Quito (Pichincha).- Tras aclarar que en el Gobierno de la Revolución Ciudadana no hay asesino ni cobardes, el Presidente de la República, Rafael Correa, finalizó su informe a la nación cuestionando cómo en el país se quiere dejar en la impunidad los hechos del 30 de septiembre de 2010, durante la intentona golpista, patrocinado por un grupo de policías insurrectos.
“Las misma balas que mataron a Sucre, los mismo que consumieron la vida del Libertador, los mismos que indujeron a la hoguera bárbara, son también los que patrocinaron y ahora tratan de dejar en la impunidad los trágicos hechos del 30 de septiembre pasado, son los mismos que buscan acabar con la revolución”, dijo el Mandatario en el pleno de la Asamblea Nacional.
El Mandatario destacó cómo “las fuerzas más oscuras y retardatarias, otra vez se manifestaron en contra de los corazones valerosos”, donde una vez más saltó el odio en contra de quienes “trabajamos para transformar de raíz al Ecuador y fraguaron la emboscada, el asedio y la venganza”.
Hechos a los que calificó como un saludo a la violencia al tiempo de criticar a aquellos que se preguntan quién ordenó disparar el 30 de septiembre, “como que si no se supiera, cuando las imágenes comprueban los hechos”, se respondió.
“En todo caso que la asambleísta (Lourdes Tibán) le pregunte a su hermano cuando agredía a los asambleístas y encapuchado quería pasar desapercibido. Yo no soy cobarde, ni me encapucho, ni me escondo el rostro”, dijo con énfasis.
Rindió homenaje a los caídos el 30 de septiembre y cuestionó el tratamiento que le ha dado la prensa a este tema, cubierto en un espíritu de cuerpo, que por defender a un periodista calumniador pretenden demostrar “que los pájaros dispararon a las escopetas” e incluso llamaron al rescate del Presidente del Hospital de la Policía Nacional un “operativo político”.
Finalmente, el Mandatario destacó que mientras él sea Presidente el 30 de Septiembre no quedará en la impunidad.
Prensa Presidencial.
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