martes, 28 de junio de 2011

“Los gritos de auxilio eran desesperantes”

***SNN

Foto tomada de diario la Hora (SNN)
Diario Centro*

Santo Domingo.- El accidente mortal del bus de la cooperativa Sucre no se borrará fácilmente de la memoria de María Hidalgo.

Ella tiene 67 años y era una de las pasajeras que el día del accidente iba en uno de los asientos delanteros de la unidad de transporte.

Se dirigía hacia Buena Fe, lugar donde vive. Había llegado a Santo Domingo porque estuvo visitando a uno de sus hijos.

“Sentí un fuerte impacto, y después vi a las personas llenas de sangre y que pedían auxilio para tratar de salir”, expresó María.

La señora dice que se salvó de milagro. Ella se recupera en la clínica Cuba Center, tiene el brazo izquierdo fracturado y varios golpes en el cuerpo. El hecho se dio el lunes a las 11h00(antes que el accidente de la coactur, en Manabí) en una recta en el kilómetro 16 de la vía a Quevedo, a la altura del sector San Andrés (1).

La unidad de transporte Sucre, disco 35, había salido desde la terminal de Santo Domingo para dirigirse a Quevedo.

Del hecho hubo tres muertos y alrededor de 27 heridos.

Los fallecidos fueron dos adultos y una menor.

El día del accidente algunos pasajeros de la unidad de transporte indicaron que el chofer del bus iba a exceso de velocidad, cuando intentó frenar perdió el equilibrio, chocó contra una pared de cemento y dio varias vueltas de campana quedando cerca de unos caseríos. El carro iba lleno.

Ninguno de los muertos eran de Santo Domingo.

lloraba. Mientras María se recupera del accidente, Rosa Yanbay, lloraba ayer en las afueras de la morgue la muerte de su hermano.

Segundo Roque, fue una de las víctimas mortales del percance. Él se estaba dirigiendo a Buena Fe por cuestiones de trabajo.

Segundo era oriundo de Guayabillas de la parroquia Pedro Vicente Maldonado, en donde vivía. Su cuerpo fue llevado a dicho lugar para su velación.

El hombre tenía 42 años de edad y viajaba junto con su hija de 11 años, la que salió de la clínica ayer al medio día.

Yanbay indicó que el padre de la niña Mónica Macías, que también murió en el accidente y que era oriunda de Tosagua-Manabí, le comentó que el bus iba a exceso de velocidad.

“Fue ahí donde perdió estabilidad y se golpeó con el muro. Se debe poner un control a los choferes quienes creen que cargan papas o piedras y no vidas humanas”, expresó.

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