lunes, 24 de octubre de 2011

ZEDES, puerta entreabierta a la inversión

***SNN




El Gobierno apuesta por las Zonas Especiales de Desarrollo Económico (Zedes).

Estas nacen en medio de críticas de quienes creen que solo se trata de un cambio de nombre a las Zonas Francas.


Mientras que las Zonas Francas ecuatorianas creadas en 1991 abrían de par en par las puertas a la inversión extranjera, las Zonas Especiales de Desarrollo Económico planteadas por el actual Código de la Producción las dejarían entreabierta. Antes con la Ley de Zonas Francas se establecía la exoneración total a los usuarios del impuesto a la Renta, IVA, impuestos provinciales o municipales durante los 20 años que durara la concesión.

Con el nuevo esquema, el Estado sería más estricto en cuanto a las exenciones tributarias concedidas a los inversionistas y a su vez, exigiría un beneficio por las concesiones otorgadas. En esta ocasión se prevé sólo la rebaja del cinco por ciento (17 por ciento) del Impuesto a la Renta. Voces del Gobierno actual aseguran que las restricciones en las Zedes servirán para que haya mayor control y no se desvirtúe su objetivo de dinamizar las exportaciones, tal como ocurrió en las Zonas Francas. ¿Será posible?


El artículo 34 del Código de la Producción, promulgado el año pasado, estipula a las Zedes como un “destino aduanero, en espacios delimitados del territorio nacional, para que se asienten nuevas inversiones”. Pueden ser de tres tipos: para desarrollar servicios logísticos (almacenamiento de carga con fines de etiquetado, empaque, refrigeración, etc.), de diversificación industrial para la exportación (como las maquilas en Asia) y de transferencia tecnológica o innovación electrónica (como las industrias instaladas en Shanghai).


De acuerdo con la ministra coordinadora de la Producción, Nathalie Cely, las Zedes no seguirán los pasos de las zonas francas porque estas sí están bien concebidas. “En las zonas francas todo se hizo mal. Nosotros no vamos a decir ‘aquí se hace una Zede’ o vamos a aceptar que un empresario diga ‘yo voy a administrar una Zede y aquí la voy a hacer’, sino que debe demostrar que tiene suficientes empresas interesadas en invertir, cuánto van a invertir y por qué van”, señala.


Por su parte Viviana Vásquez, exdirectora del Consejo Nacional de Zonas Francas y actual titular de la Unidad Técnica Operativa de Supervisión y Control de Zedes, acepta que el sector público tuvo errores en la administración de las Zonas Francas, “los mecanismos por los que se otorgaban las concesiones eran muy frágiles”, dice.


¿Quién manda a quién?
A más de las exenciones tributarias, otra diferencia entre los dos esquemas es su conformación y ubicación. En las zonas francas bastaba con que el inversionista cumpliera los requisitos y el Estado le otorgaba la concesión. En cambio, en las Zedes el Gobierno tendrá mayor injerencia y la potestad de otorgarla o no, basados en el artículo 35 del Código de la Producción.


Este estipula que la ubicación de las Zedes será determinado por el organismo rector en materia de desarrollo productivo (Consejo Sectorial de la Producción) en coordinación con el ente a cargo de la planificación nacional (Senplades).


Diego Vega, coordinador general de Inserción Estratégica Internacional de la Senplades, indica que una Zede podrá ser establecida siempre que se ajuste a las agendas zonales planificadas en la Estrategia Territorial Nacional del Plan Nacional del Buen Vivir. En el mencionado plan, Senplades dividió al territorio ecuatoriano en nueve regiones.


La ministra Cely desmiente este punto: “El mapeo que está haciendo la Senplades con el Consejo Sectorial es para definir los incentivos para las zonas deprimidas. Las Zedes no tienen nada que ver con ese mapeo… no son un instrumento para sacar de la pobreza a nadie”. La funcionaria pone de ejemplo la Zona Franca de Posorja que a su criterio califica para ser Zede, puesto que tiene una ubicación geográfica favorable a la industria pesquera. “Las empresas no se establecen en un lugar porque hayan menos impuestos, sino porque estratégicamente ese lugar es clave para su productividad”, acota.


Al parecer los máximos organismos al frente de este nuevo proyecto expresan diferentes visiones respecto sobre dónde deberían estar ubicadas las Zedes. De ahí que el abogado tributario, Edgar Acosta opina que lo que ocurrirá es que vendrá un inversionista para establecer un proyecto tecnológico; y “el Ministerio le dirá que lo haga en la ciudad que quieran, pero la Senplades lo mandará a una provincia en la Amazonía porque según el mapeo esa zona necesita desarrollarse”.


Más que una ley
El año pasado, Ecuador exportó unos 15.600 millones de dólares. De ese monto, el 1,4 por ciento provino de las zonas francas. Esta cifra dista mucho del 40 por ciento de exportaciones que provienen de las zonas francas en la vecina Colombia.


A pesar de que las autoridades aseguran que las Zedes presentan cambios de fondo y no solo en forma, en el sector privado hay incredulidad. El vicepresidente de la Cámara de Industrias de Guayaquil, Enrique Macías considera que el nuevo esquema de inversión tiene “un carácter burocrático y diseñado por gente que jamás en su vida se ha plantado más de cuatro horas en una zona franca”.


Para Fausto Ortiz, ex ministro de Economía del actual Gobierno, el que existe una nueva Ley como es el Código de la Producción y un capítulo especial sobre las Zedes, no es suficiente para incentivar la inversión. “El complemento para una buena Ley es el entorno económico y el resto de políticas. Pero en un país donde se escucha decir a las autoridades encargadas del tema tributario que es necesario incrementar la recaudación de impuestos, el inversionista se asusta”, indica Ortiz.


Según datos del Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), la recaudación tributaria en el país pasó del 14 al 19 por ciento con respecto al Producto Interno Bruto; es decir se colocó por encima del promedio de otros países en la región. La apreciación entonces es que el Estado ecuatoriano asfixia con impuestos a los empresarios, algo que según Ortiz no ocurre en los vecinos Perú y Colombia donde se respira un entorno amigable y de seguridad jurídica.


Incertidumbre, contradicciones e incredulidad son los vientos que se respiran en las Zedes. Desde abril el Consejo Sectorial de la Producción tiene el reglamento de Zedes publicado en el Registro Oficial, pero hasta ahora el proyecto sigue en papel y aún no existe la primera Zede ecuatoriana.


Esquemas francos
Años 60
Durante esta década se crean las primeras zonas francas en el mundo, en Hong Kong, Singapur, Colón (Panamá) y Barranquilla (norte de Colombia).


1975
Los primeros incentivos tributarios en Ecuador se hicieron durante la dictadura militar. La Ley de Fomento de 1975 decretó la creación de los parques industriales, zonas dentro del territorio nacional con exenciones tributarias especiales.


1976
Un año después se creó otra figura: la Lista de Inversiones Dirigidas o LID, un mecanismo donde las empresas alojadas bajo este modelo gozaban de la exoneración total del Impuesto a la Renta.


1987
Luego nació la primera Zona Franca del país: Zofree en Esmeraldas, cuya concesión terminó en febrero de este año.


1991
Cuatro años después se oficializa la Ley de Zonas Francas, en el régimen de Rodrigo Borja, que estipula la creación de espacios, no delimitados dentro del territorio, donde se permitía el ingreso de mercancías libres de impuestos.


2000
En los últimos 10 años se crearon 5 mil zonas francas en el mundo, generando 42 millones de empleos y moviendo el 20 por ciento del mercado global.


2007
Para diciembre de este año en el país había 30 zonas francas. Después del proceso de depuración que emprendió este Gobierno quedaron 13 y actualmente hay nueve, que existirán hasta que concluya la concesión.


2011
Asia es el continente que mejor ha utilizado el régimen franco. Cerca de 475 mil empresas trabajan bajo este modelo, generando el 92 por ciento del empleo en la zona.


Errores del pasado
Una de las críticas en las zonas francas fue que su objetivo inicial de atraer la inversión extranjera se desvirtuó, cuando se las utilizó para evadir impuestos y disimular el ingreso de mercadería prohibida. Este fue el caso de Globepxsa, empresa ubicada en la Zona Franca de Manabí y dedicada supuestamente a la fabricación de prendas de vestir, pero que luego se convirtió en taller de ensamblaje de máquinas tragamonedas.

Aún con la prohibición del decreto 815 en diciembre de 2007, las máquinas siguieron llegando a Zoframa. Según Jaime Solórzano, exgerente de Invermoon (empresa relacionada con Globepxsa), en las bodegas no había una sola máquina textil, pero sí rollos de tela que servían para envolver las máquinas que luego eran exportadas a Perú. “Ni los administradores o la aduana chequeaban los embarques, en el propio carro del gerente de Zoframa (en ese entonces Julio Farah) salían los tokens (fichas de juego)”, asegura.

Cuando Vistazo visitó Globepxsa, las máquinas seguían en la bodega. La empresa aún consta en el listado de empresas registradas en esta Zona Franca, y hasta el año pasado (según reportes de Zoframa) hizo dos ventas a Perú por 32.021 dólares.


Por: Rafael Valdez y Karla Pesantes P.
Fuente: VISTAZO*

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