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Una foto de la religiosa italiana y algunas de sus pertenencias que se exhiben en un museo que se inauguró ayer.
ROCAFUERTE, MANABÍ || Nerviosa, angustiada, pero feliz, Yolanda Josefa Solórzano emprendía ayer un viaje de unas quince horas en bus desde su lugar de residencia, la comuna Buenos Aires, en el cantón Rocafuerte (Manabí), con destino a Macas (Morona Santiago). La acompañaban sus hijos Cindy y Segundo, vecinos y miembros de la Congregación María Auxiliadora de Manta.
Allá, en tierra amazónica, Yolanda sería la invitada principal a la celebración del rito de beatificación de la religiosa italiana María Troncatti Rodondi, acto que se realiza hoy a cargo del cardenal Ángel Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y delegado del papa Benedicto XVI.
El pontífice autorizó a esa congregación la publicación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión de la sierva de Dios (sor María), dice un comunicado de la Santa Sede difundido por los salesianos.
La manabita de 52 años es la portadora de ese milagro atribuido a la monja salesiana que llegó en 1922 a la selva ecuatoriana para servir al pueblo shuar y donde desarrolló una amplia obra social.
A inicios del 2002, Yolanda comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza y otros malestares corporales.
Algunos médicos le indicaron que padecía tifoidea, enfermedad que no podía superar, pese a los tratamientos. Sus familiares insistieron con nuevos exámenes y galenos particulares. Uno de ellos les confirmó que ella padecía de paludismo en etapa terminal.
Su cuñada Nieve Cruzzaty indicó que tras ese último reporte a su pariente la llevaron desahuciada a morir a su casa, pero esta pidió un último deseo y era contraer matrimonio con su conviviente y padre de sus cinco hijos, Gil Rafael Cruzzaty.
Fue en una noche de junio cuando Iván Segarra, quien en aquel entonces era párroco de Rocafuerte, llegó al domicilio de la familia Cruzzaty-Solórzano a cumplir ese deseo. Al observar la angustia de los familiares de Yolanda les obsequió una estampa de sor María Troncatti y les pidió que oraran por la agónica mujer.
Al día siguiente el panorama ya no era de dolor en el hogar de Yolanda, ya que contra todos los pronósticos médicos esta se levantó de la cama y su rostro ya no tenía ese color amarillo que padecía desde hacía varios días. “Fue un milagro de la monjita”, recuerda Nieve.
El rumor de que había una “muerta-viva” en Rocafuerte circuló por todo Manabí. Incluso, el médico que desahució a Yolanda se sorprendió tras hacerle un nuevo chequeo y detectar que el paludismo. “Como por arte de magia”, no había dejado secuelas en el organismo de la paciente.
Muchos sacerdotes, incluso desde Roma (Italia), llegaron hasta la comunidad a comprobar si lo de la “muerta-viva” era realidad y luego de tres años de análisis y estudios se confirmó el milagro que hoy da paso a la beatificación de sor María Troncatti.
Segundo Cruzzaty, hijo de Yolanda, dijo que esta se encontraba muy contenta y que era la primera vez que viajaba al lugar donde reposan los restos de la nueva beata.
“Ella (su madre) pedirá por la salud de todos y también porque mi abuelo (José Urbano Cruzzaty) se sane (de una infección pulmonar). Yo sé que la sor (María) hará otro milagro con mi abuelito, aunque ya los médicos le han dado pocas posibilidades de vida”, relató.
En tanto, en la Arquidiócesis de Manabí se informó que el 2 de diciembre una reliquia de sor María Troncatti llegará a la Catedral de Portoviejo, donde se oficiará una misa y luego será trasladada a la comuna Sosote, donde se iniciará una caminata de 4 km hasta la capilla del sitio Buenos Aires, para la realización de otra eucaristía.
“Yo me levanté y luego comenzó mi rehabilitación total. Gracias a mi madrecita sor María estoy viva”.
Yolanda Josefa Solórzano
Receptora del milagro
Fuente: EL UNIVERSO*
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