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SANTO DOMINGO. Supuestas agresiones que causaron lesiones, como las que muestra Jhonny Quishpe López, fueron denuncidas por familiares y la Defensoría del Pueblo de esta ciudad.
“Traumatismo cráneoencefálico, ocasionado por un objeto contundente, que produce hemorragia cerebral y fractura de cráneo”, concluye el informe de la autopsia hecha al cadáver de Édgar Ricardo Espinoza Aguirre, un interno que ¬con 37 años y una sentencia de 35 años por asesinato¬ falleció hace ocho días, después de que intentó huir de la nueva cárcel de Bellavista, en Santo Domingo.
Espinoza estaba en la celda 12 del pabellón de máxima seguridad de ese centro de rehabilitación, pero a las 02:00 del 27 de agosto, según cuentan Augusto Alexander Molina Pinargote, Miguel Ángel Mean Cabeza y Jhonny Mauricio Quishpe López, decidieron huir. Cuatro días antes habían comenzado a elaborar un plan analizando las facilidades que habían observado en la cárcel, que fue inaugurada en septiembre del 2010.
En la documentación, que reposa en la Fiscalía Provincial de Santo Domingo de los Tsáchilas, constan los testimonios de Molina, Quishpe y Mean, quienes aseguran que, junto a Espinoza, participaron en un intento de evasión en el pabellón de máxima seguridad. Incluso un interno dice: “Desde el martes 23 de agosto de este año estábamos planificando la fuga”.
Coinciden en que para poderse escapar, primero limaron los barrotes que los tenían encerrados. Luego amarraron sábanas a los forros de los colchones y aprovecharon el cambio de guardia de la Policía para llegar a la terraza del pabellón. Una vez en el sitio tenían la intención de saltar por el muro de protección de la cárcel y enseguida salir al exterior.
Según las declaraciones de los propios reos lo planificado no se pudo realizar, porque dos de ellos: Espinoza y Mean, fueron vistos al momento de llegar a la terraza. Mean, en su testimonio, narra: “Yo, y el difunto corrimos hacia la terraza del pabellón D (…) botamos una sábana para salirnos, pero vimos a los señores policías que estaban al exterior de la cárcel con armas de fuego, y decidimos botarnos al piso diciendo que no teníamos armas de fuego que estábamos desarmados...”.
En esta recaptura participó la Policía, que informa en sus partes que ese día los dos internos fueron entregados al guía Francis Rubén Saa Cedeño “sin huellas, ni hematomas en sus cuerpos”. Quishpe y Molina ¬los otros dos internos que intentaron fugarse¬ no lograron llegar a la terraza del pabellón y fueron dirigidos a sus celdas.
En la investigación preliminar de la Fiscalía también consta que Espinoza y Mean, después de su recaptura, fueron torturados por cerca de 20 minutos por el supervisor de turno del Centro de Rehabilitación Jairo Leonel Mafla Andrade y otros diez guías que pertenecían a otros pabellones.
“Comenzaron a pegarnos como ellos quisieron, con toletes y palos de escoba, con la cacha de una carabina, cerca de unos veinte minutos nos tenían torturándonos a mi persona y al occiso. Nos dieron como se imaginaron”, narran en el informe. Molina y Quishpe también fueron sacados de sus celdas y llevados a un cuarto a la tortura.
En otra parte de las declaraciones, Quishpe indica: “Regresamos a la celda junto a Molina, en eso tomaron lista. Después de esto me dijeron ‘Quishpe sal’. Me esposaron y nos llevaron a un cuarto donde empezaron a torturarnos...”.
Los tres internos indican que a más de los golpes por todo el cuerpo con toletes y puntapiés, les pegaron fuerte en las costillas con la finalidad de que abran su boca para hacerles tomar agua con sal y gas, y para recibir descargas eléctricas.
Se cree que en esos precisos instantes Espinoza murió, ya que Quishpe asegura que, cuando llegó al cuarto donde fueron torturados, su compañero estaba tirado en el suelo, casi inconsciente. Pero alcanzó a decirle a Mafla “cuánto quieres que te dé más de plata”. Eso, según las declaraciones de Mean, enfureció más al supervisor de guías, quien habría lanzado sobre la cabeza de Espinoza un lavamanos, indica el informe.
El deceso del interno se dio en las instalaciones del centro de rehabilitación. Lo corroboran los partes policiales en los que se señala que Espinoza fue llevado al hospital Gustavo Domínguez cerca de las 05:30 ya muerto y que los médicos confirmaron su fallecimiento.
Los tres internos que denunciaron los hechos del frustrado escape fueron examinados por la Fiscalía el sábado pasado y en los diagnósticos se indica que: “Sufren lesiones provenientes (…) de un objeto contundente que determina incapacidad física de cuatro a ocho días”.
Con el resultado de la autopsia y las versiones, la Fiscalía de Santo Domingo halló pruebas suficientes para pedir prisión preventiva en la audiencia de formulación de cargos contra los guías: Mafla y Saa; además a Jorge Mieles Mera, Leandro Lugo Ordóñez, Edwin Bosques Salazar, Héctor Caizaluiza Bustillos, Vladimir Cagua Vinueza, Manuel Enrique Malliquinga, Cristian Cuello Marroquín; y para el ex director del Centro Guillermo Salazar Gómez.
Hasta ahora solo el exdirector logró la libertad condicional por medio de medidas sustitutivas. El pasado miércoles salió del Centro de Detención Provisional de Santo Domingo.
Tres días después del hecho, la Defensoría del Pueblo hizo pública una denuncia para exigir que se determine la muerte de Espinoza y la violación de los derechos humanos de los tres internos que siguen lesionados, quienes según la entidad no fueron atendidos enseguida.
En la denuncia pública también participaron familiares de los supuestos torturados como Jesús Pinargote, madre de Alexander Molina. “Mi hijo vomitaba sangre y no lo atendieron enseguida, cuando él estaba en el Penal García Moreno nunca le ocurrió algo como esto. Él tiene miedo que lo maten”.
El fallecido: Cumplía sentencia
Ricardo Espinoza Aguirre debía cumplir una sentencia de 35 años por asesinato, extorsión, secuestro y robo, después de la muerte de José Tisín Barriga, hijo de los propietarios de la fábrica de colchones Chaide y Chaide.
Otra acusación
Según registros de la Policía Nacional, Espinoza también estaba implicado en el robo de la Custodia de Riobamba el 13 de octubre del 2007. En ese caso se ha denunciado ante la Corte Interamericana la desaparición forzosa de Enrique Omar Auria Martínez y Wilson Fernando Bastidas.
Lea mañana
El exdirector de la cárcel de Bellavista asegura que él había solicitado el traslado del interno Édgar Espinoza; además familiares de los internos que visitan la cárcel denuncian maltratos.
Fuente: EL UNIVERSO*
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