Las payasadas, pasión de vida que no se extingue
Melenita, Tonelada y Frunita por más de diez años les han sacado sonrisas a chicos y grandes. Estos payasitos definen su oficio como una vocación.
Hoy se recuerda el Día Internacional del Payaso. Tres de ellos dicen que para serlo se requiere vocación.
De lunes a viernes Javier Pillegua trabaja como taxista informal. Durante unas doce horas diarias conduce su pequeño auto bajo el intenso sol que azota en estas épocas a la ciudad.
Aquellos cinco días de la semana son su rutina: ir y venir, de un lado a otro, tomando y dejando pasajeros. Pillegua dice que esa labor le da la oportunidad de sacar adelante a su familia, es su medio de sustento.
Pero todos los fines de semana este hombre, de 33 años, “se transforma”. Las pinturas de colores encendidos, los trajes anchos con lentejuelas en tonos rojos y amarillos, y los zapatones de talla 80 se vuelven parte de su personalidad.
Pillegua tiene varias facetas, no solo es padre, esposo y taxista. Según él, su misión en esta vida es dar felicidad a los demás. “Hacer reír es mi pasión, sacarle una sonrisa a un niño, para mí, es una recompensa”, comentó.
Él es un payaso, ese personaje que ha estado presente en las celebraciones de grandes y chicos y que en muchas ocasiones con sus chistes ha sacado más de una sonrisa e incluso una que otra lágrima a la gente.
Cada sábado este hombre, con 20 años de experiencia en el oficio y que en el mundo de los payasos es conocido como Melenita, por su larga trenza de cabello natural, sale desde su casa, ubicada en el sur, hasta las calles Lorenzo de Garaycoa y Colón, en el sector donde hay locales de ventas de artículos para fiestas infantiles.
Allí se encuentra con César Moncayo (Tonelada) y Ulises Moncayo (Frunita), sus inseparables compañeros. Ellos también son payasos.
En medio del tumulto que hay en el centro de la ciudad, los tres payasitos recorren de una esquina a otra, con álbumes fotográficos en las manos, en busca de algún cliente.
Las imágenes que enseñan no son de fiestas familiares, sino una muestra de sus trabajos. En días buenos obtienen de dos a cuatro contratos a la semana, dependiendo del tipo de evento ya sean cumpleaños, matrimonios u otros.
Tonelada y Frunita coinciden en que se iniciaron en la niñez, producto “de la herencia familiar”, o en las calles. Y otros como Melenita, que desde los 13 años trabajó en un circo como asistente de payasito.
Ellos consideran que hacer reír a la gente no es un trabajo, sino una vocación. “No me veo haciendo otra cosa, ser payaso es mi vida, siempre fue mi sueño alegrar a las personas”, dijo Tonelada, quien desde hace 35 años es payaso.
Este artista de las carcajadas, que en sus inicios actuaba en parques y colectivos, como casi todos los que comienzan en este oficio, ahora comparte su pasión con tres de sus cuatro hijos.
Daniel, Jacinto y Jorge, de 27, 25 y 13 años, respectivamente, lo acompañan en algunas fiestas que lo contratan. Se hacen llamar Los Toneladas.
Tonelada está orgulloso de que a sus hijos también les guste ser payasos. Aunque no descarta que en un futuro deseen dedicarse a otra actividad.
Frunita, quien por coincidencias de la vida se apellida igual que Tonelada, tiene 26 años y es el más joven de estos tres payasos. Lleva once años ejerciendo el oficio y dice sentirse satisfecho al cumplir su labor.
Hoy, al recordarse el Día Internacional del Payaso, estos personajes que son parte del gremio exigen y recomiendan cerciorarse de la autenticidad de un payaso, ya que en ocasiones personas mal intencionadas se han hecho pasar por los de su gremio y han cometido actos delictivos que dañan su imagen.
En la Asociación de Payasos del Guayas, su presidente Johnny Machado, indicó que durante una reunión con varias organizaciones de artistas que ejercen el oficio, ya se estableció una fecha para celebrar el Día del Payaso en nuestro país.
Hoy
A nivel mundial se celebra el Día del Payaso. Según indica Johnny Machado, presidente de la Asociación de Payasos del Guayas, desde este año siete gremios eligieron al 16 de febrero como su Día Nacional.
Tarifas
Cuando la jornada les resulta conveniente, un payaso puede conseguir entre dos y cuatro contratos a la semana.
Cada uno puede pactarse entre $ 40 y $ 80. En época navideña también realizan actividades benéficas en fundaciones.
Fuente: EL UNIVERSO*
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