Angélica Cadena Álvarez, de 28 años, fue asesinada por su conviviente con varios machetazos.Salieron por la mañana a la cocaotera, donde el campesino la macheteó y luego terminó con su vida. Terrible drama para los dos hijos de la pareja.
Mocache (Los Ríos) || Aterrados. Así quedaron dos niños de 9 y 13 años de edad, al saber que se quedaron sin padres. El hombre asesinó de tres machetazos a su conviviente y después desesperado se colgó de una mata de cacao. Este hecho ocurrió en una zona del campo en el cantón Mocache, provincia de Los Ríos.
Todos los días, Wilmer Joffre Tapia Zamora, de 44 años, y Angélica Beatriz Cadena Álvarez (28) salían de su casa ubicada en el recinto Mango Azul, de Mocache, a trabajar en su finca en el sitio Los Sábalos de Abajo.
La tarde del pasado miércoles fue trágica para la familia Tapia-Cadena. Al parecer entre la pareja surgió una discusión que después terminó en desgracia.
Henry Cadena, hermano de la fallecida, manifestó que Angélica llegó a las 06:30 del miércoles a la casa de su familia y dijo que se iba con Wilmer a coger una cosecha de cacao a los huertos. Ella le pidió a su madre, Ignacia Álvarez, que cocine para sus hijos que estaban estudiando.
Al allegado de la señora le preocupó no ver en la finca a la pareja. Al caer la tarde y como no aparecían, temiendo lo peor, Ignacia y los demás familiares fueron a buscarla. Primero por Mocache y luego hasta la finca de ellos.
SORPRENDIDOS
Al llegar a la finca comenzaron a rastrearlos por todos lados. Alrededor de las 16:00 de pronto vieron una camioneta en una hondonada y a unos vecinos que en una cacaotera con horror observaban el cuerpo colgado de Wilmer, en una mata de cacao. A cuatro metros del cuerpo de este, se hallaba el de Angélica cubierta con hojas de la misma planta.
Henry Cadena dijo que ellos siempre peleaban como en todo hogar, pero jamás imaginó que su cuñado llegaría a asesinar a su amada esposa.
COMPRÓ UNA SOGA
Los vecinos le comentaron a Henry que ese mismo día vieron a Wilmer comprar una soga en Mocache. Al parecer, este ya venía planificando su muerte y la de su mujer.
Macario Tapia, padre de Wilmer, manifestó que él era el primero de sus cinco hijos y desconocía el motivo por el cual su vástago cometió este crimen.
“Al ver que no aparecía por su casa empezamos a buscarlo y lo encontramos en su finca”, manifestó el campesino.
El progenitor además reveló que antes la pareja peleaba mucho, pero últimamente las cosas habían cambiado, vivían tranquilos y ambos iban juntos al trabajo de la agricultura.
Dos niños se quedaron sin padres
El padre de Wilmer manifestó que la pareja dejó en la orfandad a dos menores de edad: uno de 9 años que ambos habían procreado en su convivencia y una niña de 13 que es hija de ella de su primer compromiso.
Los cuerpos son velados en las casas de sus padres. Agentes de Criminalística de Quevedo llegaron hasta ese lugar para ordenar las diligencias necesarias.
Fuente: EXTRA*
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