domingo, 19 de septiembre de 2010

Hágase tu voluntad

***SNN
EL UNIVERSO

El gran defecto de casi todos nuestros políticos es que creen tener todas las respuestas, cuando en realidad ni siquiera se han llegado a plantear las preguntas que importan.

Alianza PAIS ha perfeccionado este sistema. No solo tiene respuesta para todo; sino que esa respuesta además es siempre la misma.

¿Qué hacemos con las universidades? Lo que diga Correa. ¿Y con los medios de comunicación? Lo que diga Correa. ¿Y con los jubilados? Lo que diga Correa. ¿Odiamos a los pelucones? Lo que diga Correa. ¿Odiamos a los indios? Lo que diga Correa. ¿Estuvo bien que la policía desaloje a los pequeños mineros? Lo que diga Correa.

Correa ha resuelto, por ejemplo, que su partido no será partido sino movimiento. De ese modo no estará obligado a convocar a elecciones internas. Sus amigos de turno, a los que a veces llama en broma el Buró Político, designarán a los cuadros dirigentes. Luego a los subsecretarios, directores, empleados y periferia, fusionando completamente al partido con el Estado. De hecho así funcionan ya, pero quieren consolidar el modelo.

Y como Correa lo ha resuelto, así se hará.

Este partido-Estado no tendrá una ideología clara sino una amalgama expresamente confusa. ¿Socialista no era Corea del Norte? No, señor, esa era una mentira del imperialismo y de Marlon Santi. El socialismo del siglo XXI ha vivido todos estos años en Corea del Sur.

Estamos progresando: en sus inicios, Lucio Gutiérrez promovía el socialismo de… Taiwán.

Pero como Correa ha resuelto que le gusta Corea, así se hará.

¿Cuál es el modelo coreano? Muy sencillo: el Gobierno decide, sin consultar con nadie, cuál será el grupo económico ganador. Ese grupo de empresas recibirá todos los beneficios. Los demás, el Estado ayudará a derrumbarlos. Y si alguien se queja, pues qué pena, porque en Corea del Sur gobernó un solo partido (a través de varias dictaduras) desde 1960 hasta 1997 al menos.

Es un modelo que a muchos les gusta. A mí no. Prefiero la democracia, con todos sus defectos.

¿Es una ideología liberal? No, porque el Estado lo decide todo. ¿Comunista? Tampoco, porque está previsto que los grandes ganadores sean las corporaciones capitalistas. Pero si es de izquierda o de derecha no importa. Correa lo ha resuelto y así se hará.

Por último, Correa envió 2.000 policías bien armados para que desalojen a un grupito de mineros medianos y pequeños justo la semana que se reúne a la convención del partido-Estado. ¿Por qué no esperó unos días? ¿Acaso no previó que la noticia podría dañarle la fiesta? Todo lo contrario. Correa ha leído mucho a Stalin y Mussolini, seguramente.

De ellos habrá aprendido cómo se construye un partido de incondicionales. Cada cierto tiempo, hay que ponerlos a aplaudir al líder ante una gran demostración de fuerza bruta. De ese modo se comprometen. Cuando se levantan y gritan con fervor, lo que en realidad están haciendo es un juramento ante el gran líder: Tú decides a quién premias, tú decides a quién castigas, a tu voluntad nos sometemos.

Así son los partidos que sustentan el totalitarismo.

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