viernes, 24 de agosto de 2012

Policía y Fiscalía indagan muerte de un uniformado y un civil en Quito


***SNN






Dos hombres de tez trigueña fueron encontrados muertos al occidente de Quito.


Un morador del sector encontró los cuerpos a un costado de la calle y llamó a la Policía. Tenían entre 4 y 6 horas de muertos.


Desde esta mañana se realiza el velatorio del policía Hugo G. en la funeraria Casa Girón. Los familiares aún no encuentran explicación a su muerte.

El uniformado y el civil Marco C.fueron hallados muertos ayer, en el sector de Santa Anita, en el norte de Quito. De acuerdo a los primeros informs de la Policía, el gendarme tenía cuatro impactos de bala, además de señales de estrangulamiento. Marco C., en cambio, tenía dos heridas también por arma de fuego.

Según el coronel Rodrigo Proaño, jefe del Distrito Eugenio Espejo, las investigaciones se realizan junto con la Fiscalía.


Al parecer, los dos fallecidos eran amigos y se habrían conocido cuando el policía trabajó en el aeropuerto Mariscal Sucre, en el área de control antidrogas en el 2007. Antes de su muerte, Marco C. aún laboraba en la terminal.


En tanto, los funerales de Marco C. se realizan en el sur de Quito.



¡Amanecieron con dos tiros en la cabeza!


Según las autoridades, los cadáveres presentaban huellas de haber sido arrastrados.


Cerca de la puerta de malla de ingreso a un río aparecieron la mañana de ayer los cuerpos de dos hombres que fueron ejecutados con un arma de fuego calibre 9 milímetros.

Un morador del sector Francisco Yánez, ubicado a un costado de la vía Occidental, que bajaba apresuradamente por una calle de tierra, con dirección a la vía principal, se topó con los muertos tendidos a un costado de la calle y cerca a un arbusto.

Lo que le llamó la atención fue mirar a las fallecidos, uno encima del otro, con heridas en la cabeza y manchas de sangre en las vestimentas y en el suelo.


La tierra seca del piso absorbió la sangre de las víctimas, quienes, según la Policía, fueron asesinados en otro lugar para después ser llevados al distante sitio y arrojados lejos de varias viviendas.

Miembros de la Brigada de Homicidios y Criminalística llegaron al lugar del hallazgo, donde verificaron que cada uno de los sujetos, de aproximadamente 30 años, tenían dos orificios de bala en la cabeza, con entrada y salida, uno de ellos con rasmilladuras en el rostro, como que si hubiese sido arrastrado varios metros.

En la inspección de la escena del delito, los agentes recopilaron dos casquillos calibre nueve milímetros.


El coronel Rodrigo Proaño, comandante de la Unidad Eugenio Espejo, manifestó que, según los primeros indicios de Criminalística, presentaban una rigidez cadavérica de entre cuatro y seis horas.





Fuente: EL COMERCIO*    |  EXTRA*


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