viernes, 1 de julio de 2011

Sobrevivientes de accidente de Coactur requieren ayuda

***SNN


EL COMERCIO*

En el recinto Sabanilla. La menor convalece de un accidente de la Coactur. Su madre Vilma Merchán (izquierda) clama por ayuda. Foto: EL COMERCIO

Postrada en una cama, la menor llora constantemente. No solo es por el dolor de sus lesiones; también porque no supera la muerte de su hermana, de 14 años.

Ellas, junto a otra menor de 12 años, y Rolando Torres fueron arrollados en un accidente el 21 de mayo. El bus 34 (también 72) de la cooperativa Coactur se impactó contra una tricimoto conducida por Torres, quien falleció. El hecho se produjo en el recinto Sabanilla, a 2 kilómetros de Pedro Carbo (Guayas).

Desde entonces, las familias de las tres menores viven un drama. Vilma Merchán, madre de la menor fallecida y de la herida, dice que es un trauma que no pueden superar. “Mi niña llora constantemente, no quiere comer, a veces tiene pesadillas. No quiere ver nunca más un bus de la Coactur”.

Mientras se recupera de sus lesiones físicas, la chica vive en casa de sus abuelos Gregorio y Narcisa, en el barrio Simón Bolívar. Para ingresar a su vivienda de caña, al lado, debe subir escaleras.

Ella tiene lesiones en la columna y la clavícula. Por ello no puede pasar tanto tiempo sentada. Junto a su cama, en una pared de ladrillo, tiene una foto de su hermana fallecida. “Recién estos días empezó a caminar. Nosotros pensábamos que iba a quedar inválida”, dice su mamá, su interlocutora.

Gregorio Cruz, su abuelo, dice que la familia no recibió ningún aporte del SOAT. Y que el tratamiento de la menor, que incluye visitas al Hospital Roberto Gilbert de Guayaquil, les representa USD 30 por viaje, sin contar con las recetas. “El martes que fue al médico le mandaron una receta que cuesta USD 140 y no se la hemos podido comprar”.

Cuenta que Coactur les planteó un acuerdo extrajudicial. “A cambio de no poner una denuncia nos dieron USD 5 000 que no alcanzaron a cubrir todos los gastos, tanto de los funerales como de la hospitalización por ocho días así como el tratamiento posterior”.

A pocas cuadras de allí, en el barrio María Auxiliadora, vive la otra menor, de 12 años. Ella se reintegró esta semana a sus estudios en el colegio Eduardo Granja. A este se dirigían el día del fatal accidente.

Su hermana dice que la Coactur no les dio ninguna ayuda “porque la niña no estaba muerta”. “No sabemos si el SOAT cubrió los gastos de hospitalización o fue el servicio gratuito de la Junta de Beneficencia”.

Pero, dice, mantienen otros gastos como las consultas médicas en Guayaquil, cada 20 días o la atención privada en Pedro Carbo.

“Ella tuvo una fuerte contusión en la cabeza y hasta ahora presenta muchos dolores. Por ello tenemos que ayudarla ahora en las tareas escolares. El doctor dijo que al menos son seis meses que debe seguir en tratamiento”.

Al respecto, el presidente de Coactur, Jesús Rengifo, dijo que la empresa si apoyó a las dos personas heridas. “Tal es así que el populacho no quería devolver el vehículo hasta que no se entregaran las ayudas, pese a que el bus no tuvo la culpa del accidente”.

Rengifo dijo que además del valor cubierto por las dos personas fallecidas, también se cancelaron los costos de hospitalización. “Por ello nos devolvieron el vehículo. De allí que, para evitar inconvenientes, decidimos apoyar tanto a los familiares de los muertos como de los heridos. En lo civil no tenemos ningún juicio; al chofer se le sigue un juicio penal”.

En este caso, el 21 de junio el juez Noveno de Tránsito, Juan Jaramillo, dictó orden de prisión contra Luis Mendoza, chofer de la Coactur que se fugó. Tanto en el caso de la tricimoto como en el choque de dos buses, la Fiscalía de Pedro Carbo actuó de oficio.

Ya suman siete los fallecidos en el accidente de Jipijapa

Manabí.- En el tercer piso del hospital Rafael Rodríguez Zambrano, de Manta (Manabí), falleció Ramón Eduardo Lino Sánchez, de 15 años.

Sucedió ayer a las 03:00. Es la séptima víctima del accidente del pasado lunes cuando un bus de la Cooperativa de Actividades Turísticas (Coactur) colisionó contra una camioneta con balde de madera en el sitio Pan y Agua, al sureste de Jipijapa.

"Es mi segundo hijo que muere en este accidente, primero fue mi pequeño Darwin Junior (12 años)", comentaba entre sollozos su madre Petita Sánchez.

Su esposo José Lino, que también está golpeado pues viajaba en la camioneta, está en Ramo Grande. El miércoles enterró a Darwin y hoy se sepultará a Ramón. Después deberá regresar al hospital de Manta para realizarse un tratamiento pues tiene varias costillas quebradas y golpes.

Ayer el fiscal José Garzón ayudó a conseguir que un médico legista de Portoviejo viajara a Manta a realizar la autopsia. Según él, el adolescente aún estaría vivo si el Fonsat hubiese actuado rápidamente. "Cuando hay accidente catastrófico debe estar en el sitio una brigada de Fonsat para que agilite la entrega de dinero. Lo que se necesitaba era recursos económicos para trasladar al menor a una clínica particular pues en el hospital no hay los equipos adecuados para realizar una invasión de sangre en la cabeza".

Los otros heridos tienen pronóstico reservado. Dos niños en Manta deben ir a un hospital de Guayaquil. No se los puede enviar hasta que haya camas libres en una de las casas de salud, dijo Carlos Loor, director del hospital.

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