre que nos comunicamos al mismo tiempo informamos. No sucede igual con la información, porque esta no necesariamente implica comunicación. Las bibliotecas están repletas de información para quienes intencionalmente acceden a ellas en su busca. La comunicación es siempre activa, la información puede ser solo pasiva. Existen personas que no establecen diferencia entre los dos términos porque opinan que todo proceso de información es también comunicación: “quot capita, tot sententiae”(tantas cabezas, tantos juicios), amigas y amigos de EL UNIVERSO.
Los párrafos siguientes intentan comunicar mis apreciaciones sobre ciertas comunicaciones individuales y colectivas que pueden ser responsables o marcadamente irresponsables. ¿Por qué o cuándo una comunicación es irresponsable? That is the question.
-La esencia del chisme radica en contar a alguien cierta “información confidencial” sobre “otro alguien”; esta debe contener ribetes muy personales, desconocidos, secretos, picarescos, escabrosos; al contar se lo hace con picardía, con aparente extrañeza de lo sucedido, pero finalmente con deleite, con gusto, porque de otra suerte el chisme habría dejado de existir hace siglos. Mientras hayan chismosos y chismosas su producto, el chisme, tendrá demanda. Los chismes pueden ser políticos, barriales, familiares, deportivos, etcétera; son de variada índole. El grado de responsabilidad sobre un chisme dependerá de la materia grave o leve del mismo porque puede tratarse de banalidades, calumnias o traiciones.
-Información se recibe en los diversos niveles de educación y en diversas instancias e instituciones creadas ad hoc. Esta clase de información se promociona por sí misma; la gente sabe, por instinto o luego de experiencias negativas, a donde debe acudir para mejorar sus conocimientos. Cuando el estado se convierte en juez del aprendizaje y del saber, se equivoca de cabo a rabo porque se adueña mañosamente de competencias que no le pertenecen.
-El mundo que nos toca vivir es fascinante, pero tremendamente complejo. Cuando oigo a ciertos chamanes hablar de la aldea global, del país sin fronteras, de la anulación de visas, que somos dueños del universo y que tenemos derecho a transitar y estar en cualquier sitio, sin cortapisas, me percato de que “soñar nada cuesta” y también de que “de sueños nadie vive”. Nuestra misión es transformar el mundo, hacerlo más humano, dentro de las normas, reglas, principios, acuerdos y leyes creados para propiciar la convivencia civilizada de los humanos.
-Alguien abogó por una prensa libre sin fines de lucro, echando así a rodar una utopía que puede arrancar aplausos de quienes no han administrado “ni siquiera la tienda de la esquina”. La información que producen, minuto a minuto o día a día, los medios de comunicación social es un bien tremendamente costoso que requiere de ingentes recursos de diversa índole para servir con calidad a quienes se nutren de ella. El recordado Pedro Calderón de la Barca, otra vez acierta: “… toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”. Informar responsablemente es un imperativo ético. Necesitamos gobernantes que pisen tierra firme sin dejar de mirar a las estrellas.
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