miércoles, 23 de octubre de 2013

A Enrique Camarena lo asesinó la CIA

***SNN




Edwin Ulloa Kiki era mexicano de nacimiento, estadounidense por naturalización y, como todo “espalda mojada”, vivió entre dos aguas y fue asesinado en 1985


Por: Edwin Ulloa


 Don Winslow, escritor estadounidense, describió en el libro “El poder del perro”, una parte de la trama del asesinato del exagente de la Drug Enforcement Administration (DEA) Enrique Kiki Camarena. 


La historia cautivó durante muchos años a guionistas y cineastas que vieron en él al prototipo de los buenos luchando contra los malos, típica y simplista manera de medir los propósitos de la vida entre los gringos. 


 Kiki era mexicano de nacimiento, estadounidense por naturalización y, como todo “espalda mojada”, vivió entre dos aguas y fue asesinado en 1985 -eso decía la información oficial- por orden de los fundadores del cartel de Guadalajara, entre ellos el “Príncipe” Rafael Caro Quintero, aparentemente por desmantelar con sus investigaciones una gigantesca plantación de marihuana en el rancho llamado El Búfalo. 


 Sin embargo, las declaraciones recientes a la cadena Fox News de los agentes federales Phil Jordan, exdirector del Centro de Inteligencia de El Paso (EPIC); Héctor Berrellez, exagente de la DEA; y Tosh Plumlee, expiloto que trabajaba ocasionalmente para agencias federales, confirman que Camarena fue asesinado por un miembro de la CIA, y no por Caro Quintero. 


Según uno de los informantes, en la banda musical Los Broncos, de Reynosa, se había escuchado esta teoría hace 25 años, en la letra de uno de sus narcocorridos, pero jamás le dieron importancia. 


 Ahora, según las revelaciones, narcos vinculados al Gobierno de EE.UU. encargaron el asesinato a Félix Ismael Rodríguez, alias el “Gato”, un cubano que participó en la frustrada invasión de Bahía de Cochinos y en la muerte de Ernesto “Che” Guevara en Bolivia, en 1967.



 La revista mexicana Proceso extendió la investigación y detalló que el “Gato” introdujo en México al hondureño Juan Matta, quien servía de enlace entre los narcos colombianos y el cartel de Guadalajara. Matta era operador de la CIA y traficaba con cocaína y marihuana. Parte de las ganancias las recibía ese organismo, que a su vez las destinaba a los contrarrevolucionarios de Nicaragua para comprar armamento en la lucha contra el régimen sandinista. Camarena lo descubrió y fue, según los denunciantes, su sentencia de muerte.


 La CIA ordenó su captura e hizo creer que fue Caro Quintero, considerado el primer gran narcotraficante mexicano. Posteriormente fue condenado a 40 años de cárcel y ahí debería seguir, si no fuera por sus abogados, que lo sacaron en agosto de este año, gracias a una estrategia legal. 


La DEA sigue persiguiendo a Caro Quintero, que no puede volver a ser juzgado por el caso Camarena. Los agentes, por su cuenta, secuestraron y trasladaron a El Paso, en 1990, al médico mexicano Humberto Álvarez Machaín por supuestamente haber proporcionado a Camarena fármacos para mantenerlo despierto durante la tortura. 


La película sobre este caso revivió el rol del galeno. Su detención ilegal desencadenó un conflicto diplomático entre México y EE.UU., por lo que fue liberado en 1992 gracias a la anulación de los cargos en su contra.



Fuente: EL TELÈGEAFO



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