La papeleta de los candidatos presidenciales para estas elecciones no es distinta a la de los nueve procesos anteriores, donde quedó reflejada la fragmentación de la política ecuatoriana.


Solo en las contiendas de 1978 y de 1998, el número total de candidatos fue menor: seis por cada uno. En el resto de elecciones no se inscribieron menos de ocho presidenciales, que llegó a extremos como los de 1992, 2002 y el 2006, donde hubo hasta una docena de rostros para elegir.


En los nueve procesos electorales anteriores participó un total de 83 candidatos a la Presidencia de la República. Se trata de un amplio abanico electoral, pero solo menos de un tercio de estos personajes (31) tuvo en realidad un papel trascendental.


Es decir que en cada elección presidencial, un promedio de 3,4 candidatos captó las mayores votaciones. El resto de los aspirantes tuvo bajas cifras de respaldo.


Las elecciones de 1998 y del 2009 fueron las que más votación unificada registraron en función de dos alternativas presidenciales. Jamil Mahuad (DP) y Álvaro Noboa (por entonces en el PRE) concentraron en primera vuelta el 62% de las votaciones.


Mientras que en la elecciones pasadas, Rafael Correa (A. País) y Lucio Gutiérrez (PSP) aglutinaron el 80% del total de la votación. En esta contienda, la primera desde el retorno a la democracia, Correa ganó en una sola vuelta electoral con el 51,99%.


Las elecciones de 1988, 2002 y 2006, por el contrario, mostraron un reparto más equitativo de los votos en la primera vuelta entre varios candidatos. En la de 1988, cinco aspirantes, todos provenientes de partidos políticos, recibieron entre el 24,48% y el 11,57%. En el 2002 la tendencia fue similar: el voto se repartió entre seis tendencias.


Mientras que en el 2006, fueron cuatro los presidenciales mejor votados con porcentajes parecidos.


Finalmente, en todas las elecciones con excepción de las de 1978 hubo candidaturas que no superaron el 1% de los votos. El caso más notorio fueron las elecciones de 1992, donde ocho de los 12 candidatos presidenciales sacaron entre el 3,17 y el 0,35% de las votaciones.


¿Hay pistas para determinar cómo se repartirán los votos los ocho candidatos que terciarán en estas elecciones? A la luz de los resultados anteriores, se puede advertir que el comportamiento no será distinto a los del pasado.


Si se analizan los resultados de los tres últimos procesos electorales y las tendencias partidistas a las que pertenecen hoy los presidenciales, Alberto Acosta arrancaría con un respaldo de entre el 3 y 5% de los votos, según los resultados que han obtenido el MPD y Pachakutik en los últimos comicios.


Así, en el 2006, Luis Macas (Pk) tuvo el 2,2% y Luis Villacís (MPD) el 1,3%. Entonces, ambos partidos de la actual Coordinadora de las Izquierdas presentaron cuadros propios. Ese porcentaje se confirmaría, pues en el 2009 Martha Roldós, candidata de la izquierda, tuvo el 4,3% de votos.


El candidato de CREO, Guillermo Lasso, se jugará con el respaldo de la corriente de derecha, que en el 2002 y el 2006 fue representada por cuadros del Partido Social Cristiano (PSC), obteniendo el 12% y 9% respectivamente.


Asimismo, el voto duro de Lucio Gutiérrez (Sociedad Patriótica) se refleja en el obtenido en las primeras vueltas del 2002, 2006 y 2009: 20%, 17% y 28%, respectivamente. Él representa una corriente de base populista.


El candidato presidente Rafael Correa ha crecido desde el 2006, cuando obtuvo el 22,84% de los votos. En los últimos comicios, del 2009, el Mandatario obtuvo el 51,9% del respaldo, lo que le permitió ganar en una sola vuelta.


Álvaro Noboa, en su quinto intento por lograr la Presidencia, representa una opción del populismo de la Costa, pero cuya base de apoyo se ha reducido desde el 2009 y que nunca superó el 27%.


El PRE nuevamente quiere apostarle al ex presidente Abdalá Bucaram. Él ganó en el 1996 la Presidencia con el 54,47% de las votaciones en la segunda vuelta. Aunque su futuro como candidato aún es incierto, por las restricciones legales a su nominación.


En la nueva papeleta electoral también aparecen dos movimientos que compiten por primera vez en la carrera presidencial: Ruptura y SUMA.
 
 
 
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Para el analista político Sebastián Mantilla, esta papeleta electoral demuestra que nuevamente primaron los intereses individuales frente a la concertación.
 
 
“Creen que con candidatos propios se puede arrastrar votos para la Asamblea, pero no creo que sea así con todos los movimientos, pues el sistema electoral vigente fortalece a los grandes partidos”.


Las fechas

El jueves termina el plazo para la inscripción de candidaturas a las diferentes dignidades: presidente, asambleístas y parlamentarios andinos.



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El 4 de enero próximo arranca la campaña electoral.


 Aquí los candidatos podrán hacer propaganda en medios de comunicación, en las franjas que el Consejo Nacional Electoral (CNE) defina para cada tienda política.


El 17 de febrero se realizarán las elecciones en todo el país y en el exterior.
 



Fuente: EL COMERCIO*