domingo, 18 de septiembre de 2011

A las 10:00 Jiménez le pidió renuncia a Correa

***SNN



Activa participación desestabilizadora

A las 10:30 de ese día Cléver Jiménez, jefe del bloque de Pachakutik, envía un correo electrónico pidiendo la renuncia de Correa

El abogado Pablo Guerrero (en el crículo), ahora fuera del país, estuvo desde temprano en el Regimiento Quito aplaudiendo y apoyando la sublevación policial. Foto: Alejandro Reinoso | El Telégrafo

Lo sucedido el 30 de septiembre de 2010 fue planificado, según el fiscal Jorge Cano. A través de un correo electrónico, el asambleísta de Pachakutik llama a formar un frente. Varios policías toman contacto con políticos pidiéndoles apoyo, pero...


Luego de 11 meses de investigaciones el fiscal Jorge Cano llegó a la conclusión que consta en los procesos judiciales: los hechos del 30-S no fueron aislados sino planificados.


Sustenta su afirmación en que el 16 de septiembre de 2010 se reunieron, en el auditorio del Regimiento Quito, un grupo de policías para analizar el tema de las demandas policiales; luego el 29 del mismo mes mantuvieron otra reunión con los integrantes del Grupo de Apoyo Operacional (GAO), con el mismo fin.


El fiscal Cano concluye en que “hay suficientes evidencias de una rebelión armada con concierto previo de voluntades que se dirigió a la administración pública. Esto determinó que lo del 30 de septiembre no fue un suceso súbito, sino que hubo planificación y concentración previa, porque de lo contrario no se explica que en el Regimiento Quito se hayan presentado 1.200 ó 1.500 personas de los servicios policiales”.


Ratificó que los capitanes Marco Vinicio Zúñiga y Geovanny Fabricio Fuentes hablaron de una planificación, mientras que el subteniente Andrés Esteban Solano aseguraba que todo estaba bajo control.


La pregunta que salta de inmediato es ¿los policías hicieron todo solos, por su cuenta y sin apoyo de actores políticos? La otra hipótesis que circula es: ¿esos políticos aprovecharon la sublevación para posicionar su ambición de largos meses: derrocar a Rafael Correa utilizando a la Policía para sus propósitos?


Las evidencias apuntan a sectores y dirigentes políticos y sindicales que ya participaron directamente en los derrocamientos de Bucaram (1997), Mahuad (2000) y Gutiérrez (2005). Por ejemplo: tuvieron activa participación el Partido Social Cristiano (PSC), Izquierda Democrática (ID), Movimiento Popular Democrático (MPD), la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) y Pachakutik (PK).


Curiosamente en la intentona golpista del 30-S aparecen los mismos grupos: PSC o Madera de Guerrero (MG), MPD, PK y se suma el Partido Sociedad Patriótica (PSP). Y a ellos se suman dirigentes sindicales del sector petrolero y del magisterio que llegaron a la Asamblea con el propósito de tomarse las instalaciones y desde ahí pedir la salida de Rafael Correa, como consta en varias tomas de televisión.


A las 10:30 de ese día Cléver Jiménez, jefe del bloque de Pachakutik, envía un correo electrónico a decenas de usuarios, entre ellos varios movimientos sociales, pidiendo la renuncia de Correa y a constituir un frente nacional: “al amparo de lo que establece el artículo 130, numeral 2 de la Constitución, que dice: ‘La Asamblea Nacional podrá destituir al Presidente de la República en los siguientes casos: 2) Por grave crisis política y conmoción interna”. A los pocos minutos ya estaban ahí los dirigentes gremiales Diego Cano y Luis Villacís agitando a la gente para tomarse la Asamblea Nacional.


Por otro lado, impedidos de reunirse en el hotel Dann Carlton, en el norte de Quito, en la avenida República de El Salvador, el asambleísta alterno Guido Jalil, hospedado en el Le Parc, los invita a concentarse ahí. Y llegan Gilmar Gutiérrez y Fausto Cobo (PSP), Enrique Herrería (ex MG), Andrés Roche (MG), Fernando González (Ind.), Rafael Dávila (CC), Alfredo Ortiz, Nivea Vélez (ADE), entre otros.


La reunión fue privada, vieron en la televisión lo que pasaba en el Regimiento Quito, duró más de dos horas y se consumieron dos botellas de whisky, sánduches y bocaditos. La cuenta fue pagada por Guido Jalil, uno de los estudiantes de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil que en 2008 intentaron agredir al presidente Rafael Correa.


Luego de la reunión los legisladores se trasladaron a la Asamblea Nacional. Siete días antes de la sublevación, el 23 de septiembre en Miami, en el Banker Club, hubo una reunión en la que estuvieron Lucio Gutiérrez (PSP), el analista económico Pablo Lucio Paredes, el ex ministro de Economía Mario Rivadeneira, el coronel Mario Pazmiño y Roberto Isaías, prófugo de la justicia y ex propietario de Filanbanco. Aquí Gutiérrez afirmó que en “el momento que desaparezca Rafael Correa, por cualquier circunstancia este modelo se va”. Las vinculaciones entre sí son evidentes.


Guido Jalil tiene como compañero de universidad a César Coronel, ex coordinador de Carlos Vera, quien junto con María Alejandra Cevallos, asambleísta alterna del PSC (quien participó en la incursión violenta a Ecuador TV) recogieron firmas para la revocatoria del mandato de Correa. Además, César Coronel, el año pasado estuvo junto con el coronel Mario Pazmiño, ex jefe de Inteligencia, en una reunión del PSP.


Para el Gobierno hubo conspiración y en esta tuvo que ver el PSP, porque de lo contrario no se entiende qué hacía el mayor en servicio pasivo Fidel Araujo (ex colaborador en el Gobierno de Lucio Gutiérrez y ex director de Pichincha del PSP), en los alrededores del Regimiento Quito, “hablando por teléfono” por mucho tiempo, así como los ex colaboradores del régimen gutierrista, mayor en servicio pasivo Max Marín y Pablo Guerrero.


En la incursión violenta a Ecuador TV se repiten personajes y sectores. Los identificados son el coronel Galo Monteverde, cercano al ex presentador de televisión y ex colaborador del PSC Carlos Vera, quien en la mañana felicitaba a los policías y los apoyaba públicamente. Max Marín, Pablo Guerrero y José Luis Guerrero, allegados a Lucio Gutiérrez y a Carlos Vera, María Alejandra Cevallos, asambleísta alterna del PSC, entre otros.


Fuente: EL TELÉGRAFO*

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