lunes, 6 de agosto de 2012

El narcotráfico causa miedo en algunos barrios de Esmeraldas

***SNN





En El Panecillo. Allí fueron asesinados dos presuntos extorsionadores. Este es uno de los barrios considerados de alta peligrosidad.


Con la mano derecha mostró el sitio donde cayeron muertos dos presuntos extorsionadores. Fue en el barrio El Panecillo, en el norte de la ciudad de Esmeraldas.


Ellos pedían a tres pescadores USD 7 000 por la droga que habían encontrado flotando, a 180 millas de las costas de Esmeraldas. El valor del cargamento estaba sobre los USD 200 000.


Rodrigo P., dedicado a labores de pesca, fue testigo de ese asesinato, en el 2007. Los presuntos extorsionadores subían al sector a bordo de una motocicleta, en horas de la noche. Iban a recibir lo que, bajo amenazas, solicitaron a los artesanos. Mientras avanzaban se escucharon varias detonaciones. Los cuerpos quedaron en el pavimento ante el pánico de los moradores del sector.


La llamada “pesca milagrosa” ha dejado ingresos económicos a los trabajadores que hallaron droga flotando en sacos mientras realizaban faenas de pesca.


Tras su hallazgo, el alcaloide era retirado por sus dueños bajo amenazas de muerte, explica Rodrigo P. Otros pagaban por su recuperación. En El Panecillo y barrios de la Ribera del Esmeraldas, todavía persiste el temor.


Según Inteligencia de la Policía de Esmeraldas, las muertes violentas no se las puede asociar con el narcotráfico. Hasta mayo se registran 108 en la provincia.


En el 2010, la tasa más alta de homicidios del Ecuador se registró en Esmeraldas. La cifra fue de 61,6 crímenes por cada 100 000 habitantes. Ese mismo año, el promedio a escala nacional fue de 18,6 homicidios.


Los cantones Quinindé (30 asesinatos), San Lorenzo (27 asesinatos) y Esmeraldas (34 asesinatos) registran las cifras más altas de muertes violentas, entre enero y mayo del 2010.


La Fiscalía de Quinindé investiga si los asesinatos tienen relación con el tráfico de drogas. El 7 de agosto del año pasado asesinaron a tres personas que merendaban junto al Comando sectorial de la Policía de Quinindé.


Según la Policía, dos de los fallecidos habrían tenido vínculos con una presunta banda que atemorizaba a Quinindé. Moradores creen que existe una red vinculada con los carteles mexicanos.
En el 2010, en Esmeraldas, la Policía registró 284 homicidios y, en el 2011, 263.


El jefe encargado de la Policía Judicial (PJ) de Esmeraldas, Luis Yépez, dice que las muertes se han dado entre bandas de extorsionadores y no por droga. Sin embargo, dos agentes de la Policía dicen lo contrario. Aseguran que sí hay relación en dos de cada 10 asesinatos.


La droga también ha vinculado a la Policía. En septiembre del 2011 se detuvo, en Esmeraldas, a un alto oficial por estar relacionado con una red de narcotráfico que pretendía enviar 1,5 toneladas de clorhidrato de cocaína hacia África y Europa.


El 28 de junio de este año, el oficial fue sentenciado a seis años de reclusión mayor extraordinaria, por el Tribunal Segundo de Garantías Penales de Esmeraldas, como responsable y culpable en el grado de cómplice.


La provincia es considerada como el centro de acopio del alcaloide que viene desde Colombia, pasando por San Lorenzo hasta Muisne. Según datos de la Policía Antinarcóticos de Esmeraldas, entre el 2007 y 2010, se decomisaron 15 toneladas de clorhidrato de cocaína, que saldrían vía marítima desde el norte.


Entre el 2007 y 2008, se registraron casos de narcotráfico como: Huracán Verde y Huracán de La Frontera, en la zona de Mataje. El operativo dejó la incautación de ocho toneladas de clorhidrato de cocaína, perteneciente a grupos irregulares de Colombia, según la Policía.


Mataje, zona fronteriza, es selvática y se presta para el montaje de laboratorios para el procesamiento de la droga. Caso similar ocurre en Quinindé y La Tola, donde se han decomisado cerca de tres toneladas de marihuana.


Según Inteligencia militar, los narcotraficantes utilizan siete rutas marítimas para movilizar la droga: por eso el control se ha extendido desde la frontera sur con Manabí hasta la frontera norte con Colombia.


Domingo N., dedicado a la actividad comercial en el Puerto de San Lorenzo, dice que los habitantes conocen que muchas de las muertes están relacionadas con el contrabando de combustible y el narcotráfico. Desde ahí se lleva gasolina y se trae droga.


El combustible es comprado por supuestos pescadores y gente dedicada al transporte fluvial y marítimo. Luego es transportado a comunidades colombianas. La zona es custodiada por el Batallón de Infantería de la Marina.


Miembros de grupos irregulares de Colombia pagan hasta USD 20 por galón. Una caneca tiene 18 galones, explica Domingo N., quien insiste en que los controles no son efectivos.


Expertos dicen que se debe hacer un trabajo más minucioso en las 56 caletas pesqueras de Esmeraldas. Se presume que esos pequeños puertos son utilizados para el transporte y acopio de la droga. Esa labor implicará redoblar el personal, pero el comandante de la Policía en Esmeraldas, Fausto Carrillo, sostiene que hacen falta uniformados.


Bandas desarticuladas
Entre el 2011 y lo que va del 2012 se desarticuló a cuatro bandas que operaban en Esmeraldas, Eloy Alfaro y San Lorenzo. La última fue en abril de este año.
En Esmeraldas laboran 12 jefes de la Policía, 35 oficiales y 1 489 policías desplegados en todos los cantones de la provincia.
Una base del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y el Grupo de Intervención y Rescate (GIR) será instalada en la población de La Tola, para los operativos permanentes.




Fuente: EL COMERCIO*



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