No es fácil ganarle la partida al cáncer, básicamente porque adopta todas las máscaras posibles, es silencioso, sibilino, puede retornar y es mortal.


Los que han vencido a esta enfermedad han pasado por el horror de las terapias químicas, las sesiones de radiación e innumerables tratamientos farmacológicos con su carga de efectos secundarios.


Además, han entrado a los quirófanos con mensajes como “podríamos amputarte una pierna” o “podrías quedar paralizada de por vida”.


Sarunas, Ainhoa, Saad y Leonardo, que aparecen en esta página, son algunos de estos sobrevivientes, de quienes no hay cifras oficiales.


Estos jóvenes de Lituania, España, Marruecos y México acudieron a la convocatoria de la Fundación Jóvenes Contra el Cáncer, que ha organizado un encuentro internacional entre sobrevivientes del cáncer en Quito.


Jóvenes de 15 países participan en este evento que busca crear redes de cooperación y consensuar una declaración sobre los derechos de los pacientes con cáncer.


La cita arrancó el pasado viernes, con una revelación muy dura: casi 8 millones de personas murieron en el mundo con cáncer en el 2008 (según el último dato de la Organización Mundial de la Salud).


Esto es el equivalente a la población entera de Honduras o Paraguay. Gustavo Dávila, presidente de la Fundación Jóvenes Contra el Cáncer, incluyó esta cifra en su discurso y se refirió a estas personas como “ángeles que se han ido al cielo”.