Si usted está conectado a un computador debe tener una bandeja de correos electrónicos no deseados con una larga lista de ofertas diciéndole: ¡compre!

Si tiene un teléfono celular y cuenta con un trabajo estable, seguro ha recibido llamadas ofreciéndole seguros de vida, tarjetas de crédito, créditos preaprobados, etc., sin que usted haya dado su número.

En Ecuador, las personas son un blanco fácil para las empresas comerciales o financieras, que adquieren o elaboran bases de datos con información de la gente para publicitar sus bienes o servicios.

Las más básicas y fáciles de construir son las bases de datos que contienen correos electrónicos, luego las que tienen nombres y números de teléfono y después las que cuentan con más información personal: profesión, trabajo, domicilio, sueldos, tipos de enfermedades, etc.

La información se comercializa de USD 0,15 a USD 1,50 por cada contacto en el mercado, según la cantidad de información que contenga, indican empresarios consultados. Las bases de datos agrupan desde 20 contactos, pero pueden llegar a millones.

En el país no está definido el número de empresas que se dedica a comercializar estos datos. Sin embargo, es fácil de identificarlas.

La información puede salir de almacenes a los cuales el cliente entrega sus datos en el momento de firmar la factura. También cuando llena encuestas sobre productos o servicios, responde correos electrónicos o se registra en un portal de Internet.

Un ejemplo de ello es plusvalia.com, un portal donde se comercializan bienes raíces. Su gerente, Rafael Portilla, explica que la gente entrega sus datos (número de teléfono, e-mail, profesión, etc.).

Cuando se realiza este registro la empresa pide al cliente que confirme que ha dejado sus datos de manera libre y que acepta recibir información de otras páginas web de esta firma. “Al aceptar podemos entregarles información”.

Pero los términos del contrato permiten que sus datos terminen en manos de terceros, sin que eso sea un delito. En el país no existe una ley de protección de datos personales, como ocurre en países de la región como Argentina, México o Colombia.

Julio César Hidalgo, director de Investigación de la Superintendencia de Telecomunicaciones, explica que “es importante una legislación que regule la información del usuario para que no se violen su espacio y sus derechos”.

Mientras tanto, dice que la Ley de Comercio Electrónico permite denunciar un correo electrónico masivo no solicitado (‘spam’).

Si recibió una publicidad y respondió que no desea ese tipo de correos, y aun así le llega, “esa es una ilegalidad”, afirma.

Ahí, el usuario puede denunciar a la Fiscalía, pero como no hay ley, lo único que se puede hacer es reportarlo a la Supertel. En lo que va del año, solamente se han presentado dos casos.

Las llamadas a través de ‘call center’ también son una forma de ‘spam’. Allí la guía telefónica es una ayuda para las firmas que necesitan publicitar sus productos.

Por ejemplo, un operador de un ‘call center’ que trabaja seis horas, en promedio puede realizar 180 llamadas diarias.

A través de estos sitios, las empresas contratan la publicidad de sus productos porque ya tienen bases consolidadas.

¿Cómo evitar la entrega de información para bases de datos?

Un dato personal es cualquier información relativa a una persona física identificada o identificable.

Las empresas arman sus bases de datos de correos electrónicos cuando las personas reenvían estos correos en forma masiva.


Por ejemplo, si le gustó el mensaje y desea que sus contactos también lo vean es mejor enviarlo con la opción ‘con copia oculta’ para que los datos no sean usados por terceras personas.

Si recibe una publicidad y en la parte inferior del mensaje se le pide que responda si no desea volver recibirlo, evite hacerlo, pues está alertando que su correo está activo. Evite abrir estos mensajes y elimínelos inmediatamente.

Al recibir llamadas de un ‘call center’ pregunte por qué tienen su número y solicite que le retiren de la base de datos.

Para crear bases de datos, hay personas que marcan un número al azar, verifican si la línea está activa y fingen un nombre para obtener información del cliente. No la dé, si no sabe quién le llama.

Cuando sea sujeto de una encuesta y le pidan su número por alguna duda en lo posterior, evite entregarlo para que luego no reciba llamadas, al menos de esa compañía.

Al proporcionar sus datos a un portal web para encontrar algún trabajo o vender algún producto lea detenidamente las condiciones para que no se sorprenda si recibe información en lo posterior.

Las compañías deben proteger sus datos si despiden a un empleado. Según la Supertel, el 59% de empleados que dejan una empresa roba información confidencial de la misma. El 67% de quienes roban información la usa en sus nuevos trabajos. Eso puede pasar respecto de las bases de datos.



La Ley en la región

El primer país que optó por una Ley de Protección de Datos del Usuario fue Argentina, a inicios de esta década.


México y Colombia se sumaron a esta iniciativa que prohíbe que los datos de los usuarios sean usados para beneficios de otras empresas o firmas publicitarias.

En esos países las empresas son las más afectadas porque pueden perder los permisos de operación por incumplimiento.

En Ecuador, los usuarios que reciben mensajes masivos pueden solicitar un bloqueo.

Todos los correos electrónicos de publicidad masiva tienen la opción de ser marcados como ‘spam’. Así su ingreso queda restringido para el futuro.




Testimonios
Sandra Vargas / Profesora

‘Vivimos en medio de un abombe publicitario’

Me llaman a la casa, al trabajo, al celular y por si fuera poco recibo más de 10 correos al día de empresas que promocionan sus productos. Esto es así de insistente desde hace un año atrás. Al inicio respondía los e-mail, ahora no, solo los elimino. En las llamadas, apenas escucho que es publicidad digo no gracias y cuelgo.

Byron Chiguano / Estudiante

‘Necesitamos protección en nuestros datos’

Estoy cansado de que me lleguen correos de direcciones que no conozco. Eso siempre pasaba pero ahora se ha cuadruplicado. Son de bancos ficticios diciendo que gané dinero.


Antes los leía, ahora los elimino. Siento que mis datos personales no son seguros y que cualquier persona puede tenerlos sin mi consentimiento.





Fuente: EL COMERCIO*