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El humorista Carlos Michelena reflexiona sobre la incorporación de figuras de la farándula, televisión y del deporte en las listas de candidatos.
En medio de la fiebre electoral, ¿alguna organización le planteó una candidatura?
La gente del parque, los cargadores del Mercado Mayorista, los provincianos, entre otros, hemos formado el Partido Ecuatoriano de Oposición, el PEDO.
Pero ese partido no está inscrito en el Consejo Nacional Electoral (CNE), ¿hubo problemas con las firmas?
No, porque cada uno de sus miembros tiene todo en orden: impuestos al día, etc.
Entonces, ¿por qué no se inscribieron?
Nosotros vamos a hacer otras elecciones paralelas. Mucha gente ya no cree en las elecciones oficiales y les presentamos esta alternativa. Entonces nuestro partido ha resuelto que yo sea su único candidato.
¿A qué dignidad?
Para concejal del parque (El Ejido). Entonces estamos en esas lides. Este es un juego tan libre y democrático como el oficial.
Y ya en el plano formal, ¿ningún partido le pidió ser postulante?
No. Ellos saben de mi posición. No creo que insistan.
¿Nunca le ha picado la curiosidad de candidatizarse?
La verdad que no. Mal haría en ingresar a ese juego cuando no creo en la estructura del Estado.
¿Qué se le viene a la mente cuando ve a colegas artistas, conductores o futbolistas en calidad de candidatos?
Por experiencias pasadas, no han hecho ningún aporte notorio. Deberían pensar que se deben a un público antes que a la propuesta de un partido político. Y si van a la Asamblea ojalá hagan algo por el bien común.
¿No es preferible un deportista a un representante de la clase política tradicional?
Hay procesos en los que la sociedad ha ido probando regímenes neoliberales, conservadores o revolucionarios. Pero la única conclusión de esos procesos es que el Ejecutivo se ha fortalecido y se ha restado espacio de independencia a otras funciones. En conclusión hay menos derechos civiles y se pagan cada vez más impuestos en cualquier compra.
Ese dinero es para obras.
Ese capital se gasta en obras suntuosas: ministerios, carros oficiales y poner a trabajar a gente que políticamente les conviene.
Pero hay una obra vial importante de este Gobierno.
Hay que reconocer a los obreros, peones y la mano de obra juvenil que hay en todo contrato público. Hay que ver si se cumplen las leyes en esos contratos.
¿A qué se refiere?
A que los trabajadores estén asegurados y que la obra esté bien hecha. Además, si se revisa, desde hace 30 años todos los regímenes han tenido que hacer obra pública. Para eso están. Ellos son administradores.
¿Sus críticas no denotan una fijación con el presidente Rafael Correa?
Yo no le tengo bronca a él. Aquí está la colección de máscaras de todos los que han pasado (señala con el dedo una maleta llena de caretas). Ahí están (Rodrigo) Borja, Abdalá (Bucaram), Sixto (Durán Ballén), Fabián Alarcón, (Jamil) Mahuad, (Gustavo) Noboa, (Lucio) Gutiérrez y el señor (Alfredo) Palacio, que le hizo entrar a la escena política al señor Correa.
¿Y la máscara de Correa?
Aquí la tengo (la exhibe). No hay excepción, yo no soy partidista.
Pero el Presidente dice que su administración es diferente de la política del pasado.
Todos son diferentes. Pero del dicho al hecho… En regímenes anteriores han existido personas que se han beneficiado directamente. Para eso suben. Y por eso hay gente pobre y humilde que se traga el cuento y trabaja por ellos en campaña pegando afiches, buscando un cargo...
¿Y qué piensa de Correa?
Es un economista que tuvo la suerte de entrar con Palacio. Y en una coyuntura histórica el Alberto (Acosta), la señora (Betty) Amores y quienes armaron el altar de Alianza País le invitaron para que sea candidato, porque en ese momento lucía como referente y hablaba del respeto y de otras cosas que ahora no se ven. Armaron el altar, pero él celebró la misa.
¿Ahora dan misa igual que antes, con artistas y futbolistas como candidatos?
Aquí se maneja el populismo por marketing. Ya pusieron al señor (Francisco) Cevallos de ministro y la gente está contenta. Ahora están buscando qué producto televisivo vender, así sea con conductores de programas turros. Esa es una imagen que consume el pueblo.
Pero es una lógica que da resultados electorales
Acuérdese de la señora Silvana (Ibarra), que era un mujerón. Le dieron el voto y nunca cantó en el Congreso. Ahora hay otro cantante y no dice ni pío.
¿Se refiere a Gerardo Morán, ‘El más querido’?
Claro. Ahora van a venir otros cantantes, dizque actores y gente que tiene imagen pública, pero sin contenidos.
¿Un engaño al electorado?
Siempre se lo ha hecho. Estos sistemas democráticos son una farsa. Ahora el Gobierno se refuerza. Es como la Selección: tiene que poner unos buenos para ganar o al menos para la foto.
¿Agustín ‘Tin’ Delgado hará goles como candidato?
Obvio. Todos los figurines están ahí para eso, aunque sin un rumbo ideológico.
¿No son palabras muy fuertes para Delgado?
Son para todos los que están ahí. Ellos en sí mismo tienen valor por su trabajo en la cancha, como seres sociales en sus comunidades. Sé que Agustín tiene una escuela de fútbol, así como Ulises de la Cruz. Aunque debo hacer una excepción con Jaime Iván Kaviedes, quien pese a las propuestas que tuvo, tiene otro criterio: ‘Soy lo que soy y valgo por lo que hago’. Le achacan un montón de cosas, pero es auténtico y con personalidad. Es diferente a otras personas que se embarcan en la historia y después son señalados.
¿Qué casos?
Ahí está un buen referente del atletismo como Rolando Vera. Fue al Congreso y no pasó nada. Ahí no se pueden cumplir voluntades individuales de gente positiva, que sí existe. Ahí la mayoría armada con compra de votos aplana los deseos de otra gente.
¿Banalización política?
Hace rato sucede eso. Solo que se apoyan en nuevos discursos como el de ‘la larga y triste noche neoliberal’, a los que el pueblo dice ‘cierto es’. Antes había los cenicerazos, los insultos y de todo...
¿Y si el ‘Tin’ ensaya un cabezazo en el Congreso?
Ojalá les haga gol a ellos mismos porque hace falta que entre alguien a poner en calor ese juego. Antes dejaban al pueblo entrar (al Palacio Legislativo) a entretenerse un poco. Ahora nada: uno les elige, paga el boleto y no dejan entrar ni a ver la función.
¿No es muy duro comparar a la Asamblea con una suerte de circo?
Bueno fuera, pero hay una diferencia muy grande. El circo, desde su historia, tiene un nervio que es el entretenimiento y la diversión. Su objetivo es inyectar a la gente alegría y optimismo para que regrese a su cotidianidad. Por eso estos señores no se parecen en nada al circo.
¿Compararlos es una ofensa para los cirqueros?
Para subirse a un trapecio, a hacer un acto de riesgo de muerte, el acróbata tiene que ensayar todos los santos días. Yo hago lo mismo para mis funciones: hago máscaras, escribo textos, leo, consulto, me informo. No voy a engañar a la gente en un escenario porque la gente lo percibe de inmediato.
¿El artista al arte y el político a la política?
Exacto. Debe tener ética. Si no hay ética, todo el resto es un engaño. Por eso no se puede comparar al circo con esa cosa. Quizá no sepan qué es la ética. Al estudiarla se comprende que es un compromiso de profesionalismo. En pocas palabras: ser ético, ser coherente entre lo que se dice y se actúa. Pero van y les dicen que se lancen para que hagan algo por su gente, como a mí me lo han dicho.
¿El servicio público no es la vía pragmática para ayudar al resto de personas?
Es un engaño porque solo les quieren llevar de candidatos como un refuerzo de imagen.
¿Y qué les respondió cuando le plantearon eso?
Que no creo en el sistema. Si entro y planteo algo en la Asamblea, los otros están mensajeando en el teléfono y amarrando los votos.
Pero usted sí apoyó en 1996 la campaña del entonces prefecto Federico Pérez para que llegue a la Alcaldía
Es verdad, y también metí el cuerpo en la consulta popular con que Sixto quería privatizar el Seguro Social. En el caso de Pérez fue para evitar la reelección de Mahuad. Me plantearon luchar para rever la política del Municipio contra los informales, el puesto de mi mamá y todos los que andamos en la calle. Eso se tradujo en un compromiso social con él.
¿En qué consistía?
En que si llegaba el señor Pérez a ser Alcalde eliminaría un reglamento que da pauta para que se persiga y se quiten las cosas de los informales, como se hace hasta ahora. También que Agosto Mes de las Artes se hiciera todo el año y en los barrios periféricos. Entonces armé un combo de artistas: Perros callejeros, Jaime Guevara, Adriana Oña y otro séquito de logística, a quienes se pagaba semanalmente. Luego vino la guerra sucia de Mahuad y sacó mentiras. Ahora yo sigo aquí y él se fue, ¿cuál es el mentiroso? Y en la consulta del no, volvería a poner mi cuerpo, porque detrás estaba el deseo de eliminar derechos.
Si le piden hacer una cuña en esta campaña, ¿qué diría?
(Responde cantando) ‘Ya es muy tarde para revivir todo lo que ha pasado’. Ya he pasado años, ya sesenta y piquito, ya no.
¿Va al programa 60 y Piquito del Municipio?
Para nada. Tengo mi propio palo y hago mis ejercicios en mi taller y en el parque.
¿Y ha oído los chistes y burlas del Presidente? Dicen que maneja un humor fino.
Debe ser un humor demasiado fino porque no se lo ve. En vano nos critican y nos dicen cosas a los payasos, cuando ellos pretenden ser payasos. Ellos saben que la gente valora el humor y la ocurrencia. El pueblo que más sufre es el más ocurrido. Los humoristas estamos con la gente de a pie, no solo en campaña. Ya han de salir los candidatos a besar a la gente, meterse en el lodo, cargar a los guaguas. No entiendo cuál será el humor del señor Correa.
¿Pero Correa imita , por ejemplo, la voz del coronel Gutiérrez y la gente se ríe?
Detrás de él hay un buen asesor. Él es el producto de un equipo que ni se le conoce. No se olvide que el señor Vicepresidente me envió cartas para que me integrara a su proyecto Sonríe Ecuador.
¿Ud. se negó a colaborar con una sonrisa?
Le dije que no gracias, que yo soy una persona ocupada en otras cosas. Pero a él sí le puedo sonreír, porque tiene otro ángel.
¿Un político pueden apropiarse del humor?
Les sale mal porque se ve que es postizo y forzado.
¿Ha visto a los actores de Lengua Noticias, que en las sabatinas se burlan de adversarios del Gobierno?
No los he visto, pero me parece mal que hagan eso.
¿Por qué?
Porque el Régimen tiene demasiadas armas a su favor: el aparato del Estado, canales de televisión, radios, payasos ad honorem…
¿Payasos ad honorem?
Son todos aquellos que salen a defender las cosas que dice y que hace. Son aquellos que salen a decir que el Presidente es guapo. Pero en definitiva no es equilibrado que desde el Estado también se burlen porque no hay equidad. Es como patear a alguien en el suelo. No respeta a los contendientes y quiere evitar que los otros candidatos se den a conocer. Eso no es jugar limpio. Mal gallero, mal amigo, ¡traicionero!. Tantas cadenas y tantas cosas que sacan.
¿Y si el Gobierno saca una cadena en su contra por esta entrevista?
Ojalá que sea de 18 quilates.
HOJA DE VIDA
Carlos Michelena
Su trayectoria. Tiene 38 años en el teatro de la calle. Representa al ciudadano y narra cuentos callejeros con expresiones y gestos propios. Nunca ha sido candidato por algún partido político.
Su punto de vista. Para las agrupaciones políticas los deportistas y artistas son productos televisivos que los venden en la campaña.
Fuente: EL COMERCIO*
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