sábado, 13 de agosto de 2011

Recuerde una leyenda quiteña en la casa del padre Almeida

***SNN


En este espacio además de encontrarse con un cristo pintado por ambos lados (pintura tabular) lo acompañan pinturas y esculturas de la época.


En el Convento de San Diego, en el centro oriente de la ciudad, está el Museo del Padre Almeida.


El lugar guarda lienzos alusivos a la pasión de Cristo, la asunción de la Virgen María y la vida de santos como San Francisco de Asís, entre otros.


El arte de la Escuela Quiteña del siglo XVIII se plasma en las obras pictóricas del museo. Allí funcionó la antigua recoleta de la Orden Franciscana, un lugar de recogimiento y retiro espiritual. Fue construida en 1597 y fue la primera recoleta del país.


El convento fue construido lejos de la ciudad, era un lugar de reflexión. Sus paredes son altas, con el propósito de que los religiosos solo puedan ver al cielo.


Adentro hay tres patios. Uno de ellos es el de la Cruz, que tiene una pileta y alrededor cuadros de las estaciones de la muerte y crucifixión de Cristo. La concepción arquitectónica del sitio es un referente patrimonial.


Un recorrido con la historia en el Museo del Padre Almeida











Conozca las huellas que hicieron del padre Almeida una leyenda

El museo está ubicado en el barrio San Diego, en las calles Calicuchima y Farfán.


La muestra está dentro del Convento de San Diego, en el centro, junto al cementerio.


El horario de atención es de lunes a sábado, de 10:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00. Los domingos, de 10:00 a 14:00.


El costo de la entrada es de USD 2 adultos y USD 1 estudiantes, presentando el carné.


El recorrido por la que fue la casa del Padre Almeida se lo hace con la ayuda de un guía.


Podrá visitar cuatro salas de exposición: la Barroca, la de Bosco, la de la Virgen y la Sala IV. En ellas encontrará pinturas y esculturas de los siglos XVI y XX, además de otros objetos.


El recorrido por el museo también incluye el comedor, el campanario y el coro. Además de los tres patios internos que tiene el convento.


La iglesia es parte del recorrido. En ella podrá ver la marca en donde estaba la ventana por la cual el Padre Almeida se escapaba por las noches. El osario, donde velaban a los padres también es parte de la visita.


Otro elemento llamativo es el Cristo que el padre utilizaba como escalera para salir de fiesta.


La celda 06, la del Padre Almeida, es uno de los mayores atractivos. Ahí verá vestimentas e instrumentos de penitencia.

Fuente: EL COMERCIO*

Fotografias: El Comercio


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