Escasez del recurso marino
Pescadores artesanales de San Mateo y Santa Marianita deben navegar a más de 500 millas para buscar, a veces sin suerte, a esta especie. La Subsecretaría de Pesca dice que hace 6 meses existe una anomalía, detectada por la NOAA, en la temperatura del mar
Es reducida la cantidad de dorado que se encuentra frente a las costas de San Mateo, comuna de la provincia de Manabí, en donde más de dos mil personas viven de la pesca. Foto: José Morán | El Telégrafo
En las comunas pesqueras de San Mateo y Santa Marianita, a pocos kilómetros de Manta, la incertidumbre reina entre sus habitantes.
Sus pobladores, en su mayoría pescadores ancestrales, ya no saben qué hacer para que su situación cambie y que el Coryphaena hippurus (nombre científico) o dorado regrese.
La captura, principalmente, de esta variedad es la única fuente de ingresos y de trabajo para aproximadamente tres mil personas.
El biólogo Jimmy Martínez, asesor de la Subsecretaría de Pesca, de momento no tiene buenas noticias. Su seguimiento diario a los informes de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU.) le ha permitido saber que, desde hace seis meses, se mantiene una anomalía océano-atmosférica en la subsuperficie del mar.
Explicó que el dorado se asocia a una temperatura entre 21 y 22 grados, pero en estos momentos el agua está a 3 grados menos que eso. “Es posible que esta sea una temporada de poca abundancia”, advirtió el técnico, quien tiene más de 30 años de experiencia.
Reiteró que el frío se ha concentrado frente a las costas ecuatorianas y el agua caliente -propicia para pescar al dorado- no ingresa. “La causa de esto es que hemos tenido la presencia prolongada del fenómeno La Niña”, añadió.
Martínez no sabe hasta cuándo podría durar esta situación.
Las recientes lluvias caídas en el Litoral le dan una leve esperanza de cambio, la misma que espera Galo Conforme.
Este último es el presidente de la comuna San Mateo y pescador desde los 12 años. Actualmente tiene 48 y cuando se le pregunta sobre la situación que atraviesan sus compañeros responde solo con una frase: “Estamos mal”.
“Si no hay pesca, no hay nada aquí. No sé, ¿qué pasa? ¿Será que no llueve?, ¿serán las corrientes o que los hombres contaminamos el mar y por eso no aparece el dorado?”, se cuestiona.
En la población que dirige existen más de 2 mil pescadores. De ellos a seiscientos se los denomina “pata pata”, es decir, que entran al mar por la mañana y regresan por la tarde con el producto.
Los restantes realizan sus faenas mar adentro (a más de 500 millas) a bordo de fibras que son remolcadas por embarcaciones más grandes conocidas como “nodrizas”.
Las capturas en el país
De acuerdo a cifras proporcionadas por la Subsecretaría de Pesca, entre enero y noviembre del año pasado se capturaron 6’193.194 kilos de dorado en los puertos de Esmeraldas, Manta, Puerto López, Santa Rosa de Salinas y Anconcito.
Ello es casi un millón de kilos más que en 2010, cuando se pescaron solo 5’191.884 kilogramos.
El 2008 y 2009 fueron buenos años para los especializados en esta especie, ya que las capturas llegaron a 8’374.056 y 8’936.474 kilos, respectivamente.
El dorado representa el 65% del desembarco global de toda la pesca blanca. Al puerto pesquero de Manta llega un equivalente aproximado al 80% de las capturas de dorado al nivel nacional.
La talla mínima autorizada por la Subsecretaría para su pesca es de 80 centímetros. Entre julio y octubre del año pasado se dispuso una veda para proteger a los juveniles. Cada hembra de dorado pone unos 650 mil huevos por camada, según los biólogos.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
Sus pobladores, en su mayoría pescadores ancestrales, ya no saben qué hacer para que su situación cambie y que el Coryphaena hippurus (nombre científico) o dorado regrese.
La captura, principalmente, de esta variedad es la única fuente de ingresos y de trabajo para aproximadamente tres mil personas.
El biólogo Jimmy Martínez, asesor de la Subsecretaría de Pesca, de momento no tiene buenas noticias. Su seguimiento diario a los informes de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU.) le ha permitido saber que, desde hace seis meses, se mantiene una anomalía océano-atmosférica en la subsuperficie del mar.
Explicó que el dorado se asocia a una temperatura entre 21 y 22 grados, pero en estos momentos el agua está a 3 grados menos que eso. “Es posible que esta sea una temporada de poca abundancia”, advirtió el técnico, quien tiene más de 30 años de experiencia.
Reiteró que el frío se ha concentrado frente a las costas ecuatorianas y el agua caliente -propicia para pescar al dorado- no ingresa. “La causa de esto es que hemos tenido la presencia prolongada del fenómeno La Niña”, añadió.
Martínez no sabe hasta cuándo podría durar esta situación.
Las recientes lluvias caídas en el Litoral le dan una leve esperanza de cambio, la misma que espera Galo Conforme.
Este último es el presidente de la comuna San Mateo y pescador desde los 12 años. Actualmente tiene 48 y cuando se le pregunta sobre la situación que atraviesan sus compañeros responde solo con una frase: “Estamos mal”.
“Si no hay pesca, no hay nada aquí. No sé, ¿qué pasa? ¿Será que no llueve?, ¿serán las corrientes o que los hombres contaminamos el mar y por eso no aparece el dorado?”, se cuestiona.
En la población que dirige existen más de 2 mil pescadores. De ellos a seiscientos se los denomina “pata pata”, es decir, que entran al mar por la mañana y regresan por la tarde con el producto.
Los restantes realizan sus faenas mar adentro (a más de 500 millas) a bordo de fibras que son remolcadas por embarcaciones más grandes conocidas como “nodrizas”.
De acuerdo a cifras proporcionadas por la Subsecretaría de Pesca, entre enero y noviembre del año pasado se capturaron 6’193.194 kilos de dorado en los puertos de Esmeraldas, Manta, Puerto López, Santa Rosa de Salinas y Anconcito.
Ello es casi un millón de kilos más que en 2010, cuando se pescaron solo 5’191.884 kilogramos.
El 2008 y 2009 fueron buenos años para los especializados en esta especie, ya que las capturas llegaron a 8’374.056 y 8’936.474 kilos, respectivamente.
El dorado representa el 65% del desembarco global de toda la pesca blanca. Al puerto pesquero de Manta llega un equivalente aproximado al 80% de las capturas de dorado al nivel nacional.
La talla mínima autorizada por la Subsecretaría para su pesca es de 80 centímetros. Entre julio y octubre del año pasado se dispuso una veda para proteger a los juveniles. Cada hembra de dorado pone unos 650 mil huevos por camada, según los biólogos.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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