lunes, 23 de mayo de 2011

FF.AA. reaccionaron ante ataques de Correa que estaban infiltradas por la CIA

***SNN


EL COMERCIO
Las secuelas que causó el bombardeo al campamento de las FARC, en Angostura, en las filas militares y policiales ecuatorianas estuvieron cargadas de mucha retórica oficial y de menos acciones concretas, al menos en relación con la anunciada terminación de los acuerdos de cooperación con EE.UU.


Luego de la incursión armada colombiana del 1 de marzo del 2008, la Embajada de EE.UU. en Quito estuvo muy activa, ante las furiosas declaraciones del presidente Rafael Correa, quien acusó a la CIA de haberse infiltrado en los aparatos de inteligencia, especialmente del Ejército.


Los días siguientes al bombardeo, la embajadora Linda Jewell hizo llamadas y mantuvo encuentros con los ministros de Defensa Wellington Sandoval y Javier Ponce, quien lo reemplazó. Las principales citas están detalladas en cuatro cables que Jewell envió al Departamento de Estado entre marzo y abril del 2008.


En el primer telegrama (145983), enviado el 14 de marzo del 2008, se reseña el encuentro positivo que el día anterior mantuvo Jewell con el entonces ministro de Defensa, Wellington Sandoval. “La Embajadora enfatizó que desea continuar apoyando los esfuerzos del país en la frontera norte. Ante eso, Sandoval reconoció que los recursos eran escasos e inadecuados para la vigilancia y agradeció el apoyo”.


Para Sandoval, la intervención del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no ayudó a la causa ecuatoriana en la crisis.


Pese a que la prensa había mencionado el incremento de las tropas, Sandoval dijo que solo tenían un helicóptero funcionando con capacidad para 10 viajes con 18 soldados, en la frontera norte.


Jewell advirtió lo peligroso que sería que el Gobierno ecuatoriano iniciase una cacería de brujas entre los jefes militares, acusados de cooperar con EE.UU., con lo cual el Ministro estuvo de acuerdo.


El siguiente cable (149237) fue enviado el 9 de abril del 2008. Narra las causas de la salida de Sandoval de Defensa y su reemplazo por Javier Ponce, hasta ese momento secretario particular del presidente Correa.


La renuncia forzada de Sandoval se concretó, pese a que él había dicho varias veces que no dejaría la Cartera de Defensa. Una de las causas de su salida -indica el cable- fue el desconocimiento de los militares del ataque a Angostura. “Más perjudicial fue, sin embargo, la falla de no informar al presidente Correa que el ecuatoriano muerto en el bombardeo, Franklin Aisalla, tenía nexos con las FARC”. Correa acusó al servicio de Inteligencia del Ejército de estar infiltrado por la CIA y de pasar información a Colombia.


El relevo de Sandoval se concretó a pocos días de esas declara-ciones, el 9 de abril. Las acusaciones del Presidente desencadenaron un profundo malestar en las Fuerzas Armadas, que el nuevo Ministro debió sortear canalizando un pronunciamiento de los comandantes de las tres Fuerzas, que “defendían la cooperación con EE.UU. como legítima”.


“El jefe del Comando Conjunto, Héctor Camacho, y los comandantes de las tres ramas de FF.AA., formal y públicamente, solicitaron un encuentro al Presidente para mantener un diálogo abierto y transparente en este tema y así evitar poner en riesgo la seguridad y estabilidad de la nación”.


Durante su posesión, Ponce dijo que crearía una comisión especial para investigar la supuesta filtración de información de los militares ecuatorianos a otros países. Tanto Camacho como el comandante del Ejército, Guillermo Vásconez, pusieron sus cargos a disposición del Presidente. Durante esa crisis, también dio un paso al costado el comandante de la Policía Bolívar Cisneros, quien fue reemplazado por el general Jaime Hurtado, “con quien la Embajada tiene poco contacto”.


El siguiente cable (150846) fue despachado el 22 de abril del 2008 por Jewell, quien habla sobre la revisión de los acuerdos de EE.UU. con Ecuador.


Mientras el ministro Ponce declaró el 12 de abril que se revisaría la cooperación con EE.UU. para evitar una influencia adversa, algunos oficiales ecuatorianos continuaban comunicándose en privado con la Embajada, enfatizando la necesidad de mantener la cooperación.


Entre el 12 y 15 de abril, Ponce anunció la revisión de los acuerdos, y añadió que la influencia de EE.UU. no era solo un problema de dos o tres oficiales, sino que había convenios, seminarios, cursos y métodos de entrenamiento que resultaron en una estrategia que no beneficiaba al interés nacional. Por lo cual se debería reformular ese apoyo.


Aunque por esos días se conoció por la prensa que ante los anuncios del Gobierno ecuatoriano se suspendió la visita del jefe del Comando Sur, almirante Stavridis, Ponce le dijo en privado a la Embajadora que él desearía fijar otra fecha para su venida.


Según Jewell, los cambios no fueron tan drásticos como los anunciados. Se cancelaron algunos programas, como los seminarios en EE.UU. “Pero las relaciones personales han vuelto a la normalidad y muchos jefes en las FF.AA. están aún deseosos de trabajar con nosotros”.


“Las últimas dos semanas, comandantes ecuatorianos en el terreno han contactado a nuestro Grupo Militar para pedir asistencia para aumentar el tiempo de operaciones contra las FARC”.


Los programas sustanciales de cooperación se mantuvieron. Otras agencias como la DEA, NAS y Usaid no tuvieron dificultades. Al final del telegrama, Jewell comenta que el 7 de abril Ponce le dijo que Ecuador no buscaba suspender toda la cooperación, sino redefinir la relación.


Con el paso de los días, la relación entre la Embajadora y Ponce mejoró.


Eso está descrito en el cable 150472, del 18 de abril del 2008. En el primer encuentro oficial de Jewell con Ponce como Ministro “la atmósfera fue positiva”. Él dijo que había completado el intercambio de una nota diplomática para facilitar protecciones e inmunidad para el personal temporal militar de EE.UU. Además, expresó su apoyo para mantener la cooperación entre Ecuador y EE.UU., especialmente en la frontera norte y pidió oficialmente que se fijara una fecha para la visita del Jefe del Comando sur al Ecuador. “Ponce estuvo cordial y relajado, y dijo estar abierto a mantener un diálogo abierto y constructivo en el futuro”.

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