viernes, 15 de julio de 2011

Conmoción en la Provincia de Los Ríos ya son 10 los muertos por la ingesta de alcohol mortal

***SNN

EL UNIVERSO*
Marcia Barzola - Antonio Medrano

URDANETA, Los Ríos. Bella Espinoza junto al féretro de su hermano Fausto.


“Mami, este trago ha tenido veneno; con este trago me voy a morir”, son las frases que María Icaza repite mientras mira fijamente el féretro donde reposan los restos de su hijo Daniel Icaza Campuzano, de 40 años.


Él fue uno de los diez fallecidos que hasta la noche de hoy dejaba la ingesta de alcohol artesanal adulterado o contaminado (lo determinarán las investigaciones) en la parroquia Ricaurte, provincia de Los Ríos, hecho que ha conmocionado a la población y el país.


El hombre, agricultor y padre de cinco hijos, falleció el pasado miércoles cuando el cantón Urdaneta, al que pertenece la parroquia, se aprestaba a celebrar las fiestas de la Virgen del Carmen. Un día antes había salido de su casa en el recinto Pijullo al centro de Ricaurte.


A su regreso, y como era su costumbre, volvió con dos botellas de medio litro llenas de licor, lo que llaman “puro” o “guamaspungo”. Al rato se recostó en una vieja hamaca y bebió.


En los envases solo dejó dos sorbos, con los que ayer su hermano Adriano apareció en el hospital Juan Montalván, de Ricaurte, para entregárselos a las autoridades y que de esa forma se realicen las pruebas que ayuden a determinar con qué se contaminó el licor mortal.


“Se acostó tranquilo, ni siquiera estaba mareado (ebrio), pero se despertó con diarrea, calambres, tembladera, dolor del cuerpo y agitaciones. Le dimos remedio casero, pero se sintió peor. Así que lo llevaron al hospital y de allá volvió muerto”, narra la conviviente de Icaza, Ángela Palacios.


Afectados con los mismos síntomas, según testimonios de familiares y amigos, entre martes y hoy viernes habían sido trasladados a centros de salud de Babahoyo y Guayaquil más de una docena de hombres, ocho de ellos habían fallecido.


La mayoría personas con antecedentes de alcoholismo, que cada día se concentraban a beber en la llamada “calle de la Policía” del centro de Ricaurte; también agricultores, como Icaza; obreros y un mecánico, Lenin Picado Cruz, de 50, quien dejó en la orfandad a diez hijos, cinco menores de edad.


Las otras víctimas registradas hasta ayer eran Fausto Espinoza Espín, de 49 años, un carpintero, soltero; Juan Sánchez Macías, de 52 años, operador de máquinas, que dejó cinco hijos en la orfandad; Pablo Arias Deca, de 54, conocido como Mamajula, pescador que tenía cinco hijos; Cruz Pisco Montoya, de 40; William Alvarado Araujo, de 40; y Amado León Bohórquez, de 60 años, los tres últimos jornaleros.


A ellos se suma Luis Guerrero Cortez, de 36 años, padre de tres hijos -el último de cuatro meses- quien según sus familiares falleció la madrugada del martes, después de padecer con vómitos, dolores corporales y de cabeza todo el día lunes, luego de que el domingo bebiera alcohol artesanal mezclado con yogurt.


“El médico nos dijo que era una intoxicación alcohólica”, comentaba ayer Patricia Guerrero, hermana de la víctima, que fue sepultada el pasado jueves; sin embargo, como hasta el día de su fallecimiento no había surgido la alerta del envenenamiento masivo hasta ayer en la tarde ellos no habían reportado el caso a la Policía.


La última víctima fue Genaro Arroyo Bolaños, de 67 años.


Conforme crecía la lista de fallecidos también aumentaba el número de intoxicados que llegaban al hospital Juan Montalván, de Ricaurte. Unos, como Tomás Alava Macías, de 75 años, quien fue ingresado, habían bebido entre viernes y domingo en el “salón” de Julio Gavilánez, que ya fue clausurado. En igual situación estaba Antonio Ternoz, de 62 años, que ingirió la bebida lunes y martes.


Mientras ingresaron a emergencia de la casa asistencial Florentino Muñoz López, 65 años, del recinto Los Ángeles; Ubaldo Lascano, de 72 años, de Puebloviejo; Clemente Mina Vera, este último fue llevado grave a Babahoyo, al igual que Jacinto Ruiz, de 32 años.


Todos clientes del negocio de Gavilánez, un viejo “salón”, donde la cita de los agricultores era diaria. Por eso se teme que el número de víctimas crezca, pues mucha gente de zonas rurales compraba el trago por litros y galones, como lo hizo Icaza, la tarde del martes, decisión que fue mortal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario