Miles de personas viajaron a Montecristi, por aire y por tierra. El acto permitió a muchos conocer el mausoleo donde se redactó la nueva Constitución y estar cerca de varias autoridades. Por la noche seguían en Manabí los actos de conmemoración.
El presidente Rafael Correa, junto con varios ministros y autoridades del Gobierno, participó ayer en la ceremonia conmemorativa por el centenario de la muerte de Eloy Alfaro, en Montecristi. Foto: Cortesía | Presidencia de la República
Montecristi volvió a llenar de gente, emociones y sensaciones históricas sus calles y la sede de lo que fue la Asamblea Constituyente. Otra vez lo canticos, las pañoletas rojas, los caballos y el aliento manabita de rebeldía se colaron por cada calle y rincón. Desde todas partes del país, miles de ecuatorianos llegaron ayer hasta el Centro Cívico Eloy Alfaro, de esa ciudad, para conmemorar los 100 años de la “Hoguera Bárbara”.
Todo empezó y terminó a la hora indicada, con una puntualidad que dejó a muchos fuera porque no había por donde entrar al inicio del acto.
Fue una gran fiesta popular, donde con marchas, comparsas y demás actos cívicos, se rindió tributo y se condenó la muerte del ex mandatario ecuatoriano.
Un amplio despliegue militar y policial se estableció para precautelar la seguridad de los miles de ciudadanos que desde el viernes llegaron en buses alquilados y cooperativas hasta el lugar.
Una marea humana recibió en el parque central de Montecristi al presidente Correa, quien con pantalón jean y una camisa blanca que tenía bordada una locomotora y dos antorchas, subió hasta Ciudad Alfaro en un caballo que le fue prestado por la Corporación de Montubios del Litoral (Cormonlit), presidida por Cecilia Castro, quien llevó a 300 jinetes, autodenominados “montoneros”, que lucían trajes alusivos a la época del general Alfaro.
El Mandatario, junto a los “montoneros”, subió cabalgando hasta el Centro Cívico Ciudad Alfaro, lugar que fue el plenario de la Asamblea Constituyente de 2008, para participar en la ceremonia conmemorativa a los 100 años del asesinato de Eloy Alfaro, cuando fue arrastrado por las calles de Quito y posteriormente incinerado.
Ya dentro, el Mandatario no ocultaba su alegría al escuchar a la Orquesta Sinfónica de Loja interpretar un canto de la Revolución Alfarista. El Centro Cívico estuvo repleto, varios ministros de Estado, autoridades locales, provinciales y grupos sociales estuvieron presentes en el acto.
La ministra coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, dio la bienvenida a la comitiva presente en el acto que rinde tributo al mayor revolucionario de la historia ecuatoriana. “Agradecemos a nuestros invitados de la Patria Grande”, dijo, destacando que poetas como Rubén Darío han resaltado el papel de Alfaro en la historia, no solo ecuatoriana, sino también de la región.
Con la presencia del comandante Tomás Borge, líder sandinista; el presidente de la Asamblea, Fernando Cordero; el canciller Ricardo Patino, y varios funcionarios, se entregó la segunda Constitución alfarista de 1906 al presidente Correa.
“Eloy Alfaro, el grande, el fundador de la Revolución Ciudadana”, dijo Borge, quien anunció que en Nicaragua se construirán dos monumentos, uno del líder liberal y otro de Manuela Sáenz.
Espadas de Alfaro y Montero
Con visible emoción, el presidente Rafael Correa recibió de manos de la secretaria de Pueblos y Movimientos Sociales, Mireya Cárdenas; las espadas de Eloy Alfaro y Pedro J. Montero, las cuales estuvieron en poder de la organización Alfaro Vive Carajo desde 1981.
Cárdenas militó en el grupo guerrillero Alfaro Vive Carajo (AVC) durante los años ochenta y sufrió tortura y represión en el gobierno de León Febres-Cordero.
Las denominadas “agujas” de Alfaro, en manos de la agrupación, debían entregarse al pueblo cuando las condiciones de justicia fueran las adecuadas.
Por ello, Cárdenas destacó que con los procesos de integración hacia afuera y hacia adentro, propuestos por el gobierno de la Revolución Ciudadana, diseñan un nuevo país. “Ecuador ha cambiado (...), la atención del Gobierno está centrada en quienes menos tienen”, dijo.
Durante su intervención, el Mandatario afirmó: “Aunque lo asesinaron hace 100 años, nuestro general Eloy Alfaro está hoy más vivo que nunca empujando la Revolución Ciudadana”.
“Su corazón fue una locomotora de justicia que lo llevó a incorporar a indígenas y mujeres como oficiales del ejército libertador, y está vivo en esta revolución que pulveriza el derrotismo, destruye el fatalismo y suma fuerzas”, señaló el Jefe de Estado en la sesión solemne.
Agregó que, hace 100 años, Alfaro decía que no hay que abatirse por nada, aunque el mundo se venga abajo, “el hombre debe permanecer impasible e imponerse sobre su propia desgracia”.
“No me saques sin razón, no me envaines sin honor, dice en su empuñadura la espada de Alfaro, que fue sacada hoy y no la vamos a envainar hasta que no quede un solo pobre en este país y no haya un solo corrupto que combatir”, subrayó el Presidente.
Para la noche de ayer se tenía previsto realizar una serie de eventos en Montecristi para rendir tributo al “Viejo Luchador”.
Fuente: EL TELÉGRAFO*
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