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Extranjeros analizan calidad de educación superior. Foto: Jimmy Negrete/Expreso
(Exppreso) Congreso.- Expertos en educación superior analizan, en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, el rol de la universidad.
Las universidades de América Latina están quedando rezagadas ante el acelerado avance de la tecnología, el conocimiento científico y la globalización. Por ello, deben dar saltos de calidad para recuperar el tiempo perdido y producir nuevos conocimientos que conlleven al desarrollo de la sociedad.
Estos fueron algunos pronunciamientos emitidos por expertos en educación superior, durante el III Congreso Internacional “Universidad Desarrollo y Cooperación”, que se desarrolla en el aula magna de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.
Áxel Didriksson cree que las universidades de América Latina no tienen las características y condiciones para ser centros de producción de conocimientos que implementen nuevos procesos de desarrollo.
“Mientras muchos países aprovechan la nueva tecnología, que está en progreso, las instituciones de la región están repitiendo lo que otros hicieron hace 30 años”, añade.
A criterio del experto, los gobiernos han tendido a copiar temas neoliberales, modelos de privatización y mercantilización extrema que los ha llevado a una repetición de carreras y estructuras apegadas al mercado, en lugar de crear perspectivas de desarrollo.
“Hay que empezar a implementar modelos pedagógicos didácticos apegados al contexto de la universidad y sacar ventaja del hecho de que, en el 2030, Latinoamérica tendrá la más grande población joven a nivel mundial para ofrecerles lo que ellos necesitan”, manifestó.
Miguel Székely Pardo, exsecretario de educación media superior de México, coincide con su colega y agrega que la universidad debe tener capacidad para identificar las necesidades del sector productivo, para dar nuevas opciones de estudios a los jóvenes.
El experto critica la falta de comunicación y de políticas entre la universidad y el sector productivo, “lo cual ha originado que las carreras más demandadas sean las más saturadas y con menos oportunidades de empleo”.
Sobre el principal rol de la universidad, menciona la formación de profesionales y en particular del docente. “A los catedráticos hay que darles las herramientas necesarias para que funcionen en un mundo donde el modelo educativo del siglo XXI es distinto al que ellos han venido trabajando por varias décadas”, anota.
Está convencido de que la universidad debe estar ligada a la educación básica y media para mejorar la calidad académica de los jóvenes que llegan con conocimientos deficientes a las aulas superiores.
En cambio, Michel Molitor, vicerrector honorario de la universidad Católica de Lovaina, resaltó la necesidad de implementar la internacionalización de las universidades, para unir América Latina con Europa.
“Las entidades de educación superior deben integrarse para iniciar la cooperación de sistema a sistema, manteniendo sus objetivos y valores, sin perder identidad y cultura”, aclara.
A criterio del experto, la internacionalización permitirá la cooperación científica entre universidades para constituir una red de objetivos específicos a nivel académico y de servicios.
Finalmente, Fander Falconí, coordinador del doctorado de Economía y Desarrollo de la Flacso-sede Ecuador, indicó que la universidad debe aportar con planes y proyectos en los que deben destacarse prioritariamente la investigación tecnológica.
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