jueves, 22 de marzo de 2012

Los narcos se infiltran en agentes del Estado

***SNN


Huracán de la Frontera. El hallazgo de 4,7 toneladas de droga el 20 de septiembre del 2008 salpicó a tres policías y a un ex funcionario.


La detención de Juan Carlos Calle Serna no es un hecho aislado. Datos oficiales revelan que sus nexos delictivos están vinculados a casos que datan, por ejemplo, del 2009.


El 2 de octubre de ese año, agentes montaron un operativo antidrogas en cuatro provincias, se incautaron 3,8 toneladas de cocaína y detuvieron a dos militares: un sargento y un ex agente de Inteligencia del Ejército, quienes fueron investigador por vinculaciones con el narcotráfico.


El ex agente de Inteligencia era Telmo C., quien durante las investigaciones declaró que solo recibía ordenes de un hombre al que lo llamaban ‘El Caballero’.


¿Quién era él? Un año después, agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) revelaron que con ese alias se conocía a Ramón Quintero Sanclemente.


Él era uno de los hombres fuertes del Cartel colombiano del Norte del Valle y en abril del 2010 fue detenido en Quito.


El martes pasado se conoció que Quintero Sanclemente fue precisamente quien abrió el camino a Calle Serna en Quito.


Un fiscal que en Ecuador investiga el crimen organizado dijo ayer que casos como estos dejan al descubierto la contundencia con la que el narcotráfico comienza a penetrar la fuerza pública, especialmente, a la Policía.


De hecho, en julio pasado el general Wilson Alulema, jefe de Estado Mayor de la Policía, es decir, el segundo oficial más antigüedad en esta institución, reconoció que en la Policía “hay una leve contaminación” de los narcos.


A esto se suma que este lunes, Ramiro Mendoza, juez Tercero de lo Penal de Esmeraldas, llamó a juicio a un coronel de la Policía y a otros siete hombres investigados por tráfico de drogas.


La aprehensión del alto oficial ocurrió el 28 de septiembre del año pasado y allí los agentes dijeron que los alcaloides tenían como destino Europa y África.


Pero los hechos y declaraciones oficiales también advierten una situación similar en la justicia.


El 27 de febrero, el fiscal general, Galo Chiriboga, aseguró que existen jueces que responden a “intereses de la corrupción y del narcotráfico”, pero que son excepciones. Dos días después, el Consejo de la Judicatura (CJ) destituyó a los jueces de Sucumbíos Nicolás Z. y Leonardo O.


Estos judiciales justamente eran los que tramitaban el caso donde fueron aprehendidos los militares. En la resolución de la Judicatura que reposa en sus archivos se dice que el ex agente de Inteligencia del Ejército estaba “vinculado con una organización de narcotraficantes”.


Según el CJ, los jueces actuaron dolosamente en favor de los procesados y sustituyeron la prisión preventiva en favor de un preso.


El mismo día en que hablaba el Fiscal General, el Ejército presentaba un informe en el que advertía que de no tomar las medidas necesarias el narcotráfico y el crimen organizado podía desbordarse. El fin de semana, el presidente Rafael Correa aseguró que “nos está venciendo el narcotráfico y el crimen organizado”.


¿Desde cuándo se siente con fuerza la penetración? El fiscal que indaga casos de delitos transnacionales pone una condición para seguir la explicación. “Por favor no vaya a nombrarme”, dice. ¿Por qué? El judicial mira la computadora y dice que le han enviado correo electrónicos “con amenazas de muerte”. “Son estructuras criminales que tienen gente hasta para enviar y decir que mejor nos portemos bien”, cuenta.


El caso de la valija diplomática, donde la policía italiana descubrió 40 kilos de droga en 80 jarrones, revela esta penetración. Ayer este Diario conoció que la Fiscalía ya entregó el peritaje de la información extraída de las nueve computadoras incautadas del Ministerio de Relaciones Exteriores.


De los casos que se ha tramitado en la Fiscalía se conoce que las organizaciones delictivas transnacionales operan con brazos armados, sicarios, cuerpos de bastecimiento y hasta de “relaciones públicas”. El caso Palma Real, es uno de los hecho en que se reveló estructuras similares. En marzo del 2011, narcos asesinaron en Píntag (Pichincha) a un policía que seguía un cargamento de droga.


Informes de Inteligencia señalaron que ese cargamento tenía como destino el cartel del Norte del Valle, a donde pertenecía Quintero Sanclemente.


Similar destino tenía la droga atribuida al ex militar de Inteligencia, aunque también se advierte que otro destino era las FARC de Colombia, al igual que el cargamento incautado en el operativo Huracán de la Frontera, en el que estaba involucrado personajes públicos. Inicialmente estuvieron presos tres policías.


Es decir -según agentes- la triangulación delictiva confirman los carteles y los grupos ilegales de Colombia, las redes mexicanas y mafias que operan desde Ecuador.


Otro hecho que genera inquietud en el país es el relacionado con el caso de Hugo Reyes Torres. En la Corte se investiga al ex juez Luis Abarca Galeas, quien ordenó el levantamiento de las medidas cautelares en favor de quien supuestamente manejaba una red de narcotráfico.




Fuente: EL COMERCIO*

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