(Revista VISTAZO).- Para la mayoría de citadinos en Ecuador, contar con una cuenta bancaria es indispensable. Sin embargo, para cerca de cinco millones de ecuatorianos, acceder al sistema financiero formal es aún un lujo. Ellos, los “desbancarizados”, por lo general viven en zonas rurales y deben realizar transacciones en efectivo, depender de prestamistas informales y vivir con una capacidad de ahorro muy disminuida. Para Santiago Vásquez, director del proyecto Billetera móvil del Banco Central del Ecuador (BCE), remediar esta situación es más sencillo de lo que uno pensaría: mientras que un 35 por ciento de la población no tiene acceso bancario, hay más de 14 millones de líneas móviles activas. ¿Por qué no utilizar el teléfono celular –la tecnología más cercana a todas las personas del país– para realizar trámites financieros sin efectivo?
Según Vásquez, los beneficios serían varios. “El modelo permitiría disminuir los costos de transacción dramáticamente. En vez de gastar en transporte y perder horas de trabajo para llegar al banco más cercano, el usuario podría cobrar el Bono de Desarrollo Humano al costo de un mensaje de texto”, asegura.
El sistema se basaría en el envío de mensajes SMS de un usuario a otro para comunicar la transferencia de saldos; por ejemplo, entre el tendero de la esquina y el usuario sin cuenta bancaria. Además de implementar una base de datos centralizada y una plataforma para el manejo técnico del proyecto, se crearía una red de distribución para el efecto. Los locutorios de telefonía móvil, tiendas, farmacias y demás locales comerciales se convertirían en unos de los 10.000 puntos de la red para realizar compras, depósitos, retiros y pagos con el dinero electrónico.
La diferencia entre este sistema –nunca antes aplicado en el país– y la ya existente banca móvil sería la necesidad de contar con una cuenta bancaria. Instituciones financieras como Banco Pichincha, Banco del Pacífico y Banco Bolivariano ya ofrecen este servicio a sus clientes, el cual, así como el programa de Billetera móvil, les permite realizar pagos de servicios básicos, colegios, universidades y almacenes a través del envío de mensajes SMS.
En otras partes, este modelo de inclusión financiera ya es revolucionario. En Kenia, nueve millones de personas pagan desde la ropa hasta los colegios usando sus teléfonos celulares. En Haití, el sistema se implementa desde el año pasado con una donación de 10 millones de dólares de la fundación de Bill y Melinda Gates. Ahí, el programa facilitó el acceso a ayuda financiera y mejoró la capacidad de ahorro de los haitianos, luego de que varios cajeros automáticos fueron destruidos por el terremoto de 2010.
En Ecuador, se esperan resultados similares.
El proyecto se lanzará el próximo julio, con una inversión aproximada de seis millones de dólares y un gran objetivo: brindar un sistema más sencillo y más seguro que cargar dinero en efectivo.
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