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| Imagen tomada de internet y agregada por SNN |
Por: Oswaldo Ávila Figueroa
Como los presidenciables de la oposición, aislados y sin apoyo popular, se sienten derrotados, ahora, entre ellos, se disputan la punta y la cola en la contienda electoral de febrero del 2013 para no caer, estrepitosamente, en la ridiculez y burla de la ciudadanía.
Diversos sectores sociales formulan lamentos y repudio, por el retorno a la era de la componenda, compra de conciencia y alquiler de articulistas y payasos con la intención de lograr espacio y alguna posición de expectativa en el proceso cívico. La prensa independiente ya se inclina reverente en apoyo al más conveniente, para atenuar el impacto de la derrota.
El candidato presidencial de la bancocracia, que surgió como acertada opción de la oligarquía y derecha política, perdió prestancia por la escabrosa conducta de su binomio Auki Tituaña, que hoy se refugia, avergonzado, en su madriguera.
El candidato de CREO reacciona y sigue en la lid, con el auspicio de la CIA, aporte del capital extranjero y sin desestimar asesoría y apoyo político del Opus Dei. En una entrevista confiesa “como una decisión religiosa su ingreso a esa institución clerical”, que desarrolla un proselitismo agresivo, vinculado a los grupos derechistas en el mundo.
Es conocida la intromisión de la Iglesia católica en la política nacional en contradicción con el Modus Vivendi entre la Santa Sede y nuestro Gobierno que concede garantía a las actividades religiosas, pero en el ámbito de su competencia.
En la disputa de los candidatos a la Presidencia de la República de la oposición por no quedarse de colista, se agrega el ex militar derrocado, que para ocultar defectos en el ejercicio de su gobierno en 2003, llama, inútilmente, a una graciosa mujer para formar su binomio.
El ex mandatario supone que los ecuatorianos se han olvidado del pacto tenebroso con los partidos de derecha a quienes combatió durante la campaña electoral y que esa actitud desleal causó indignación popular y su posterior derrocamiento del poder. Él intuye su derrota, pero su vanidad, ambición y terquedad lo inducen a buscar, aunque sea, alguna curul en la Asamblea.
Otro sector político, que elude la cola, se llama Unidad Plurinacional de las Izquierdas, a la cabeza de un desertor de Alianza PAIS, que en unión de sus aliados se hace llamar ideólogo de la revolución y con esa etiqueta presiona votos para evitar en los comicios un resultado ridículo. El Prian con su
Álvaro Noboa, acostumbrado a perder, insiste en su postulación, aislado y abandonado, sin Taiano y otros que medraron a su paso por el partido, casi sin entusiasmo, a diferencia de otros lances electorales, su misión es no ocupar el último lugar.
La candidatura del PRE se resume a un espectáculo circense, para llamar la atención y pretender la supervivencia. Otros binomios se movilizan como relleno en el escenario de la compaña electoral y solo se limitan a exhibir su historial de ilustres ignorados.
El líder de la Revolución Ciudadana, triunfalista, contempla, indiferente el ajetreo de los supuestos competidores, mientras el proceso de cambio continúa imparable hasta la consolidación del socialismo siglo XXI.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
Diversos sectores sociales formulan lamentos y repudio, por el retorno a la era de la componenda, compra de conciencia y alquiler de articulistas y payasos con la intención de lograr espacio y alguna posición de expectativa en el proceso cívico. La prensa independiente ya se inclina reverente en apoyo al más conveniente, para atenuar el impacto de la derrota.
El candidato presidencial de la bancocracia, que surgió como acertada opción de la oligarquía y derecha política, perdió prestancia por la escabrosa conducta de su binomio Auki Tituaña, que hoy se refugia, avergonzado, en su madriguera.
El candidato de CREO reacciona y sigue en la lid, con el auspicio de la CIA, aporte del capital extranjero y sin desestimar asesoría y apoyo político del Opus Dei. En una entrevista confiesa “como una decisión religiosa su ingreso a esa institución clerical”, que desarrolla un proselitismo agresivo, vinculado a los grupos derechistas en el mundo.
Es conocida la intromisión de la Iglesia católica en la política nacional en contradicción con el Modus Vivendi entre la Santa Sede y nuestro Gobierno que concede garantía a las actividades religiosas, pero en el ámbito de su competencia.
En la disputa de los candidatos a la Presidencia de la República de la oposición por no quedarse de colista, se agrega el ex militar derrocado, que para ocultar defectos en el ejercicio de su gobierno en 2003, llama, inútilmente, a una graciosa mujer para formar su binomio.
El ex mandatario supone que los ecuatorianos se han olvidado del pacto tenebroso con los partidos de derecha a quienes combatió durante la campaña electoral y que esa actitud desleal causó indignación popular y su posterior derrocamiento del poder. Él intuye su derrota, pero su vanidad, ambición y terquedad lo inducen a buscar, aunque sea, alguna curul en la Asamblea.
Otro sector político, que elude la cola, se llama Unidad Plurinacional de las Izquierdas, a la cabeza de un desertor de Alianza PAIS, que en unión de sus aliados se hace llamar ideólogo de la revolución y con esa etiqueta presiona votos para evitar en los comicios un resultado ridículo. El Prian con su
Álvaro Noboa, acostumbrado a perder, insiste en su postulación, aislado y abandonado, sin Taiano y otros que medraron a su paso por el partido, casi sin entusiasmo, a diferencia de otros lances electorales, su misión es no ocupar el último lugar.
La candidatura del PRE se resume a un espectáculo circense, para llamar la atención y pretender la supervivencia. Otros binomios se movilizan como relleno en el escenario de la compaña electoral y solo se limitan a exhibir su historial de ilustres ignorados.
El líder de la Revolución Ciudadana, triunfalista, contempla, indiferente el ajetreo de los supuestos competidores, mientras el proceso de cambio continúa imparable hasta la consolidación del socialismo siglo XXI.
Fuente: EL TELÈGRAFO*
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