domingo, 11 de diciembre de 2011

¡Ruinas quitus, en medio de la urbe moderna!

***SNN



Visitar este lugar es una oportunidad para recordar un poco de nuestra historia.


El sitio expone importantes vestigios de los Quitus, que corresponden a diversos períodos arqueológicos.


Reencontrarse en pleno corazón de la ciudad con la arqueología, la flora y fauna del Quito de hace más de 2.000 años es posible en el Parque Arqueológico y Ecológico Rumipamba. En este lugar, la imaginación vuela hacia el pasado.


Este complejo museográfico es administrado por el Municipio de Quito y está dentro del área urbana de la capital, en la avenida Mariscal Sucre (Occidental) y Mariana de Jesús. Allí se salvaguardan vestigios de más de dos milenios que fueron rescatados por el ahora Instituto Metropolitano de Patrimonio y ahora son parte de la historia de la ciudad.


La presencia Quitus

Este sitio guarda y expone importantes vestigios de los Quitus, que corresponden a diversos períodos arqueológicos, que van desde 1500 AC hasta 1500 DC.


Existen senderos ecológicos que permanecen en su estado original y ofrecen la posibilidad de emprender una caminata, rodeados de especies endémicas, vernáculas y propias del lugar.


El recorrido por los senderos también ofrece a los visitantes la posibilidad de apreciar especies de árboles endémicos y representativos del bosque andino como los pumamaquis, arrayanes, llinllínes, así como plantas medicinales como llantén, manzanilla, orégano, matico. También hay plantas ornamentales como taxo, orquídeas, helechos y frutales como uvilla y mora silvestre. En suma 36 especies nativas, 15 introducidas y tres endémicas.


Los vestigios se fusionan con muestras de sitios arqueológicos, entre las que constan pisos compactos de tierra “chocoto”, agujeros de postes que demuestran la técnica constructiva del “bahareque” primario en casas o bohíos, muros de contención, tumbas de variado tipo y más evidencias de un posible “culunco” o caminos hundidos, a los cuales se suman miles de restos de cerámica.


En medio de la ciudad

Este sitio arqueológico fue rescatado en los predios de la señora María Augusta Urrutia, quien fraccionó su hacienda. Allí se construyeron el Parque de la Mujer, el colegio San Gabriel, los hospitales Metropolitano, de la Policía y varias urbanizaciones.


Estos terrenos estaban destinados a conjuntos habitacionales, sin embargo, cuando ya se levantaban las edificaciones, se encontraron los vestigios arqueológicos.


Los urbanizadores reportaron al Instituto Nacional de Patrimonio Cultural y suspendieron los trabajos de construcción. De esta manera se investigó y mantuvo el valor la serie de vestigios arqueológicos aquí descubiertos.


La casa de hacienda permaneció abandonada desde 1960. Fue convertida en varias ocasiones en mecánica, bodega e incluso lugar de malandrines. Esta edificación fue recuperada y actualmente ahí funcionan varios talleres de restauración arqueológica y de reserva de los materiales culturales rescatados en todos los proyectos arqueológicos del Distrito.


Aquí se exponen vestigios de la cerámica de la propia Rumipamba, Tulipe, Rumicucho, Guayllabamba, San Luis, La Florida, Tajamar. Así como miles de fragmentos cerámicos, spondylus y obsidianas descubiertos a lo largo de los 4.900 kilómetros cuadrados del Distrito, que forman parte del gran atlas arqueológico de Quito.



LOS VISITAS SON PROGRAMADAS

El fin de semana es una ocasión propicia para visitar en familia el Parque Arqueológico y Ecológico Rumipamba, en la avenida Occidental y Mariana de Jesús.


En el parque pueden apreciarse vestigios arqueológicos de los antiguos habitantes de Quito, apreciar plantas, observar aves, caminar por senderos del antiguo pueblo yumbo, respirar aire puro, recuperar energías y lo fundamental conocer de primera mano la historia de los orígenes de la ciudad.


La visita guiada con acceso gratuito dura una hora y media, lapso en cual los visitantes participarán de la proyección de un vídeo, donde apreciará la sala de exposición y luego realizará la caminata por el sitio arqueológico.


Los visitantes pueden ver evidencias ceremoniales y domésticas de los pueblos originarios, caminar por los culuncos (camino original para el intercambio comercial), conocer plantas nativas como chilca, chocho silvestre, trinitaria, izo, tipo, etc.


En la caminata los visitantes pueden encontrarse con conejos silvestres y decenas de aves que se acercan al sitio atraídas por la flora silvestre que les ofrece frutos. El parque cuenta con un parqueadero sin costo para sus visitantes.


Si se trata de grupos numerosos de estudiantes, instituciones u organizaciones es necesaria una reservación. Los interesados pueden llamar a Verónica León, a los números 02-228-0504 ó al 08-730-5100.


La atención es de miércoles a domingo, de 08:30 a 16:30



Fuente: DIARIO EXTRA*

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