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Prensa deportiva busca declaraciones previo al partido con Colombia. Fotos: Micaela Ayala/Andes.
Quito, 06 jun (Andes).- Es evidente el maltrato a la prensa deportiva durante los entrenamientos en la Casa de la Selección.
Ellos tienen que esquivar cámaras, cables, árboles, colegas y micrófonos para poder acercarse a uno de los futbolistas que tiene permitido dialogar con los periodistas. Una malla los separa. Hay quienes prefieren evitar la fatiga y observan en los alrededores lo que ocurre, sin poder conseguir su objetivo.
El trabajo de cada uno de los periodista es muy diferente, y el modo de trabajar depende del medio en el que laboran. Los periodistas de radio son los más afectados, pues ellos deben transmitir en vivo –sí o sí- los escasos minutos que los futbolistas opinan sobre determinado tema –que casi siempre es el mismo por las preguntas de los periodistas. Para la prensa “sacar algo nuevo” es muy complicado, pese a la presión de los editores de los medios.
La Casa de la Selección está ubicada en el nororiente de Quito y su ingreso es alejado de las vías principales de la ciudad. Muchos periodistas deben tomar dos buses para llegar al polvoriento espacio donde entrena la Tricolor y subir una pronunciada pendiente.
El departamento de prensa de la Ecuafútbol tiene dos formas de operar en la atención a los medios: rueda de prensa o zona mixta.
A la rueda de prensa asisten los jugadores que, al libre albedrío, elige el cuerpo técnico. Tres o cuatro elementos suben a la mesa llena de publicidad.
Los periodistas hacen sus preguntas, casi siempre dirigidas a los jugadores titulares. Algún elemento –que no tiene su puesto asegurado en la oncena- se dedica a escuchar la rueda de prensa pues ninguna pregunta va dirigida hacia él.
Los periodistas no ocupan las sillas que se encuentran frente a la mesa principal, pues deben registrar las grabaciones y ubicar sus micrófonos cerca de los cuatro parlantes de la sala de prensa. Ellos se quejan del audio. Los celulares que están cerca de los parlantes interfieren la señal y crean un ruido que daña el audio de las grabadoras. La situación es complicada, pero es lo más rescatable en la atención planificada por el departamento de relaciones públicas.
La situación en la denominada zona mixta es deplorable. La Casa de la Selección recibe a periodistas no solo de la capital, sino que viajan de provincias o incluso de otros países para esta cobertura. Asisten los que son y los que no son. El acceso es libre, tan solo deben presentar la credencial de un medio de comunicación.
Entre las soluciones para mejorar el trabajo es sectorizar a la prensa. Medios escritos, radios y televisión deberían separarse, pero los mismos periodistas no cumplen con lo establecido. “Uno de radio se va al grupo donde están los de prensa escrita para tener antes la declaración de un futbolista y ahí empieza el desorden. Todos quieren la noticia primero, somos desorganizados, es nuestra culpa”, manifestó Julio Paredes, periodista deportivo.
“Es un desastre, no tenemos espacio para trabajar y se complica bastante conseguir la información. Nosotros tenemos que sacar en vivo y por el sector no hay buena recepción de señal”, comentó William Dávila, periodista radial. Asimismo David Centeno, de prensa escrita, manifestó que no puede planificar temas especiales por el poco tiempo que tiene para hacer preguntas a los futbolistas. “Queremos hacer algo diferente, especial, pero es imposible”, agregó.
Ecuafútbol promete mejoras
La cancha principal, donde entrena la tricolor, está cerrada con mallas. Los periodistas deben ver el entrenamiento desde esa zona y, el contacto con los futbolistas, se hace en un espacio de cerca de seis metros en el que se realizó una abertura de las mallas. Los futbolistas, en su mayoría, son de alta estatura, por lo que los periodistas tienen que hacer malabares para acercarse a ellos.
“No se puede trabajar así”, comentó en voz alta un fotógrafo que prácticamente estaba aplastado contra la malla. El presidente de la Ecuafútbol, Luis Chiriboga, rondaba el lugar y escuchó las quejas de los periodistas cuando la famosa zona mixta había terminado. “Esa zona fue construida para ustedes”, dijo mientras señalaba una pequeña casa arriba de la cancha principal. Pero ese sector no fue aceptado por la prensa por estar muy alejado de la cancha.
Chiriboga le manifestó al jefe de prensa de la FEF, Víctor Mestanza, que se deben mejorar las condiciones de trabajo para los periodistas. “Buscaremos otra forma”, dijo, mientras los periodistas pedían que se realicen únicamente ruedas de prensas porque las zonas mixtas son “un maltrato”.
Ellos tienen que esquivar cámaras, cables, árboles, colegas y micrófonos para poder acercarse a uno de los futbolistas que tiene permitido dialogar con los periodistas. Una malla los separa. Hay quienes prefieren evitar la fatiga y observan en los alrededores lo que ocurre, sin poder conseguir su objetivo.
El trabajo de cada uno de los periodista es muy diferente, y el modo de trabajar depende del medio en el que laboran. Los periodistas de radio son los más afectados, pues ellos deben transmitir en vivo –sí o sí- los escasos minutos que los futbolistas opinan sobre determinado tema –que casi siempre es el mismo por las preguntas de los periodistas. Para la prensa “sacar algo nuevo” es muy complicado, pese a la presión de los editores de los medios.
La Casa de la Selección está ubicada en el nororiente de Quito y su ingreso es alejado de las vías principales de la ciudad. Muchos periodistas deben tomar dos buses para llegar al polvoriento espacio donde entrena la Tricolor y subir una pronunciada pendiente.
El departamento de prensa de la Ecuafútbol tiene dos formas de operar en la atención a los medios: rueda de prensa o zona mixta.
A la rueda de prensa asisten los jugadores que, al libre albedrío, elige el cuerpo técnico. Tres o cuatro elementos suben a la mesa llena de publicidad.
Los periodistas hacen sus preguntas, casi siempre dirigidas a los jugadores titulares. Algún elemento –que no tiene su puesto asegurado en la oncena- se dedica a escuchar la rueda de prensa pues ninguna pregunta va dirigida hacia él.
Los periodistas no ocupan las sillas que se encuentran frente a la mesa principal, pues deben registrar las grabaciones y ubicar sus micrófonos cerca de los cuatro parlantes de la sala de prensa. Ellos se quejan del audio. Los celulares que están cerca de los parlantes interfieren la señal y crean un ruido que daña el audio de las grabadoras. La situación es complicada, pero es lo más rescatable en la atención planificada por el departamento de relaciones públicas.
La situación en la denominada zona mixta es deplorable. La Casa de la Selección recibe a periodistas no solo de la capital, sino que viajan de provincias o incluso de otros países para esta cobertura. Asisten los que son y los que no son. El acceso es libre, tan solo deben presentar la credencial de un medio de comunicación.
Entre las soluciones para mejorar el trabajo es sectorizar a la prensa. Medios escritos, radios y televisión deberían separarse, pero los mismos periodistas no cumplen con lo establecido. “Uno de radio se va al grupo donde están los de prensa escrita para tener antes la declaración de un futbolista y ahí empieza el desorden. Todos quieren la noticia primero, somos desorganizados, es nuestra culpa”, manifestó Julio Paredes, periodista deportivo.
“Es un desastre, no tenemos espacio para trabajar y se complica bastante conseguir la información. Nosotros tenemos que sacar en vivo y por el sector no hay buena recepción de señal”, comentó William Dávila, periodista radial. Asimismo David Centeno, de prensa escrita, manifestó que no puede planificar temas especiales por el poco tiempo que tiene para hacer preguntas a los futbolistas. “Queremos hacer algo diferente, especial, pero es imposible”, agregó.
Ecuafútbol promete mejoras
La cancha principal, donde entrena la tricolor, está cerrada con mallas. Los periodistas deben ver el entrenamiento desde esa zona y, el contacto con los futbolistas, se hace en un espacio de cerca de seis metros en el que se realizó una abertura de las mallas. Los futbolistas, en su mayoría, son de alta estatura, por lo que los periodistas tienen que hacer malabares para acercarse a ellos.
“No se puede trabajar así”, comentó en voz alta un fotógrafo que prácticamente estaba aplastado contra la malla. El presidente de la Ecuafútbol, Luis Chiriboga, rondaba el lugar y escuchó las quejas de los periodistas cuando la famosa zona mixta había terminado. “Esa zona fue construida para ustedes”, dijo mientras señalaba una pequeña casa arriba de la cancha principal. Pero ese sector no fue aceptado por la prensa por estar muy alejado de la cancha.
Chiriboga le manifestó al jefe de prensa de la FEF, Víctor Mestanza, que se deben mejorar las condiciones de trabajo para los periodistas. “Buscaremos otra forma”, dijo, mientras los periodistas pedían que se realicen únicamente ruedas de prensas porque las zonas mixtas son “un maltrato”.
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