(Andes).- El 5 de enero de 1792, Eugenio de Santa Cruz y Espejo publicó por primera vez “Primicias de la Cultura de Quito”, un diario que apareció en la antigua Presidencia de Quito y fue editado bajo el auspicio de la Escuela de la Concordia.
Apareció quincenalmente con el impulso de Espejo. Las suscripciones se admitieron al precio de real y medio de plata por cada pliego completo.
Fue revolucionario y solo buscaba el mejoramiento de Quito en lo intelectual y la reactivación de su espíritu adormilado de la gente.
Eugenio Espejo sí fue un revolucionario político y periodístico
La Agencia Andes publicó hoy una nota relacionada con este tema y para hacerlo tomó datos de diferentes fuentes. Una de esas fuentes detractoras de Espejo decía que él no era un revolucionario ni subversivo. Eso, evidentemente, no se ajusta a la verdad porque, en su época, el doctor Espejo fue un ejemplo del buen periodismo, contestatario a los poderes establecidos.
Espejo sí fue un revolucionario en su tiempo y subversivo ante la injusticia, la discriminación, la desigualdad social. Así fue este periodista, un ejemplo de comportamiento moral y ético.
La nota de Andes fue motivo de una discusión en la Asamblea Nacional. Inclusive el presidente de la Legislatura, Fernando Cordero, emitió su punto de vista al respecto al cuestionar esas frases detractoras de Espejo y reivindicó su pensamiento como defensor de las clases más oprimidas e iniciador del periodismo en el Ecuador.
La Agencia Andes admite que hizo un ajuste al texto original, para ser justos con la memoria del periodista indígena. Y también admite que publicó esa frase de sus detractores. Ello, sin embargo, no significa que ese sea nuestro pensamiento sobre Espejo.
Por el contrario, todos los periodistas del Ecuador admiran las huellas que dejó Espejo con su comportamiento y rectitud, en la fuerza de su pluma y en la valentía para enfrentar a los poderes opresores.
A través de Primicias de la Cultura de Quito se hicieron importantes reflexiones morales y disquisiciones filosóficas y políticas, además de denuncias y recomendaciones y consejos sobre salubridad, higiene, etc.
Usó un lenguaje contestatario y a pesar del esfuerzo editorial que significó su creación, no tuvo mucha duración. “Primicias” sólo alcanzó su séptima publicación y feneció el 29 de marzo de 1792.
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