viernes, 6 de agosto de 2010

¡Un fiscal!

***SNN
EL DIARIO / Opinión
Jorge Bello M

Se busca un fiscal que investigue, acuse y persiga la corrupción en el Ecuador; y no me refiero al puesto formal e institucional que está encargado al amigo íntimo del presidente, sólo porque así lo quiso y quiere el presidente; me refiero a un fiscal político, activista y mediático, que evidencie, en todos los medios y escenarios posibles, la desnudez de moral que se desborda en lo que muchos trasnochados se atreven aún a llamar "el proyecto". Pamplinas.

El gobierno anunció que develará en los próximos días varios hechos comprobados de corrupción. A falta de fiscalizadores políticos independientes y una legislatura bloqueada, se inventan los propios. Dosifican la exposición de acuerdo a la agenda y estudiando los impactos. Que se cuiden los tontos fuera del círculo, ellos serán parte del experimento de escarnio para la entretención. Las vacas sagradas, sagradas serán.

Es penoso que el otrora llamado gran hermano, con la inmensa cola de paja que adorna su trasero político, pretenda erigirse en ese necesarísimo fiscal; sin embargo, hay que reconocer que derrocha gracia, carisma, tiene facilidad de comunicación con las masas , buenas fuentes de datos y contactos; elementos indispensables para el fiscal que requiere el momento político que vive el país.


Nótese que no digo “la democracia”, porque el que aún dispongamos de ciertas libertades y formalidades democráticas, no significa que hay democracia plena.
Siguiendo con el tema de este fiscalizador político que no lo tiene el gobierno y que, paradójicamente, hasta le podría venir bien y servir como un legítimo contradictor y veedor de sus procesos; tampoco termina de aparecer entre los opositores, generando un grave vació de contrapoder.


La prensa independiente está cumpliendo su rol de prensa independiente, más allá de los embates e intentos de ser arrastrada al campo de la confrontación política que aduce la propaganda oficial; pero no llena ese vacío de fiscalización política que requiere el país y está bien, porque, reitero, debe seguir siendo prensa independiente.
Leonardo Viteri lo hace bien, lastimosamente redujo y limitó su campo de acción a los temas médicos o de salud y de allí dice que no sale; Galo Lara, va a destiempo y comunica mal; León Roldós escribe de manera brillante, fuerte y documentadamente sus deficiencias comunicacionales restan contundencia a sus argumentos. Nebot, Gutiérrez, Noboa y otros, no tienen estilo y están en otro patín.

Carlos Vera tiene todo para ocupar ese rol en la coyuntura política del país: posee contactos, sabe investigar y verificar, comunica profesionalmente, tiene carisma. Le restan canales, pero le sobra creatividad, entereza y firmeza. Sin embargo, cree vehementemente en que la revocatoria del mandato es la única salida que tiene el país en este momento y trabaja enteramente por ello.

El país sigue esperando ese fiscal.


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