***SNN
* En el sector rural el temor es quedar incomunicados
* El tardío inicio de las obras en algunos casos genera malestar en las poblaciones como Puerto Inca, ante la llegada de las lluvias
* Esmeraldas necesita más de 3.400 km de vías secundarias
Naranjal. Personal y maquinaria de la compañía Veraprad inició a mediados de diciembre la protección de las riberas del río Cañar, para evitar la inundación de las zonas urbana y rural.
Foto: Mariela Ulloa/Expreso
Desde el balcón de su casa de madera, Ángel Ochoa Arboleda observa los tractores y palas mecánicas que remueven el terreno sobre el cual la contratista Veraprad construirá la obra de protección, enrocado y dique sobre la margen izquierda del río Cañar. La obra evitará las inundaciones que a inicios de este año obligaron a evacuar a más de un centenar de familias de la parroquia Puerto Inca, del cantón Naranjal, Guayas.
Aunque el trabajo consta en la programación que la Prefectura del Guayas realizará el próximo año, la Secretaría Nacional del Agua (Senagua) se adelantó y firmó el pasado 17 de diciembre el contrato tras analizar doce ofertas. Al día siguiente empezaron las labores, que incluyen la rectificación del cauce natural del estero Trobador para llevarlo hasta el estero Soledad y la limpieza de 64 kilómetros de canales.
Ochoa no siente tranquilidad porque las medidas de prevención empezaron tarde. Teme que el agua nuevamente afecte sus plantaciones de banano y lo obligue a enviar a su esposa a la casa de sus familiares. Su esposa tiene problemas de presión arterial y sería difícil llevarla a un hospital si la zona está inundada.
Como en este cantón, los habitantes de otras ciudades cercanas también están preocupados por el efecto del invierno. La situación también es analizada por prefectos y alcaldes en otras provincias, como Los Ríos, Santa Elena y Esmeraldas, donde la falta de recursos no permitió avanzar con la limpieza de canales, levantamiento de muros y protección de laderas, además de la construcción de vías secundarias y puentes para evitar el aislamiento de las poblaciones.
El aislamiento
Norma Azucena Salinas no desea repetir el encierro que vivió en el invierno pasado, cuando perdió cerdos, aves y patos, todos arrastrados por la fuerza del río Cañar que en ocasiones sacudió las bases de su casa de hormigón. Durante esos días no pudo salir a comprar ni envió sus hijos a la escuela.
Para culminar las obras antes de que la intensidad de las lluvias retrase los trabajos, el contrato precisa que la contratista debe avanzar en dos frentes, con seis excavadoras, seis tractores, entre 30 y 50 volquetes y dos rodillos, además organizar tres turnos que laboren las 24 horas durante los tres meses previstos para la finalización.
El jefe de fiscalización, Nabor Álvarez, justifica el inicio tardío de los trabajos debido a sus características y diseños, pues a diferencia de los muros de contención realizados el año anterior en Puerto Inca, Veraprad ensanchará 30 metros el cauce del río Cañar y construirá muros de tres metros y medio de alto para proteger los sembríos de cacao y banano.
A un kilómetro de Araujo, junto al estero Trobador, habita Gavino Sánchez. Él espera que en enero empiece el trabajo de encauzamiento para llevar el afluente hasta el estero Soledad, con la finalidad de evitar la inundación del lado izquierdo de Puerto Inca.
El muro que fue construido el año pasado junto a su casa no pudo contener la creciente, pues el agua pasó a través de las piedras que no estaban bien compactadas.
“El agua inundó el potrero y la chanchera (criadero de cerdos) y los animales murieron ahogados”, recuerda.
Como Sánchez, otros habitantes de Puerto Inca esperan que las obras terminen antes de que las lluvias y el río inunden la población. En otras provincias los habitantes ruegan porque las lluvias sean leves, porque a sus sectores no llegaron las obras de prevención.
Esmeraldas necesita más de 3.400 km de vías secundarias
Foto: Jonny Vélez/Expreso
Efecto. El puente bailey del paso lateral de Atacames sufrió un hundimiento antes de la inauguración de la vía prevista por la Ministra de Transporte y Obras Públicas.
Debido al aislamiento que Esmeraldas sufrió en el invierno pasado por efecto de las lluvias, la prefecta Lucía Sosa aseguró que la provincia necesita más de 3.400 kilómetros de vías secundarias, pero la falta de recursos y un conflicto laboral ha retrasado las obras, ante la posible intervención de las cuentas de la institución.
“Estamos a la espera de solucionar el conflicto con los trabajadores, porque los cerca de cinco millones de dólares reclamados paralizarían las obras de la provincia”, indicó la funcionaria, quien ha solicitado al Gobierno los recursos para el estudio de ocho puentes, que permitirán que varias comunidades puedan sacar sus productos.
A pesar de que el Consejo Provincial cuenta con las maquinarias y planta asfáltica en buenas condiciones, la falta de recursos impide culminar los trabajos, aunque la Prefecta considera que ha brindado atención al campo.
En materia de prevención la Prefectura anunció que el estado de la vía Ibarra - San Lorenzo es regular, pero existen deslaves cerca de Lita, donde maquinaria del Ministerio de Transporte y Obras Públicas retira el material. Lo mismo ocurre en la Charanga-Pedernales, mientras que continúa la construcción de la arteria Santo Domingo-Esmeraldas.
El alcalde de Esmeraldas, Ernesto Estupiñán, recordó que la ministra María de los Ángeles Duarte prometió asfaltar toda la ciudad y el Municipio le entregó los estudios, pero en su última visita dijo que no los recibió. Sin embargo, el Cabildo se endeudó para dicho mejoramiento.
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