El derrocado presidente Lucio Gutiérrez dijo en Miami que el modelo de Correa se acabaría cuando éste desaparezca
Por Andrés Reliche / Agencia Andes
(Andes).- El surgimiento de gobiernos progresistas en América Latina ha relegado a los partidos y organizaciones de derecha que actualmente pugnan por retomar el poder.
Ante el respaldo popular, estos grupos no han dudado en recurrir a cualquier estrategia para volver a gobernar, entre ellas la desestabilización de los regímenes elegidos democráticamente.
En Sudamérica, excepto Colombia y Chile, ocho gobiernos son de corte izquierdista.
La escritora y abogada estadounidense Eva Golinger sostiene que -según sus investigaciones- la derecha, con el apoyo de la USAID (United State Agency for International Development) y la NED (National Endowment for Democracy), para promover la agenda de los EEUU. intentan penetrar sectores como comunidades indígenas y sociales (juventud, mujeres, etcétera), que naturalmente deberían ser aliados de los gobiernos de izquierda.
“Y si esa agenda está en contradicción de lo que es la agenda del gobierno, obviamente las organizaciones que lo financian van a estar en contra del gobierno (…) no es nada fuera de la normalidad que la derecha va a seguir luchando por recuperar el poder: van a utilizar tácticas sucias, van a utilizar propaganda ficticia, intentar satanizar, penetrar movimientos sociales”, dijo Golinger a la Agencia Andes.
En este contexto mencionó el caso de Bolivia, donde grupos indígenas han realizado violentas manifestaciones por su desacuerdo con la construcción de una carretera que atravesaría un parque natural.
En el Ecuador, la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) ha manifestado también su oposición al presidente Rafael Correa. Y el partido Pachakutik, brazo político de la Conaie en la Legislatura, se ha opuesto a todas las iniciativas del oficialismo.
Cléver Jiménez, asambleísta de Pachakutik, interpuso una denuncia en la Fiscalía con la intención de llevar al presidente ecuatoriano Rafael Correa ante la Corte Penal Internacional por un supuesto delito de lesa humanidad. Lo acusa de ser el responsable de haber ordenado disparar contra el hospital militar en el que se encontraba retenido, y de los muertos derivados del operativo de rescate.
Jiménez lamentó que ningún uniformado sublevado haya acatado el llamado del presidente Correa a matarlo, en las primeras horas de la revuelta. Correa instó a los alzados a darle un tiro en el pecho a cambio de no generar el caos y poner en riesgo la democracia.
En cambio Magaly Orellana, colega de bancada de Jiménez, llamó a los ecuatorianos a seguir el ejemplo de Libia y acabar con el régimen de Correa, a quien calificó de tirano.
Golinger señaló que la USAID, NED, Freedom House, el propio Departamento de Estado, las embajadas de EE.UU., los programas de intercambio con las fuerzas de seguridad de los países latinoamericanos, la Escuela de las Américas son mecanismos para promover la agenda de EE.UU. y controlar algunos sectores.
En lo que va de 2011, la USAID ha aportado con USD 100 millones en Bolivia y USD 30 millones en Ecuador, no para iniciativas de desarrollo, sino políticas, aseguró.
Regularización de ong´s
En junio de este año, el gobierno del Ecuador anunció un proceso de regularización de las organizaciones no gubernamentales (ONG’s), para transparentar la actividad que desarrollan en este país sudamericano.
Correa mencionó que si bien en algunos casos se trata de aportes positivos, en muchos otros estas organizaciones se dedican a hacer política deliberadamente para tratar de generar caos, imponer políticas foráneas y desestabilizar a gobiernos progresistas.
Hasta agosto, la Secretaría Técnica de Cooperación Internacional (Seteci) informó que 17 de las 84 organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales notificadas no enviaron la información requerida, luego de que se cumplió el plazo dado a estas entidades para que presenten una rendición de cuentas, conforme establecen los convenios básicos de funcionamiento firmados con el Estado.
Redes “defensoras de la democracia”
Golinger sostuvo que los grupos financiados por EE.UU. reclutan a diputados, activistas políticos y hasta funcionarios de gobierno para defender sus intereses. Inclusive han creado redes bajo el paraguas de supuestas organizaciones no gubernamentales defensoras de la democracia.
“Se reúnen con estos grandes opinadores de oficio como un Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, personas con nombres conocidos y que tienen mucha credibilidad en diversos sectores, que ahora son de extrema derecha, y están en contra de los países del ALBA (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba).
“Realizan eventos, son los oradores de diferentes organizaciones financiadas por estas agencias de Washington y analizan diferentes estrategias para derrocar sus gobiernos”, sostiene la escritora estudiosa del tema, que inclusive ha conseguido desclasificar documentos secretos del Departamento de Estado de EE.UU.
Menciona un evento realizado en EE.UU. denominado “Peligro en los Andes”, en el que participaron políticos de América Latina como el derrocado presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, y exdiplomáticos norteamericanos, reconocidos por sus políticas sucias contra regímenes de América Latina.
El 23 de septiembre de 2010 (coincidencialmente 7 días antes de una inusual sublevación policial e intento de golpe de Estado en Ecuador), el derrocado presidente Lucio Gutiérrez participó en un foro en el Interamerican Institute for Democracy (IID). Allí dijo que el modelo socialista que promueve el presidente Rafael Correa acabaría cuando éste desapareciera.
Entre los otros protagonistas del panel convocado en Miami por Carlos Alberto Montaner (cubano exiliado en EE.UU. al que se lo vincula con la CIA) se encontraba el exjefe de la Inteligencia militar ecuatoriana, coronel Mario Pazmiño Silva, expulsado del ejército por su pertenencia al organismo de inteligencia norteamericano.
En el 2008 fue descubierta la sumisión de Pazmiño a la Inteligencia norteamericana con el bombardeo de Angostura. Pazmiño fue destituido de las Fuerzas Armadas y se disolvió entonces la unidad de Inteligencia que lideraba.
Entre los participantes estuvieron activistas políticos de la derecha, e inclusive el exbanquero ecuatoriano Roberto Isaías, prófugo de la justicia.
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