El “debate” electoral ecuatoriano debería girar en torno a cómo profundizar los cambios, ampliar los beneficios sociales, avanzar en la universalización de la seguridad social, asegurar la inversión pública....
Entrevistado por Exa-Radio Democracia (10/12), César Robalino, director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador, se resistió a opinar sobre los candidatos a la Presidencia, porque su criterio podría interpretarse como representativo de la banca; pero enfatizó que lo primero que hay que hacer es “tirar abajo esa Constitución” (refiriéndose a la de 2008), y añadió: “hay que reducir el tamaño del Estado”. Entiendo que esos sí deben ser los pensamientos de los banqueros.
Por su parte, la Cámara de Comercio de Guayaquil realizó (12/12) un “debate” entre candidatos presidenciales para 2013, al que solo asistieron: Lucio Gutiérrez, Guillermo Lasso, Álvaro Noboa, Mauricio Rodas, Norman Wray y Nelson Zavala. No estuvieron: Rafael Correa y Alberto Acosta.
Exceptuando a Wray y a Rodas, quienes aspiran a construir un espacio futuro para sus respectivos movimientos, y a Zavala, quien tendrá una mejor misión como pastor evangélico, las propuestas implícitas, directas e indirectas que hicieron los otros candidatos, apuntan a revertir el “modelo” afirmado en Ecuador durante el último lustro.
Por eso coinciden en tesis como retirar al Estado, suprimir impuestos, disminuir el “gasto fiscal”, promover el “emprendimiento”, abrir mercados, suscribir tratados de libre comercio, atraer capitales extranjeros, incentivar a los “sectores productivos”.
Es decir, volver al esquema económico y social que América Latina vivió desde la pasada década de los ochenta: mercado libre y empresa privada como supuestos ejes del desarrollo.
Ese esquema fracasó en la región y en Ecuador fue desastroso. Es el mismo “modelo” que reviven varios países europeos y que está provocando su estallido social.
Por tanto, el “debate” electoral ecuatoriano debería girar en torno a cómo profundizar los cambios, ampliar los beneficios sociales, avanzar en la universalización de la seguridad social, asegurar la inversión pública, continuar las reformas tributarias, afirmar al Estado en sus capacidades económicas, sociales e institucionales y, ante todo, volver más efectivos, concretos y prácticos los principios de la Constitución de 2008, que aprobó el pueblo ecuatoriano por referéndum.
Estos son los ejes temáticos para un país del futuro, en una América Latina que, además, vive una nueva época histórica. El “debate” presidencial permitió advertir que es un verdadero peligro para Ecuador el retorno al poder de los intereses simplemente bancarios y empresariales.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
Por su parte, la Cámara de Comercio de Guayaquil realizó (12/12) un “debate” entre candidatos presidenciales para 2013, al que solo asistieron: Lucio Gutiérrez, Guillermo Lasso, Álvaro Noboa, Mauricio Rodas, Norman Wray y Nelson Zavala. No estuvieron: Rafael Correa y Alberto Acosta.
Exceptuando a Wray y a Rodas, quienes aspiran a construir un espacio futuro para sus respectivos movimientos, y a Zavala, quien tendrá una mejor misión como pastor evangélico, las propuestas implícitas, directas e indirectas que hicieron los otros candidatos, apuntan a revertir el “modelo” afirmado en Ecuador durante el último lustro.
Por eso coinciden en tesis como retirar al Estado, suprimir impuestos, disminuir el “gasto fiscal”, promover el “emprendimiento”, abrir mercados, suscribir tratados de libre comercio, atraer capitales extranjeros, incentivar a los “sectores productivos”.
Es decir, volver al esquema económico y social que América Latina vivió desde la pasada década de los ochenta: mercado libre y empresa privada como supuestos ejes del desarrollo.
Ese esquema fracasó en la región y en Ecuador fue desastroso. Es el mismo “modelo” que reviven varios países europeos y que está provocando su estallido social.
Por tanto, el “debate” electoral ecuatoriano debería girar en torno a cómo profundizar los cambios, ampliar los beneficios sociales, avanzar en la universalización de la seguridad social, asegurar la inversión pública, continuar las reformas tributarias, afirmar al Estado en sus capacidades económicas, sociales e institucionales y, ante todo, volver más efectivos, concretos y prácticos los principios de la Constitución de 2008, que aprobó el pueblo ecuatoriano por referéndum.
Estos son los ejes temáticos para un país del futuro, en una América Latina que, además, vive una nueva época histórica. El “debate” presidencial permitió advertir que es un verdadero peligro para Ecuador el retorno al poder de los intereses simplemente bancarios y empresariales.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
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