miércoles, 16 de septiembre de 2015

El suelo, motor económico de La Manga del Cura

***SNN




El suelo, motor económico de La Manga del Cura
Wilson Alcívar tiene un camión que carga hasta 200 quintales, aún así para transportar sus productos debe alquilar otro carro.

“No me doy abasto y toca buscar más carros porque yo tengo que atender otros fletes”, cuenta este transportista de 38 años que además se dedica a comprar y vender productos como cacao, maíz, maracuyá y más.

Alcívar, quien vive en Santa María, la segunda población en número de habitantes de La Manga del Cura, es también el gerente de una empresa de transporte en camiones que agrupa a 18 de estos vehículos. “Estamos pensando en ampliarnos, tal vez llegar a 25 unidades. Hay mucha cosecha que movilizar aquí”, comenta.

El sector de la transportación tan solo es un ejemplo de lo que pasa en esta zona que para el Gobierno es no delimitada y que tiene un área de 452 kilómetros cuadrados.


FERTILIDAD. 

Este territorio, irrigado de sur a norte por el embalse de la represa Daule-Peripa y sus ríos inundados, tiene una productividad que asombra. 

Manuel Vera García, quien tiene una tienda en el recinto Santa Teresa, cuenta que la constante y abundante producción es la que mueve la economía.

“Con las vías que han mejorado se impulsa mucho la economía y el movimiento comercial”, destaca respecto de las obras viales que han llegado desde el Gobierno Provincial de Manabí.

En esa misma localidad, Darwin Velásquez se dedica a la compra de cacao. Cuenta que en época de cosecha puede acopiar casi 400 quintales en una semana.

“El cacao de aquí es de muy buena calidad y la producción es abundante”, señala.


PALMA. 

“Aceite, jabón, shampoo, mantequilla,  de todo hacen con esto”, explica riendo Kendy Mendieta, quien trabaja en un negocio dedicado a la compra de los frutos de la palma en El Paraíso-La 14. De esas rojizas esferas vegetales extraen el aceite que se procesa industrialmente para elaborar todo tipo de productos.

Toda la zona es rica en este producto por el que por ahora no se paga un buen precio.

Silvio Párraga, un productor de 73 años, aún recuerda que años atrás llegó a vender hasta en 180 dólares la tonelada, ahora el precio está a la mitad.

En un viejo camión a doble tracción llevó días atrás a que le compraran casi 1,4 toneladas y le pagaron 127,80 dólares. “Con mano de obra, traslado, insumos y más se ganan como 20 dólares”, confiesa apesadumbrado.

Mendieta explica que los problemas de comercialización con industriales es el principal inconveniente del producto que ahora es poco atractivo. 

Sin embargo, y gracias a la fertilidad de la zona que no requiere en muchos casos de ningún sistema de riego, otros productos como cacao, maíz, maracuyá y plátano sostienen la economía.


PULSO. 

En El Paraíso-La 14 los taxis son motocicletas. Y sus fletes se marcan según el ritmo de la producción y la comercialización agrícola de toda la región.

Richard Torres, representante de la agrupación de mototaxis que reúne a 14 socios, cuenta que cuando hay crisis o bonanza en el agro se siente en todo el sector económico.

La gran mayoría de las carreras, explica, son de productores que salen desde sus fincas a hacer compras de víveres a los centros urbanos, y si hay buenos precios de los productos la frecuencia en las compras es mayor.

Fernando Cantos llama a esto el “motor propio” de todo el sector. Es ingeniero civil, vive hace una década en El Paraíso-La 14 y opina que tal es la riqueza agrícola de la zona que hace que su economía se sostenga de forma independiente y que haya alcanzado tal crecimiento pese a estar en una zona en disputa.


LA 14. 

En El Paraíso-La 14, con una población que sobrepasa los cinco mil habitantes, hay edificaciones que superan los cinco pisos, tiene su propio servicio de televisión, grandes locales comerciales.

En Santa María, una pequeña población de pocas cuadras, hay cuatro hoteles que se llenan con frecuencia con viajeros que llegan especialmente por negocios.

En Santa Teresa, un poblado aún con menor extensión que el anterior, hay tres centros de acopio que no paran de comprar los productos todo el año.

A lo largo de cada uno de sus recintos, comunidades y localidades, La Manga del Cura se muestra llena de cultivos en alguna etapa de producción: siembra, cosecha o preparación del terreno.

Las laderas incluso se pueblan de plantaciones y agricultores como Héctor Coello, de 47 años, se llenan de orgullo al destacar que la tierra es tan productiva que cada año se sacan dos cosechas de maíz sin necesidad de riego. “Aquí si no llueve, el aire está lleno de humedad, y la tierra retiene el agua que nos rodea por todos lados”, cuenta. 


PROYECCIÓN.

 Para Máximo Macías, quien en el Comercial Goyito compra cacao, café, maíz y otros productos, la clave para que este sector crezca más es el apoyo con créditos.

Este comerciante menciona que al existir una gran productividad y amplias plantaciones, el flujo financiero es vital para invertir en la siembra.

A pesar de esta necesidad la zona no ha dejado de crecer y esto lo sabe Esneider Zuluaga. Él es oriundo del departamento de Antioquia en Colombia. Dice que llegó hace seis años a Quevedo, donde vivió e hizo familia. Hace menos de un año conoció El Paraíso-La 14 y vio de inmediato el movimiento comercial.

“Me ofrecieron el negocio y me pareció que era una excelente oportunidad para trabajar aquí. Hay mucho desarrollo y excelente movimiento económico”, cuenta detrás del mostrador de su nueva panadería, la que por cierto ha incrementado sus ventas por la afluencia de personas llegadas por la proximidad de la consulta popular del 27 de septiembre que definirá la pertenencia provincial de la zona. 

Manabí dice que es de ella, por identidad e historia, pero además asegura  que la atiende con obras, Guayas también la reclama.


Turismo despega poco a poco

La reacción es siempre la misma: el turista que ve por primera vez la cascada se queda inmóvil, maravillado. Cerca de El Paraíso-La 14, las cascadas de San Ramón del Armadillo y El Pintado son un imán de visitantes.

José Barén, cuyo papá nació en Calceta y su mamá en Lomas de Sargentillo (Guayas), cuenta que su familia aprovecha la llegada de los visitantes para vender platos de comida. 

Él explica que obras como la rehabilitación del puente en la cascada del Salto del Armadillo por el Gobierno Provincial de Manabí han ayudado a mejorar el flujo turístico.

Vicente Vélez, quien administra una reserva natural que ofrece servicios turísticos en la zona, dijo que como las vías han mejorado considerablemente la llegada de turistas es mayor y genera muchos recursos en la zona.


Fuente: EL DIARIO


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