jueves, 11 de agosto de 2011

Le faltó altura

***SNN


Fuera de Quito, la Selección ecuatoriana sigue chocándose con su historia. Por quinta vez consecutiva se quedó en la primera fase de la Copa América.


VISTAZO*

Jorge Cavagnaro / jcavagnaro@vistazo.com


Un partido ganado, uno empatado y 13 perdidos es el balance de la ‘tricolor’ en sus últimas cinco presentaciones en la Copa América, todas con Luis Chiriboga Acosta como presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF). Antes de que él asuma ese cargo, Ecuador disputó cuatro veces ese torneo en la década de los 90 y solo en dos ocasiones superó la primera fase. Coincidencia o no, lo hizo como anfitrión (1993) y en Bolivia (1997); en ambos países jugó en ciudades con más de 2.500 metros sobre el nivel del mar (Quito y Cochabamba).


La famosa altura, de la que se quejan muchos directivos de otras federaciones, toma nuevamente su papel protagónico, sobre todo al revisar también el desempeño tricolor en las eliminatorias mundialistas. Para Corea-Japón 2002, cuando Ecuador clasificó a su primer mundial, el equipo sacó 24 de sus 31 puntos en ciudades de altura (Quito, Bogotá y La Paz); y para Alemania 2006, su segundo mundial, Ecuador consiguió 26 de sus 28 puntos en Quito y La Paz (su única victoria de visitante). Pero para Sudáfrica 2010, su aliada (la altura) no lo fue. Apenas sumó 15 puntos en Quito y tres en La Paz (18 de los 23 con los que terminó).


Obviamente, en el análisis del porqué del fracaso en Argentina 2011, no solo se debe mencionar esta –quizá– casualidad. También hay otros factores que pudieron combinarse para terminar solo por encima de la discreta selección boliviana y la Sub-23 de México.


Diez meses para contratar
Apenas terminó la última eliminatoria mundialista (octubre 2009), el Directorio de la FEF cesó a Sixto Vizuete como director técnico de la selección mayor, aunque lo mantuvo 10 meses más como interino. No tenían apuro para contratar a un nuevo entrenador, tal como reconoció Chiriboga al decir que se tomarían el tiempo necesario para hacerlo. Recién el 10 de agosto de 2010, se eligió a Reinaldo Rueda, exseleccionador de Honduras.


Para Andrés Muñoz, periodista deportivo, esa pasividad en la contratación no fue acertada por dos factores: alejaron a los candidatos ideales y que la gente quería: Edgardo Bauza y Jorge Fossati; y también quedó evidenciado que los 10 meses que Rueda tuvo para conocer, experimentar y aplicar sus ideas con la Selección, fueron demasiado cortos. “El tiempo entre la finalización de la eliminatoria y la llegada de Rueda fue desperdiciado”.


Esperanzados en una jugada fortuita entre Christian Noboa y Edison Méndez, y sostenidos por la nueva pareja de centrales (Norberto Araujo y Fricson Erazo), en esta Copa América, Ecuador dudó entre intentar o esperar. La pasividad que mostró Rueda en el banquillo se asemejó a la de sus jugadores, y se ahondó con la lesión de Antonio Valencia.


Juan José Buscalia, periodista argentino de la cadena Fox Sports, expresa que definitivamente la actuación ecuatoriana no fue buena, aunque lo más llamativo fue lo que mostró en el juego. “Creo que en los tres partidos, Ecuador cumplió una labor discreta. Vi rendimientos individuales por debajo de lo esperado, desacoples llamativos y groseros”. Luigi Pescarolo, entrenador ecuatoriano, va más allá. “Se creía que con lo que habían hecho los jugadores ecuatorianos individualmente en sus clubes, era suficiente. ¡Estábamos tan equivocados!”. Asegura que nunca se logró unir, coordinar y dar un funcionamiento lógico al equipo.


¿Renovación?
Trece puntos en 13 amistosos fue el discreto balance de la era del colombiano Rueda antes del torneo. En total, un 29 por ciento de puntos ganados. Estadísticamente, no es bueno, como lo reconoce Carlos Villacís, vicepresidente de la FEF, pero atribuye este nivel al recambio que tiene la tricolor, que no es de la noche a la mañana. “Había que armar el equipo, buscar nuevos valores. Renovar es un proceso que toma su tiempo”. Para él, la Copa América era la mejor oportunidad para conformar el equipo de las eliminatorias.


Pero al hablar de renovación, hay contradicciones como la apuesta por Marcelo Elizaga que, aunque fue uno de los rescatables de la ‘tri’, atraviesa su última (o penúltima) temporada como profesional. El entrenador llevó a Máximo Banguera y Alexander Domínguez, dos jóvenes que debieron, justificando la teoría del proceso, ser titulares. Así también surgen dudas en cuanto a la insistencia por Neicer Reasco (34 años) en la banda derecha a pesar de contar con Gabriel Achilier, de 26 años, como recambio natural en ese sector.


Villacís agrega que para encarar la Copa también complicaron las lesiones de Luis Saritama y Jaime Ayoví, dos elementos que fueron titulares en los partidos preparatorios, y luego la salida de Antonio Valencia en pleno torneo. “Fueron una serie de obstáculos que, sumado al recambio, y sin justificar la mala presentación del equipo, que fue mala, afectaron”. Para Pescarolo, los partidos de práctica son los que deben marcar planificadamente cuáles son las alternativas si los titulares no puedan estar por diferentes causas, y desde su perspectiva, esto no se hizo. “¿Qué hacíamos? ¿Improvisar? Los jugadores son seres humanos no máquinas”.


Según Muñoz, la nómina definitiva para Copa América, tras esas lesiones, resultó descompensada, porque llevaron nueve defensas y pocos jugadores de desequilibrio en ofensiva. “Hasta hoy no se entiende la no convocatoria de Jefferson Montero y de otros jugadores como Félix Borja, Joffre Guerrón o Christian Suárez, cuando sí hubo espacio para otros elementos que hicieron menos méritos en sus clubes”.


Geovanny Nazareno de Barcelona; Narciso Mina, segundo goleador del torneo local con Independiente José Terán, y Edson Montaño, juvenil Sub- 20 que juega en Bélgica, fueron tres de los discutidos. En este tema incluso se vinculó al hijo del titular de la FEF, José Luis Chiriboga Merino, agente de jugadores. Varios medios indicaron que era empresario de los tres jugadores; él solo confirmó que trabaja con Montaño. “Él es el único que represento de los 23 (convocados). Me parece injusto buscar culpables en un empresario”, enfatizó en la radio capitalina La Red.


Dudosa ratificación
Terminada la Copa América, luego de presentar su informe al Directorio de la FEF, Rueda fue ratificado en el cargo porque, según Villacís, “este cuerpo técnico sabe dónde tiene que corregir y lo va a hacer. Creo que tomamos la mejor decisión”. Asevera que se pueden cometer errores, pero lo malo sería no rectificarlos, y en esto, el colombiano se comprometió a hacerlo, a realizar cambios para armar el equipo ideal para las Eliminatorias.


Desde el punto de vista de Juan José Buscalia, ésta es la decisión más saludable. “Nadie puede dudar de las capacidades de Rueda. Si un año atrás era el técnico elegido, hay que entender que en sólo un año no puede hacer milagros. Si hoy se lo cambia porque resulta que no es el técnico idóneo, debería irse de su cargo quien lo eligió”. Similar opinión tiene Pescarolo, quien agrega que la FEF se ha equivocado poco y hay que darle un margen de error. “Estoy seguro que ellos sabrán rectificar; está claro que debemos mejorar”.


A menos de tres meses del inicio de la eliminatoria (Ecuador debuta el 7 de octubre en Quito frente a Venezuela), Rueda tiene varias tareas pendientes por resolver para no irse anticipadamente como sucedió con sus compatriotas Gómez y Suárez.


Procesos que dieron fruto
Uruguay es la máxima expresión de fútbol en el continente. Su cuarto lugar en la Copa del Mundo en Sudáfrica y ahora el título en la Copa América en Argentina, como invicto, son muestras de un trabajo que inició hace más de seis años y que hoy da resultados envidiables.


Uruguay y Paraguay fueron las selecciones que más lejos llegaron en el pasado mundial. Por eso, en este torneo, al llegar a la final, confirmaron que sus procesos de cinco años con Óscar Tabárez (Uruguay) y de cuatro años con Gerardo Martino (Paraguay) serían las claves del éxito. Además, la aparición de Perú y Venezuela en instancias finales reconoció la seriedad de sus directores técnicos, Sergio Markarián y César Farías, respectivamente. Ambos con una idea de juego definida, un equipo base y con el objetivo de acoplar esas dos situaciones como parte de su preparación para clasificar al Mundial Brasil 2014.



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