viernes, 11 de noviembre de 2011

‘Nada depende de mí, pero odio a los policías’

***SNN






MANTA, Manabí. Rosa Elena Alcívar muestra la foto de su hijo Enrique Jaramillo y exige justicia para que se halle al criminal.


Doce años después, la vida de Rosa Elena Alcívar se vuelve a empañar por la pérdida de un ser querido que es víctima de muerte violenta supuestamente ejecutada por policías: el 11 de febrero de 1999 fue asesinado su esposo, Pedro Jaramillo Mera; y el pasado 18 de octubre apareció sin vida su hijo, Luis Enrique, de apenas 20 años.


En el primer caso no hubo una investigación profunda, comenta la mujer, que además reconoce no insistió que se busque y sancione a los responsables. Solo recuerda que entonces habría estado involucrado Wilson Alulema, que era jefe de la Policía Judicial de Manta, ascendido en agosto pasado a general inspector de la Policía.


Pero su esposo no murió solo. Con él también fue asesinado su hermano, Carlos Jaramillo Mera; y quedó herido Pedro Baque Tuárez, único sobreviviente y testigo del ataque criminal. Él asegura que fueron interceptados por policías vestidos de civil que querían que Carlos Jaramillo se haga responsable como el autor de una muerte.


Cuando fue asesinado su conviviente, el hijo de ambos fallecido el mes pasado tenía apenas 8 años. Dice que al recibir la noticia de que Luis había sido llevado por policías, la pesadilla que había vivido en 1999 volvió a atormentarla, temía lo peor. Era una situación que ¬dice¬ ya había vivido.


Su hijo desapareció el 16 de octubre junto a su amigo Danilo Bowen Zambrano. Dos días después los cuerpos de los jóvenes fueron hallados en una cantera, en Portoviejo, con signos de haber sido asesinados con arma de fuego. Según testigos, dos días antes Jaramillo y Bowen eran perseguidos por policías, que los alcanzaron por el barrio Jocay de la localidad. De ahí ambos desaparecieron.


“Tengo más que razones suficientes para odiar a esta gente (los policías). No los puedo ni ver, los odio con mi vida...”, reniega con amargura, pero también con impotencia, con el dolor de una madre que perdió a su hijo mayor, al niño en el que se refugió cuando otros policías habrían asesinado a su esposo.


Hoy, a diferencia de lo sucedido cuando fallecieron su esposo y su cuñado, Rosa Elena dice que no tiene miedo luchar y exigir que se investigue la muerte de su hijo y se sentencie a los autores del doble crimen que conmocionó al puerto manabita y en el que al momento hay seis policías detenidos.


Se trata de los subtenientes Leonardo Rafael Urbina y Harol Smith Barrezueta Torres; además, los cabos segundo: Freddy Jaime Román Chávez y Wilson Monserrate Loor Córdova; y los policías Diego Armando Loor Vinueza y Lorgio Marcelo Intriago García.


“Desde el primer momento que recibí la noticia, lo supe. Mi corazón de madre me decía que era cierto, que a mi hijo se lo llevaron policías”, cuenta la mujer, que desde la madrugada del 16 de octubre atraviesa un martirio que no la deja en paz.


Instantes en que los cuerpos de Luis Enrique Jaramillo Alcívar y Danilo Bowen Zambrano eran trasladados a la morgue de Portoviejo, en Manabí, donde fueron encontrados en una cantera.

“Les rogué, les supliqué a los policías que me devuelvan a mi hijo, y estos no me escuchaban...”, recuerda la afectada mujer, que en la intensa búsqueda de los jóvenes desaparecidos ¬asegura¬ haber recibido amenazas del actual jefe de la Policía Judicial, Edwin Gómez, quien le habría indicado que la iba a enjuiciar por estar haciendo esas afirmaciones.


Pero ni esas amenazas le han quitado su sed de justicia. Ahora que se le llevaron a uno de sus más preciados tesoros, su “niño lindo”, como le decía a Luis, no va a descansar. Peor al saber que la historia de orfandad que vivieron sus hijos se repetirá con el bebé de 4 meses que ahora crecerá sin padre. Su primer nieto, al que ella protegerá.


Hoy sostiene la mujer que se mantendrá en pie de lucha, que ni las amenazas que a veces recibe incluso al celular, la harán retroceder en su búsqueda de justicia por el doble crimen.




Irá al programa de testigo protegido


De acuerdo a la información que ha obtenido a través de su abogado y después de una solicitud realizada a la Fiscalía de Manabí, desde la próxima semana Rosa Elena Alcívar tendrá resguardo, ya que fue acogida por el programa de protección de víctimas y testigos.


Sin embargo, ante la desconfianza que tiene en los uniformados de esa institución dijo que no va a permitir que le pongan un policía a cuidarla las 24 horas, “porque no sabe de lo que serán capaces, no los quiero cerca”, dice.


Por lo pronto, Alcívar dijo que su abogado Pedro Figueroa también va a solicitar que se hagan otras diligencias porque estarían involucrados otros patrulleros, que habrían llegado hasta la escena del crimen.


“Eso –dijo– indicará que hubo más uniformados en ese brutal crimen de dos niños que recién comenzaban a vivir”.


Textual: Lo que comentan


Rosa Elena Alcívar. Madre de víctima
“Desde el primer momento que recibí la noticia (sobre la desaparición de su hijo y de un amigo en Manta, según testigos), lo supe... Mi corazón de madre me decía que era cierto, que a mi hijo se lo llevaron policías”.



Fuente: EL UNIVERSO*

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