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‘No tengo cerramiento en mi casa, ahora voy a construir uno. No se sabe quién puede entrar y hacernos daño”.
Esa es la reacción de una vecina de Antonio Gil Zambrano, presidente del Colegio de Abogados del cantón El Carmen, quien fuera asesinado el miércoles 14.
En este barrio, la mayoría de viviendas no tiene cercos. “Era un barrio tranquilo, pero luego de esto hay que asegurarse. A veces, uno ni se da cuenta de quien entra en su casa y ya lo ve en su ventana”, admite la mujer.
Zambrano sufrió 11 impactos de bala mientras descansaba en la entrada de su casa. Se presume que los autores materiales fueron sicarios. Este crimen trastocó la vida de vecinos del fallecido y puso a correr a las autoridades de este cantón manabita.
Aún recuerdan la imagen de los últimos momentos de vida de Zambrano. “Igual que todas las tardes, salía a revisar los documentos en el portal de la casa. También se ponía a jugar con sus hijos en el patio que da a la calle”, refiere la misma vecina. Ella escuchó las detonaciones y al ver su cadáver se encerró. Dice todavía estar nerviosa.
Wilter B., habitante de este cantón manabita colindante con Santo Domingo de los Tsáchilas, asegura que hay que tomar prevenciones. “No hay que tener problemas con nadie. Actualmente la situación está difícil y da un poco de temor luego del último caso con el abogado”.
Un agente de la Policía Judicial (PJ) manifiesta que “aquí la gente prefiere no meterse en líos. Cuando pasa algo de inmediato identifican si las personas pertenecen a determinada familia”.
En medio de esta problemática, la gente de El Carmen resta credibilidad al sistema de justicia. “Antes, cuando a alguien le robaban una vaca se lo metía preso rápidamente. Ahora la gente piensa que va a perder dos vacas. Una la que robaron y otra pagando abogados en los trámites legales. La gente prefiere arreglar la situación por su propia cuenta”, refiere otro habitante, mientras hace un gesto con la mano que simula un disparo con arma de fuego.
Según Carlos Carrión, jefe del Comando de Policía de El Carmen, en esta zona también operarían las bandas de Los Choneros, Los Angulos y Los Carranza. Estas se dedicarían a la extorsión, préstamo de dinero y robo de autos.
Chone, otro cantón manabita, vive un panorama sombrío similar. En esta urbe aún se comenta el último hecho, ocurrido el miércoles 21, en el que murieron acribilladas cuatro personas.
Según la PJ de Chone, dos de las cuatro personas pertenecían a la banda de Los Choneros. Los agentes dijeron que Antonio C. , alias ‘el Rey’ y Mauricio B., ‘el Chino’ tenían antecedentes penales.
“Extraoficialmente se sabe que estas personas estaban vinculadas a asesinatos, al robo de autos y extorsión”, informó un oficial. Agregó que “ellos robaban los autos y se los llevaban a Manta donde pedían a sus dueños sumas de USD 2 000 y USD 3 000” .
Para Wilmer Cuéllar, jefe del Comando de Chone, “el 95% de las muertes violentas son de personas que están relacionadas con dominio de territorios, préstamo de dinero, etc.”.
Una característica común en ambos cantones es que cuando ocurren asesinatos de este tipo no existen denuncias. Dos agentes de El Carmen y de Chone coinciden en que los familiares de estas personas presionan para que no se les practiquen las autopsias a sus difuntos.
“Cuando murieron los 4 hombres en Piedra Azul había como 300 personas afuera del hospital pidiendo que no se hagan las autopsias. Ellos se llevaron los cuerpos”, indica uno de los policías.
En El Carmen, las actividades mantienen el ritmo, pero persiste el temor. “A ustedes no les da miedo andar preguntando sobre estas cosas”, dijo una mujer. Ella prefiere hablar poco sobre el tema.
En este cantón existen alrededor de 170 uniformados para custodiar las zonas urbana y rural. Pero según un oficial, hay que distribuirlos en otros departamentos como Dinapen, Medioambiente, funciones administrativas y unidades de Policía Comunitaria. Para custodiar la ciudad hay 30 uniformados que rotan en turnos de ocho horas todos los días. Y cada mes, el 10% del total de uniformados sale de franco.
80 unidades de Policía se construirán hasta el 2012
Manta
La muerte del profesor de primaria Hitler C., la noche del 24 de septiembre en Manta, evidenció que los crímenes no solo están ligados a miembros de bandas delictivas.
El Ministro del Interior, José Serrano, quien visitó Jaramijó el 22 de septiembre para presentar al quinto más buscado del Ecuador dijo que, en Manabí, la mayoría de asesinatos están relacionados con las bandas de Los Choneros y Los Figueroa.
"Las recompensas económicas implementadas por el Gobierno se convierten en una herramienta para luchar contra la delincuencia", dijo. "Se pagan entre USD 5 000 y USD 25 000 por información sobre el paradero de los más buscados y eso ha dado buenos resultados".
"Para contribuir al combate delincuencial, 80 Unidades de Policía Comunitaria (UPC) se construirán en Manta hasta el 2012", agregó el funcionario.
La percepción policial sobre la inseguridad es analizada desde varios parámetros. El jefe de la Unidad Antinarcóticos de Manabí, Vladimir León, cree que es hora de empezar a trabajar mucho en educación y valores.
"Los jóvenes quieren las cosas materiales rápidamente, por eso se dejan llevar de los comentarios de otros jóvenes que están involucrados en situaciones fuera de la ley", asegura el agente.
"Cuando los jóvenes conozcan a personas con buenos propósitos, podríamos decir que se inicia el combate frontal a la delincuencia", agrega León.
El acribillamiento a cuatro jóvenes en la vía Chone-Flavio Alfaro el 19 de septiembre, causó conmoción en el norte de Manabí. "Pensábamos que por estos lugares este tipo de acciones delincuenciales habían parado, pero no, la situación tiene a los vecinos de Chone con miedo y susto", comenta el historiador Enrique Delgado Copiano.
Para Delgado, una de las causas que ha generado una nueva forma de delincuencia es la falta de empleo. "La mayoría de muertes tipo sicariato son cometidas por jóvenes de entre los 20 y 30 años. Si hubiera empleo la gente no sería presa fácil del narcotráfico, prostitución, secuestro y robo de vehículos".
Fuente: EL COMERCIO*
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