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MARTHA MURGA | El Universo
Iván Hurtado (i), Luis Gordo Lucho Caicedo y Álex Aguinaga (d), entrenador de Barcelona, en la planificación del juego en Sangolquí, en una jornada histórica para el legendario Güero.
El exvolante Álex Aguinaga (d) está a cargo del plantel de Barcelona desde el pasado lunes.
La hora de la graduación como técnico le llegó a Álex Darío Aguinaga (42 años). Será en su país y, según reconoce, con el equipo más popular de Ecuador: Barcelona. Siente emoción por su estreno, la alegría de sus palabras y su humor lo denotan, pero procura tomarlo con calma. El Güero quiere demostrar hoy, ante Independiente, la seriedad de su trabajo y la validez de su filosofía futbolística.
¿Habrá novedades o cambios en la alineación torera hoy? (Sonríe) Las novedades son para los periodistas, para mí todo es nuevo... Las últimas alineaciones de Barcelona han sido de Rubén Darío Insúa. La primera alineación mía es la del sábado (hoy).
¿Los jugadores canarios han asimilado su filosofía?
Hasta el sábado (hoy) no lo sabremos. Han trabajado bien, es un gran equipo de trabajo.
¿Analizó al rival de hoy, Independiente José Terán?
Lo principal es mi equipo. No he tenido mucho tiempo para trabajar y tampoco para pensar en el adversario.
¿Funcionará cambiar de tres centrales a cuatro zagueros? ¿Quién dijo que vamos a jugar con una línea de cuatro? (ríe a carcajadas). Todo eso es nominal, es táctica fija. Al instante de moverse la pelota se transforma en línea de tres, cuatro, cinco, dependiendo de lo que uno quiera. Nada más es un orden de inicio para que los jugadores estén confiados. No se trata de hablar de líneas o tácticas, sino de actitudes.
¿Entrenará dos días en la semana a puerta cerrada?
Solo un día. Esta semana fue atípica porque llegaron los seleccionados y quería verlos. Un día por lo menos sí. No lo haremos por temor a que se filtre información, sino porque a mí me gusta un poco jugar al misterio con los periodistas. Hay que hacerles un poco más lindo el trabajo, porque si les digo todo, ya no investigan (sonríe).
De los entrenadores que lo han dirigido, ¿con qué DT o metodología se identifica? La metodología de trabajo es mía 100%. ¿Con quién me identifico? Con todos. De todos se aprende. No es de decir: laboro como (Marcelo) Bielsa... y caminar de un lado a otro. Eso no es una metodología de trabajo, es una forma de ser de un entrenador La metodología siempre es individual, aunque se haya tenido un maestro de mucho nombre, cada uno tiene su propio método. En mi caso, trato de hacer lo mío, son mis ideas.
¿Influyó en usted la escuela de técnicos colombianos? Aprendí de la escuela colombiana, de la mexicana, (jugó allí 14 temporadas) y por los cinco años que llevo estudiando. Al final, lo que más influye son los jugadores que uno tiene. ¡Punto!
Dialoga mucho con los jugadores, ¿es su método? Si convivimos tanto tiempo juntos y no conversamos entonces estamos ajenos al grupo. Yo dialogo mucho con el cuerpo técnico y jugadores, y nos reímos, porque esto es vida. No es posible que el trabajo (fútbol) se tome con hermetismo. Pregunto al futbolista cómo está, cómo viene de una lesión, eso me interesa. Lo escucho y lo miro a los ojos, le doy oportunidad de que se exprese. Así mejora la relación de trabajo.
¿Qué sensaciones tiene antes de su debut como técnico?
Estoy muy tranquilo. Cuando se acerque la hora del partido, veremos qué sensaciones me invaden. No se puede manejar ni predecir eso. Allí veré si me siento ansioso, relajado, tranquilo... no sé...
Mejor graduación no le pudo tocar como entrenador: en su país y con el equipo más popular de Ecuador...
Es una suerte que Dios me pusiera acá y le agradezco por ese destino. Eso es algo lindo que vamos a tratar de que sea algo más hermoso.
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