La vivienda es de dos pisos y solo tiene cubierta de cemento la parte principal; la puerta y las ventanas están protegidas por tablas.
El hogar también está junto al río El Cabuyal, sitio en el que niños menores de 5 años se lanzan al agua con los torsos desnudos y sin ningún tipo de temor.
El afluente era uno de los lugares preferidos (en su niñez) de Valencia, el jugador de 16 años que pertenece al Real Zaragoza de la Primera división del fútbol español y que, el 28 de agosto, se convirtió en el ecuatoriano más joven en debutar en ese torneo.
En otro costado de la vivienda hay una especie de cabaña. Es una construcción de madera y cubierta en el techo por ramas de árboles que protegen del sol y los mosquitos que abundan en el sitio. En este lugar, hay una televisión de 24 pulgadas que permite a los integrantes de la familia Valencia observar los partidos internacionales de fútbol.
María Castillo Delgado es la ama de casa de la vivienda y de la cabaña y quien también busca recursos económicos para sostener su hogar. Su esposo César Valencia Quiñónez viajó a España en el 2000 para obtener dinero para la familia, que por entonces estaba en la quiebra por la enfermedad de su hija Mireya, hoy de 30 años.
Mireya, a los 12 años, quedó embarazada de Joel. Luego del alumbramiento soportó una enfermedad que afectó sus huesos por unos cinco años. César y su esposa se endeudaron por lograr la recuperación de su hija.
La mujer hoy está bien, pero por la enfermedad no cuidó a Joel. César Valencia y María Castillo cumplieron las labores de padre y madre del niño. Por eso el volante llama ‘papi’ a su abuelo y ‘mami’ a su abuela.
El abuelo regresó a Puerto Quito en el 2002 para llevarse a Joel y a su esposa a España. Hoy, el volante pertenece al equipo principal del Zaragoza.
La abuela decidió volver a Puerto Quito hace tres años.
El ascenso del ecuatoriano a la Primera división de España
Joel Valencia atiende la llamada telefónica de este Diario el jueves 25 de agosto, tres días antes del encuentro entre el Real Zaragoza y el Real Madrid de la Primera división de España.
Ese día, Joel descansaba en su hogar tras la jornada de entrenamiento matutina con el equipo principal del Real Zaragoza, dirigido por Javier El ‘Vasco’ Aguirre.
El técnico mexicano se sorprendió con el juego del futbolista hace un mes. Por ello, ordenó que se entrenara con el equipo de Primera. El 25 de agosto, Joel cumplió una de esas prácticas. Al día siguiente tenía previsto bajar al equipo de Reserva.
Esto no ocurrió. El viernes 26, Aguirre ordenó que Joel se uniera a la concentración del equipo que debía jugar ante el Madrid, en el estreno en la Liga española.
El ‘transfer’ de un grupo de refuerzos no llegó a tiempo. Por eso, el DT ordenó que el tricolor se integrara a la concentración.
Valencia pensaba que iba a observar el cotejo desde la banca de suplentes, pero a los 82 minutos ingresó a la cancha. Su club finalmente cayó 6-0.
Pese a ello, no ha perdido el buen ánimo. Joel dice que ha debido esforzarse mucho por llegar al plantel principal. En el 2002 llegó a España y su abuelo lo inscribió en una escuela de fútbol.
Entonces, Joel tomaba solo un autobús para llegar a los entrenamientos de la escuela de fútbol La Escalerilla, en el centro de Zaragoza. “Joel era muy inteligente. Le bastaron pocos días para conocer el lugar. Luego, ya se ‘iba solito’ a la práctica de la escuelita”, cuenta la abuela María Castillo.
En ese lugar, Joel conoció a Danny Leoz, un empresario argentino quien reside en España. Él lo representa en la actualidad y revela que el volante tiene la nacionalidad ecuatoriana y española.
El agente prefiere evitar hablar de cifras, pero aclara que el jugador tiene un contrato vigente con el Zaragoza. Leoz dice que el Barcelona, el club de Lionel Messi, se interesó en el jugador. “Pero el club debía llegar a un acuerdo con el Zaragoza y eso no se dio”.
A Leoz no le gusta hablar sobre cifras. “No estoy en capacidad de decir cuánto cuestan los derechos de Joel. Pero acá lo consideran una perla”, dice.
Joel, en cambio, está tranquilo. Él dice que quiere triunfar.
Fuente: EL COMERCIO*
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