En este enclave marino comenzó hace 20 años el boom atunero y de la pesca blanca. Tiene un complejo industrial de 15 empacadoras, donde se da valor agregado al atún, los pescados de carne blanca, moluscos y crustáceos.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los habitantes de Manta se dedican en gran parte a la actividad pesquera. Los ingresos alcanzaron los USD 172,9 millones en el 2010, dicen los datos del Censo Económico 2010.
Esta es la primera actividad en el sector manufacturero. Le siguen los negocios de fotocopiado, preparación de documentos y otras actividades especializadas de apoyo a la oficina.
Mónica Maldonado, directora ejecutiva de la Cámara Ecuatoriana de Industriales Procesadores del Atún, asegura que el sector de la pesca genera en Manta entre 12 000 y 15 000 puestos de trabajo directos.
“La ciudad puerto bulle desde la madrugada, me atrevería a decir que no se descansa, pues los barcos llegan a cualquier hora, descargan el producto”, dice Santiago Lucas, propietario de un taller de soldadura. “Mi tarea es trabajar para barcos y también en las empacadoras de pescado”. Cinco muchachos laboran en el taller de lunes a sábados.
Las inversiones en la última década en el sector superan los USD 300 millones. Una parte de esos recursos se destinaron a la construcción de cámaras frigoríficas. El objetivo era ampliar la capacidad de almacenamiento de productos que en la actualidad llega a las 50 000 toneladas.
La producción diaria en las empacadoras es de 150 toneladas.
La actividad pesquera puso en escena la equidad de género en el trabajo. Mientras los hombres básicamente se dedican a la actividad de extracción de la pesca y mantenimiento de barcos y de la industria, las mujeres ocupan un 65% de las 15 000 plazas de trabajo directas en los 14 centros fabriles donde se da valor agregado a los productos del mar.
Jacqueline Brito labora en una empacadora de pescado. Más de 25 años los ha dedicado a limpiar y cortar lomos de atún par empacarlos al vacío. “Sé que una buena parte de las conservas de atún se vende en varias partes del mundo, que bueno que lo que hacemos en nuestra ciudad se consume en otras naciones”.
La pesca blanca aglutina a 6 000 pescadores artesanales del cantón. Ellos trabajan en 2 500 lanchas de fibra de vidrio y 150 barcos de casco de madera de hasta 120 toneladas. En esas embarcaciones los pescadores salen a la mar en faenas que duran entre uno y 10 días. En la pesca blanca se capturan la corvina, dorado, wahoo, pargo, murico, cherna y otras especies que viven en los arrecifes coralinos.
Los pescados de carne blanca son llevados a los centros de procesamiento. Allí se los filetea, se los empaca al vacío y se los envía al principal mercado: Estados Unidos, señala el exportador manabita Juan Benincasa.
Este tipo de actividad es considerada la pesca del día a día y ocupa una gran parte de la mano de obra del cantón. Allí están los estibadores, limpiadores de pescado, personal del control de calidad de los productos procesados, los comerciantes y los pescadores artesanales, comenta Benincasa.
Los productos del mar procesados en Manta son exportados hacia Estados Unidos, España, Alemania, Reino Unido, Holanda, Venezuela, Italia, entre otros.
Otra actividad que crece
Según el Censo Económico, de los 9 271 establecimientos económicos de Manta, 5 054 corresponden a comercios al por mayor y al por menor. Entre ellos están los talleres de reparación de vehículos y de motocicletas.
Manuel Macías trabaja en el taller Pepito, en la parroquia Tarqui. "Tenemos trabajo a full. Hay motos como 'pan caliente' y ciertos días se rechaza el trabajo para no aglomerarnos de motocicletas, somos responsables".
El 60% de los talleres de motocicletas y de automotores está ubicado en los alrededores de la parroquia Tarqui.
En ese sector están los almacenes de venta de repuestos que forman parte del comercio al por mayor y al por menor.
Fuente: EL COMERCIO*
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