domingo, 19 de diciembre de 2010

Una navidad de productos artesanales

***SNN
Jaime Ulcuango se encarga de cuidar el estado de las plantas de hongos previo a la cosecha del producto.

 Los hongos son el atractivo en las ferias artesanales agrícolas. Foto: Alejandro Reinoso


Datos
Productos que integran la Canasta Navideña


Todos los productos son elaborados de manera artesanal y la canasta contiene artículos de varias zonas rurales del país.
Un cuy empacado
Barra de chocolate
Funda de harina de 6 granos de 500 grm
Botella de vino de capulí
Funda de café
Frasco de mermelada 400g
Litro de yogur
Queso mozarella
Litro de néctar de uvilla
12 libras de arroz (Conejo)
Manjar de leche
Rompope
El vino de capulí en lugar del champagne
el cuy en vez del pavo, entre otros, son las novedades.


Antecedentes
El Proyecto de Competitividad Agropecuaria y Desarrollo Rural Sostenible (Caders) fue creado por acuerdo ministerial Nº 221, el 16 de julio del 2007.


Las promociones de las Canastas Navideñas Alternativas rurales se iniciaron el 20 de noviembre del 2010.


Al momento ya se han entregado cincuenta canasta navideñas y se espera entregar más la siguiente semana.


Por ser la primera vez, la canasta contiene 12 productos y se anhela introducir otros para el próximo año, en que continuará el programa.


Una nueva opción para promover el consumo de productos ecuatorianos es la comercialización de las canastas navideñas alternativas, cuyos productos son elaborados de manera artesanal por campesinos de las zonas rurales del país.


Es común que, con la llegada de la Navidad, las empresas obsequien a sus empleados las populares canastas navideñas. Por este motivo, el Proyecto de Competitividad Agropecuaria y Desarrollo Rural Sostenible (Caders) ha promovido una nueva canasta, esta vez, con productos no tradicionales.


El valor agregado a los productos está en su alto contenido nutricional y la calidad en su elaboración.


El objetivo es mejorar el sistema de comercialización de los productos y, a la vez, promocionar el trabajo de varias organizaciones rurales cuya labor aún no se ha visibilizado por la ciudadanía. Este es un eje estratégico para el expendio de productos de manera inclusiva, como parte de las políticas de inclusión económica y social que están siendo promovidas a través de Caders, que es un ente gubernamental adscrito al Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap).


El precio de esta canasta está en alrededor de los dieciocho dólares, y sus productos se exhiben y ofertan en las instalaciones del Ministerio de Agricultura, en Quito, y en las subsecretarías de esta dependencia a nivel nacional, durante los días previos a las celebraciones navideñas.


Las cestas contienen productos no tradicionales como una barra de chocolate, de la organización Ashumira del Azuay; una funda de harina Uchu Jacu, de la organización Unopac de Cayambe; una botella de vino de capulí, de la organización Chica Bonita del Azuay; una funda de café, de la organización Focasun de Manabí; un frasco de mermelada, de la organización Paraíso de Principal de Chordeleg; un litro de yogur, de la organización Francisco de Orellana; un queso mozarella, de la organización Nutralac de Cayambe; un litro de néctar de Uvilla, producida en la Organización Patan; un cuy empacado, también de Patan; 12 libras arroz, de la organización Prolica del Guayas, entre otros. Todos con características fundamentales, como es el cuidado de la calidad y la elaboración artesanal a base de materia prima de productos orgánicos. Esta idea innovadora busca potenciar a sus productores e incrementar la variedad de productos en los próximos años.


El director del proyecto Caders, César Cabrera, informa que el incentivo fundamental está en mejorar la economía familiar que se sustenta con su propia producción, pero con valor agregado a sus productos, y es la “calidad” aplicada en el proceso, con la finalidad de conseguir acogida y que su venta sea en verdad masiva.


La iniciativa busca incrementar el consumo de alimentos fabricados por campesinos


“Este es uno más de los 84 proyectos solidarios que se ejecutan en todo el país”, manifiesta la autoridad.


Existe variedad de productos que son procesados por campesinos de las zonas rurales, quienes autosustentan su producción y por ende, son la base de la economía en sus hogares.


“La iniciativa no solo busca expender los productos, sino concienciar a los ciudadanos para que consuman alimentos ecuatorianos de calidad, que son elaborados por pequeños productores que desarrollan técnicas especiales en el procesamiento de dichos alimentos con productos orgánicos”, afirma Cabrera.


Para Orlando Fernández, representante de la organización Chica Bonita del Agro, en la provincia del Azuay, gremio que se dedica a la elaboración de los auténticos vinos de capulí, el proyecto Caders no solo les ayudó a comercializar sus vinos sino que ha sido un apoyo fundamental para la implementación de maquinaria, es decir, ahora son empresas familiares que poco a poco se están industrializando, con instrumentos para el procesamiento a una pequeña escala, pero la idea es desarrollar a los pequeños grupos.


Considera que el apoyo estatal ha sido un factor fundamental para su desarrollo. Ahora son cinco comunidades que se dedican al cultivo de capulí, moras, duraznos y hasta frutillas. Todo eso es lo que provee la materia prima que necesita esta empresa comunitaria.


Los vinos son cada vez más comercializados, iniciaron con la venta de 200 botellas mensuales y gracias a las ferias agrícolas que ejecuta Caders, ahora se llegan a comercializar hasta 700 botellas mensuales.


El proyecto en sí aglutina a 84 organizaciones de economía solidaria, cada gremio tiene un mínimo de veinte socios, es decir, un socio por cada familia. De esta manera se benefician directamente los hogares de los socios y de manera indirecta los campesinos de otras comunidades, quienes hacen de proveedores de frutas o de otros productos que son utilizados como materia prima para la elaboración de derivados.


En esta ocasión participan solo las ocho organizaciones, las cuales fueron calificadas por ser las más consolidadas a nivel organizativo y de trabajo.
Estas empresas familiares obtuvieron el aval del Caders porque son conocidas en su área, debido a su trayectoria y experiencia en la elaboración de alimentos sanos y nutritivos en sus sectores.


Una estrategia para dar a conocer los productos fue aprovechar las festividades navideñas y de fin de año, donde gran parte de la población busca productos de consumo masivo. De esta manera se promovió la presentación de alimentos que tienen un valor agregado, por ser hechos con productos orgánicos de alta calidad.


El proyecto busca la participación del mayor número de artesanos, al igual que de empresas familiares y comunitarias para promover y motivar su inclusión en las redes de promoción de productos orgánicos en el mercado, con miras a un crecimiento económico paulatino de los comerciantes campesinos, quienes consideran que esta alternativa servirá para el desarrollo de los productores, ya que el espacio brindado en ferias ha logrado acercar a la comunidad y a los agricultores y comerciantes de forma directa, logrando eliminar a los intermediarios y consecuentemente la elevación de costos por traslado hasta el sitio de expendio; de esta manera se ofertan los productos a precios más cómodos.


Con miras a expandirse en el mercado de productos de primera necesidad, se ha unido a este proyecto innovador la Federación de Organizaciones Populares de Ayora, Cayambe (Unopac), con su producto estrella, la harina “Uchu jacu”, que está compuesta por seis granos: haba, lenteja, cebada, trigo, arveja y el 40% de maíz previamente tostado y molido con aliños. Esta particular mezcla de granos sirve para elaborar una sopa tradicional de las poblaciones andinas, cuya preparación se realizaba solo en fiestas tradicionales, pero ahora es promovida para el consumo masivo, por ser fuente de proteínas y vitaminas.


84 proyectos de emprendimiento en Economía Solidaria están en ejecución


Christian Otavalo, coordinador de producción y comercialización de Unopac, explica que la harina es un producto ancestral de la zona andina y es muy apetecido por su contenido nutricional, por ello, el programa “Aliméntate Ecuador” lo introducirá en la canasta básica, desde el próximo año.


En la organización Unopac se busca fortalecer a los pequeños productores proveedores de la materia prima. Al momento son 900 socios, entre comunidades y barrios que conforman las cadenas productivas con estándares de calidad y enfoque de mercado nacional.


Esta materia prima es procesada con tecnología de punta, aunque también lo hacen de manera artesanal. La escala productiva se ha elevado, inclusive con otros productos como el arroz de cebada, máchica, harina de maíz calentado, harina de haba, morocho partido, chuchuca, arroz de trigo y granos secos. Estos productos poseen registro sanitario y tres tienen código de barras, lo que facilita el acceso a nuevos mercados.


El transferir experiencias exitosas a otras asociaciones de gestión comunitaria es lo que también promueve Caders, así por ejemplo el trabajo que realiza la organización Nutralac de Cayambe, en su planta de tratamiento de leche y sus derivados, es difundido en otras organizaciones para la elaboración de quesos frescos, mozarellas y quesos sándwich especial.


El presidente de la Asociación Nutralac, Alberto Farinango, acota que la producción de quesos se ha potencializado en este año, gracias a la ayuda brindada por Caders, puesto que esta entidad ayudó con un crédito no rembolsable de 52.800 dólares; con ello se pudo adquirir tanques de enfriamiento de leche, una máquina procesadora y empacadora de yogur, lo que fue complementado con la contraparte, que consta de toda la infraestructura. De esta manera la organización comunitaria se fortalece y se industrializa paulatinamente.


Nutralac está conformada por 200 socios ganaderos que han trabajado juntos alrededor de ocho años. En este tiempo han entregado la leche en el centro de acopio, para la elaboración de productos lácteos.


La empresa comunitaria ha extendido su trabajo a las zonas urbanas, donde es acogido el producto por ser elaborado bajo estrictos estándares de calidad. Los productos que se obtienen son: manjar de leche, quesos y yogur.


“Adentrarse al mercado urbano ha sido difícil, ya que la gente no ve la calidad”, asevera Farinango. Sin embargo, sus quesos son los más vendidos en Cayambe y en algunos supermercados de la ciudad de Quito.


Otra organización es Urcosisa, (Flor del Monte), un gremio que está revolucionando la forma de cultivo, porque se dedica a la siembra y procesamiento de hongos ostras, que se obtienen a través de la implementación de invernaderos, bajo un sistema de tratamiento especializado (crecen en fundas), lo que permite disponer del alimento durante todo el año.


Jaime Ulcuango, encargado de la producción y mantenimiento de la planta, informa que el trabajo se ha concentrado en buscar un mercado para introducir el producto, ya que no es muy conocido entre los consumidores en general.


Actualmente Urco Sisa obtiene de diez a doce kilos diarios de hongos comestibles, con el trabajo de 12 personas, pero en la organización se tiene alrededor de veinte socios, quienes también se dedican al cultivo de plantas medicinales.


Ulcuango indica que estas plantas requieren de un tratamiento especial. Debido a sus características es necesaria una temperatura estable, es decir, veinte grados y ochenta de humedad, que puede ser "idónea" para el cultivo de champiñones u hongos ostras.


En este sentido, los cultivos se mantienen en pequeños invernaderos, y producen ingresos para las personas que trabajan a tiempo parcial y a media jornada.


El costo de un empaque de 400 gramos es de dos dólares y, en referencia a otros costos, es relativamente económico.


Así, el trabajo para integrar a agricultores y productores en pequeña escala ha sido arduo.


El Caders lleva a cabo la labor de confeccionar canastas navideñas rurales, que son presentadas como alternativa para los compradores locales. Algunas tendrán doce productos, pero si se desea puede adicionarse otros derivados, como el cuy, que ahora también se puede adquirir procesado como embutido.


Según José Zapata, encargado de la recepción de pedidos en el Caders, se presentó una lista alternativa de canastas y precios sugeridos para que sirviera a los consumidores como referencia, en comparación con los que constan en la canastas normales o comunes.


Si bien los precios varían en diferentes ocasiones a causa de las dificultades climáticas que afectan la producción, esta vez estos inconvenientes no existen, ya que los proveedores están listos a proporcionar los productos anunciados y en las cantidades que se les soliciten. Por lo tanto, la mejora en el consumo no debe influir en el precio que pagará el consumidor.


Fuente: EL TELÉGRAFO

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