jueves, 29 de marzo de 2012

“Polito”, con desparpajo, define su “concepto” de odiadores de Guayaquil

***SNN



”Polo” Baquerizo, concejal de Guayaquil.
Leopoldo Baquerizo Adum, concejal de Guayaquil por Madera de Guerrero. Foto: Miguel Castro | El Telégrafo


Un grupo autodenominado los “Cabrini” -que buscó acercamiento con el edil- se ha suscrito a la idea de la escultura a los “enemigos de Guayaquil”, presentada hace varias semanas en la sesión del Concejo y que deberá ser aprobada por una comisión municipal


Leopoldo Baquerizo, concejal de Guayaquil por Madera de Guerrero, no se considera político, pese a la trayectoria que lleva en este ámbito desde 1998, cuando llegó a diputado por la Democracia Popular. “Yo no vivo de la política”, suelta, tajante pero sonriente, mientras fuma un cigarrillo en su vivienda de Los Ceibos.


Con una trayectoria de casi cuatro décadas en radio y televisión, Baquerizo aún no decide su futuro como servidor público. Si tuviera que elegir, preferiría seguir de comunicador. “Es mi trabajo de toda la vida, yo me he ganado el pan con el sudor de mi lengua”.


Frente a los últimos eventos -colocación de monumento a LFC en Las Peñas-, usted, como persona, como ciudadano, como político...

-Interrumpe- Yo no soy político, soy “Polito”, porque si fuera político, me vería en las primeras planas de la prensa todos los días y a cada rato. Mi trabajo privado es más bien público y la parte política mía más bien es de perfil bajo, casi subterráneo... yo prefiero que sea así.


En todo caso, ¿cuál es su percepción de este asunto del monumento a LFC?, partiendo desde la intención del Municipio de colocarlo en Las Peñas, lo actuado por Diabluma y el INPC, y la columna que finalmente colocaron en ese lugar

-Tenga la plena seguridad de que, si fuera ilegal, si no fuese constitucional; si no estuviera ajustado a la ley del Cootad, yo no habría votado a favor de que se coloque el monumento ahí -en Las Peñas-. Pero la competencia, aunque no le guste a otro, la tiene el Municipio de Guayaquil, las municipalidades del país.


Yo creo que vale la pena un acercamiento, buscar la paz... Soy un hombre que amo y creo en la paz, que busca la integración, pero llega un momento en que quieren verle las costuras a la gente, tienen, como diría una expresión antigua, un espíritu joditivo; es decir, ganas de joder la vida, no sé a quién... porque no es a la autoridad, o de repente a Guayaquil... ¿Cree que hay derecho de llegar a un enfrentamiento de ecuatorianos contra ecuatorianos por querer rendir, los guayaquileños, un homenaje a quien fue dos veces su alcalde, a quien inyectó sangre en las venas, reconstruyó la ciudad y levantó el ánimo de los guayaquileños que recuerdan lo que era su ciudad?


Siendo usted una “persona de paz”, como hace un momento lo expresó, ¿cómo le nació esa idea del monumento a los “enemigos de Guayaquil”?

-Hay algunos a los que les da urticaria con esto del monumento a los “odiadores de Guayaquil”, pero es verdad que, como yo, siendo pululiano -“pululeo”, me muevo, camino, voy, circulo- entonces por ahí sugirieron: “¿por qué no hacer un monumento a los odiadores de Guayaquil? Yo no entiendo la idea como mía. En las actas está, esto no es una idea mía, simplemente me la han transmitido y como interlocutor lo que hago es proponer esa moción.


Inclusive esa idea de la comunidad coincidió con la aparición de un grupo llamado los “Cabrini”, que no sé ni quiénes lo conforman, o si tiene que ver con los “Cabreados” de Quito, si es un grupo diferente... no lo sé. Pero la idea salió de la gente, no necesariamente de los “Cabrini”, de los cuales solo conozco su existencia porque me abordaron en la calle, y yo lo que hice fue trasladar la inquietud. El Concejo aprobó la moción, eso lo conocerá la Comisión (de Erección de Monumentos y Denominación de Calles y Plazas) y seguirá un proceso.


¿Quiénes son los “odiadores de Guayaquil”?

-Los odiadores de Guayaquil no están solamente en la política, no podemos hablar solo de este tema. “¡Ah! Odiadores por el tema del monumento”... no, ni siquiera tienen que ver con el monumento a LFC. Aquí el que no ama, el que no respeta, el que no arrima el hombro, el que ensucia, ¿no puede ser un odiador de Guayaquil?


¿Ese es su concepto de los “enemigos de Guayaquil”?

-Odiadores, yo no he dicho enemigos, odiadores.


En la sesión del Concejo la idea nació como odiadores y en el transcurso del debate se cambió el término a enemigos...

-Es semántica. Ahora eso les ha dado urticaria a algunos... si yo me pusiera a refutar cada una de esas observaciones... Vea, si eso llega a ser aprobado por la Comisión, hasta que pase, hasta que llegue, y si se lo hace o no se lo hace, cómo se lo hará, dónde se lo pondrá... no lo sé. Como también puede ser negado... no lo sé, pero es un concepto.


¿Por qué sería necesario -y debo insistir en este punto-, o en qué aportaría al desarrollo urbanístico este monumento a los “odiadores de Guayaquil”?

Le hago una pregunta... o más bien una reflexión. Si se hace un monumento a la libertad de expresión o si se hace mañana un monumento a los seres que aman, se lo puede hacer. ¿Por qué no? Monumentos a los que aman a la ciudad, los que aman a este Guayaquil. ¿Por qué no puede haber un monumento a los que odian a Guayaquil?


El problema es por qué se preocupan. Si aman a la ciudad está todo bien, y amar a la ciudad no es solamente amar a las paredes, pisos, veredas, portales, calzadas y edificaciones, es amar a su gente y respetar también a su gente. ¿Por qué se preocupan? El que nada hace nada teme.


¿Conoce de alguna idea similar, una estatua similar en alguna parte del mundo?

-No tengo idea. Además, repito, no es idea mía. Yo lo que he hecho es trasladar esa idea de la propia comunidad.


¿Es decir que tampoco concibe cómo sería el monumento a los “odiadores”, en caso de que lo apruebe la Comisión?

-No tengo idea. Yo no soy quién para decir cómo hagan el monumento. Podría dar una idea, pero el concepto que puedo estar pensando ni siquiera me atrevería a sugerirlo... porque es lo que se merecerían los odiadores de Guayaquil... a los que odian. El diablo hizo ángeles también, los ángeles malvados... a esos me refiero.


¿La idea que concibe es tan censurable como para no compartirla?

No se trata de eso... depende también de qué sea censurable. No hablo tampoco de figuras pornográficas, cuidado. Ese no es mi estilo, pero... (se ríe). Mejor me quedo callado. Se puede, pero no se debe. ¿Sabe por qué? Porque si lo propusiera estoy seguro de que me dirían que no, que estoy loco y se van a reír. Verdaderamente sería para reírse el monumento, pero no (se sonríe), dejémoslo ahí nomás.


¿Ha conocido de la polémica que se presentó con la sola idea en Twitter y redes sociales?

-No... Yo no tengo Facebook ni Twitter... Hay alguien por ahí que, entiendo, está usando mi nombre, tanto en Facebook como en Twitter, pero yo no tengo cuentas en redes sociales. ¿Sabe por qué? No me gusta el chisme. Yo creo que la privacidad es una de las cosas más lindas, más bellas... Lo hago (no tener cuentas en redes sociales) por sanidad mental, no quiero meterme en ese valle de lágrimas de que todo se lo conoce. Los medios de comunicación hacen uso de las redes sociales y dicen “esto sacó este y el otro”... hay cosas más importantes que eso.


La opinión de los que se amargaron o no les gusta la idea es respetable, por supuesto que sí. Y yo hago una pregunta: ¿Por qué nadie protestó por la sola idea de haber dicho algo sobre el monumento al cojudo? Nadie protestó, yo no escuché o he sabido que hayan dicho: “monumento al cojudo, ¿qué es esto?”. O sea, ¿qué quiere decir?, ¿qué están pensando, que nuestra comunidad es cojuda?


Es por eso que la propia comunidad da la idea, aporta con la idea. Más claro, el “monumento al cojudo” es el de los “odiadores de Guayaquil”. Y lo dije para que vean que los guayaquileños no somos tan cojudos.



Director en Guayas del INPC denunció colocación de obelisco a LFC



Esteban Delgado, director regional del INPC, presentó una acción legal en la Fiscalía por la colocación en Las Peñas del obelisco en honor al ex presidente León Febres Cordero. Foto: Xavier Letamendi│ El Telégrafo.


En la denuncia, Esteban Delgado responsabiliza de esta acción al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot.


El director en Guayas del Instituto Nacional de Patrimonio (INPC), Esteban Delgado, presentó hace pocos minutos una denuncia en la Fiscalía por la colocación de un obelisco en honor al ex presidente León Febres Cordero en la planchada del barrio Las Peñas.


En la denuncia, Delgado asegura que se violó el artículo 415 A del Código Penal que prohíbe el daño del patrimonio cultural.


En el escrito, el funcionario responsabiliza de esta acción al alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot. Según Delgado, fue él quien dio la orden para colocar la columna. Agregó que ahora la Fiscalía deberá establecer a los responsables de este supuesto delito.


El 15 de marzo anterior, Nebot lideró una marcha en el Malecón del puerto principal que terminó en la colocación del monumento, pese a que existía una orden judicial que prohibía esta acción.


Fuente* EL TELÉGRAFO*

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