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BRICEÑO, Manabí. Con apoyo de maquinaria y el esfuerzo de los pobladores se logró devolver al mar al ballenato por cuatro ocasiones. Según funcionarios ambientales, la cría tiene dos meses.
BAHÍA DE CARÁQUEZ-PORTOVIEJO | Unas 20 horas de lucha incansable por la sobrevivencia de un ballenato, de unos dos meses de edad, presumiblemente nacido en aguas ecuatorianas y que se varó por cuatro ocasiones, protagonizaron pescadores, pobladores y funcionarios ambientales en el cantón San Vicente, en el norte de Manabí.
En esa tarea, unos utilizaron botes y redes, otros lo hicieron a pulso y hasta con maquinarias. Algunos lo auxiliaban con baldes de agua cuando el cetáceo estaba en la playa.
Hasta la tarde de ayer y luego de 24 horas de que el ballenato se hizo al mar por cuarta ocasión, este no volvía a vararse. Si eso se daba una vez más, las autoridades ambientales tenían una decisión: aplicar la eutanasia para evitar su sufrimiento.
La historia comenzó a las 18:00 del pasado martes. Pescadores y habitantes de Punta Napo, al norte de San Vicente, divisaron al cetáceo. Franklin Bermúdez, salvavidas de Canoa, relató que la cría, de unos 4 metros de largo, presentaba signos de desorientación y entorpecimiento en sus movimientos, por lo que, entre los presentes, trataron de reanimarla y mantenerla hidratada.
Horas después, una pala mecánica de la constructora Equitesa llegó al lugar. Utilizando las mangueras de los bomberos se conformó una especie de hamaca para transportar al ballenato hasta el mar. Eran las 20:00. Pero solo fue una hora. A esa hora los voluntarios luchaban nuevamente para devolver el animal al océano y lo hicieron. Pero nuevamente volvió y, a las 02:00, del miércoles lograron reflotarlo otra vez.
Ya en la mañana, cientos de curiosos se encontraron con la sorpresa de que el mamífero había recorrido casi un kilómetro y nuevamente se había encallado en una playa cercana al balneario de Briceño.
Allí improvisaron una poza para mantenerla nuevamente hidratada, con baldes, hasta retomar las tareas de rescate. Con mucho esfuerzo y voluntad, con maquinaria, redes y una panga, el animal logró llegar al mar, a las 14:00 del miércoles.
Hasta ayer en la tarde y luego de que una embarcación de la Armada hiciera un recorrido, no era localizado el ballenato. Roddy Macías, director del Ministerio del Ambiente en Manabí, y Cristina Castro, representante en Ecuador de la fundación Ballenas del Pacífico, dijeron que tenían listo un operativo si volviese a la playa.
La labor de rescate fue dura, por la falta de experiencia de los habitantes de Punta Napo y por la carencia de equipos. Según Marcos Meneses, uno de los voluntarios, cuando la gente lo mojaba con baldes, el cetáceo comenzaba a aletear.
Los pobladores lamentaron que los organismos de rescate no cuenten con los conocimientos necesarios sobre estas especies, que son muy conocidas y que llegan cada año a las playas ecuatorianas.
Sin embargo, el director del Ministerio del Ambiente dijo que desplegó personal del Parque Nacional Machalilla y otras dependencias. Según Macías, el operativo fue inédito en el país, pues las siete ballenas que en los dos últimos meses se han varado ya estaban muertas.
Las causas eran hasta ayer desconocidas para las autoridades del Ministerio del Ambiente. A criterio de Macías, pudo haberse extraviado, la madre lo abandonó al verla con pocas posibilidades de vida o ella pudo haberse muerto. “En el instante del rescate no se divisaron huellas de maltrato o golpes en el organismo del ballenato...”, mencionó el funcionario.
Pero el biólogo Ronald Zambrano Vélez, de la Dirección de Recursos Acuáticos en Bahía, manifestó a este Diario que el mamífero presentaba unos cortes de hélices de algún barco, así como también heridas que podrían ser de arpón.
Fuente: EL UNIVERSO*
En esa tarea, unos utilizaron botes y redes, otros lo hicieron a pulso y hasta con maquinarias. Algunos lo auxiliaban con baldes de agua cuando el cetáceo estaba en la playa.
Hasta la tarde de ayer y luego de 24 horas de que el ballenato se hizo al mar por cuarta ocasión, este no volvía a vararse. Si eso se daba una vez más, las autoridades ambientales tenían una decisión: aplicar la eutanasia para evitar su sufrimiento.
La historia comenzó a las 18:00 del pasado martes. Pescadores y habitantes de Punta Napo, al norte de San Vicente, divisaron al cetáceo. Franklin Bermúdez, salvavidas de Canoa, relató que la cría, de unos 4 metros de largo, presentaba signos de desorientación y entorpecimiento en sus movimientos, por lo que, entre los presentes, trataron de reanimarla y mantenerla hidratada.
Horas después, una pala mecánica de la constructora Equitesa llegó al lugar. Utilizando las mangueras de los bomberos se conformó una especie de hamaca para transportar al ballenato hasta el mar. Eran las 20:00. Pero solo fue una hora. A esa hora los voluntarios luchaban nuevamente para devolver el animal al océano y lo hicieron. Pero nuevamente volvió y, a las 02:00, del miércoles lograron reflotarlo otra vez.
Ya en la mañana, cientos de curiosos se encontraron con la sorpresa de que el mamífero había recorrido casi un kilómetro y nuevamente se había encallado en una playa cercana al balneario de Briceño.
Allí improvisaron una poza para mantenerla nuevamente hidratada, con baldes, hasta retomar las tareas de rescate. Con mucho esfuerzo y voluntad, con maquinaria, redes y una panga, el animal logró llegar al mar, a las 14:00 del miércoles.
Hasta ayer en la tarde y luego de que una embarcación de la Armada hiciera un recorrido, no era localizado el ballenato. Roddy Macías, director del Ministerio del Ambiente en Manabí, y Cristina Castro, representante en Ecuador de la fundación Ballenas del Pacífico, dijeron que tenían listo un operativo si volviese a la playa.
La labor de rescate fue dura, por la falta de experiencia de los habitantes de Punta Napo y por la carencia de equipos. Según Marcos Meneses, uno de los voluntarios, cuando la gente lo mojaba con baldes, el cetáceo comenzaba a aletear.
Los pobladores lamentaron que los organismos de rescate no cuenten con los conocimientos necesarios sobre estas especies, que son muy conocidas y que llegan cada año a las playas ecuatorianas.
Sin embargo, el director del Ministerio del Ambiente dijo que desplegó personal del Parque Nacional Machalilla y otras dependencias. Según Macías, el operativo fue inédito en el país, pues las siete ballenas que en los dos últimos meses se han varado ya estaban muertas.
Las causas eran hasta ayer desconocidas para las autoridades del Ministerio del Ambiente. A criterio de Macías, pudo haberse extraviado, la madre lo abandonó al verla con pocas posibilidades de vida o ella pudo haberse muerto. “En el instante del rescate no se divisaron huellas de maltrato o golpes en el organismo del ballenato...”, mencionó el funcionario.
Pero el biólogo Ronald Zambrano Vélez, de la Dirección de Recursos Acuáticos en Bahía, manifestó a este Diario que el mamífero presentaba unos cortes de hélices de algún barco, así como también heridas que podrían ser de arpón.
Fuente: EL UNIVERSO*
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