Rafael Cuesta, declarado nuevo Presidente de la Junta Cívica de Guayaquil, condujo la organización de la marcha motivado por los aparentes insultos que habría sufrido la ciudad de Guayaquil por parte del presidente Correa.
La marcha en Guayaquil fue una medición de fuerzas que tuvo la atención de la embajada de EE.UU. y de sus funcionarios.
La marcha en Guayaquil fue una medición de fuerzas que tuvo la atención de la embajada de EE.UU. y de sus funcionarios.
Rumores sin fundamento acerca de que Guayaquil perdería sus rentas, producto del nuevo modelo de distribución regional y presupuestario, fueron el pretexto suficiente para que el alcalde, Jaime Nebot, movilizara sus “masas” socialcristianas. Incluso personajes cercanos al ex presidente León Febres Cordero reaparecieron en la escena política para sumarse a ese llamado.
Rafael Cuesta, declarado nuevo Presidente de la Junta Cívica de Guayaquil, condujo la organización de la marcha motivado por los aparentes insultos que habría sufrido la ciudad de Guayaquil por parte del presidente Correa. Y como él, otros personajes públicos cumplieron roles particulares dirigidos a apuntalar la candidatura de Jaime Nebot y declararlo el “mesías de la oposición” con capacidad para competir electoralmente con el presidente Correa. Así lo describe la embajadora Jewell a Washington en un extenso cable del 31 de enero clasificado como confidencial (08GUAYAQUIL25): “Nebot celebró la primera, en lo que él ha prometido sería una serie de manifestaciones pro-Guayaquil durante los meses de enero y febrero.
Un enorme enjambre de residentes de Guayaquil, de diversos orígenes socioeconómicos, marchó por la avenida principal de la ciudad el 24 de enero en respuesta al llamado del alcalde para defender la ciudad contra los ataques de Correa. El alcalde Nebot posteriormente dijo al cónsul general Poloff que la enorme participación fue una señal de que "Correa no puede continuar insultando a Guayaquil".
“Rafael Cuesta dijo que la gente pobre participó porque está preocupada de que va a perder los beneficios y los programas que la ciudad tiene a través de las fundaciones privadas (…) Cuesta apoyó la marcha, pero está frustrado con los planes del Alcalde de centrarse solo en Guayaquil (…) "Nebot está demasiado centrado en cuestiones de control municipal (…) Cuesta dice que está intentando recabar el apoyo de Humberto Mata, de Fuerza Ecuador (…), de Jimmy Jairala, del PRE, y Roberto Gilbert, de Fuerza Guayas. Me gustaría obtener su ayuda para convencer a Nebot a pensar más a nivel mundial, dijo Poloff.
El presidente del Club de fútbol de Barcelona, Eduardo Maruri, ha ofrecido actuar como intermediario". Esto en referencia a convertir a Nebot en un contendor del presidente Correa.
“Muchos funcionarios del Consulado local, que nunca antes asistieron a un mitin político, participaron en la marcha pro-Nebot. Rodolfo Barniol, un asesor del ex presidente, Gustavo Noboa, dijo a Poloff que también fue la primera vez que él había demostrado su apoyo a una causa política”.
“El jefe del PRIAN, Álvaro Noboa, quien recientemente perdió su escaño de la Asamblea Constituyente por no proporcionar una lista de sus activos financieros, dijo al cónsul General que él y su esposa, Anabella Azín, estuvieron en la marcha hasta aparecer en unas fotos para sus archivos.
Cuando la gente me pregunte más tarde dónde estaba cuando Guayaquil me necesitaba, voy a tener pruebas", dijo Álvaro Noboa, según el cable.
Al no tener efecto a escala nacional, rápidamente emprendieron otra estrategia: se lanzó el rumor de que la Constitución estaba siendo redactada por el Ejecutivo y que sería impuesta a los Asambleístas. Gilmar Gutiérrez lo ratificó según lo revela la Embajada en el cable del 1 de abril (08QUITO307).
La Embajadora considera que “es poco probable que la Constitución pueda estar lista el 29 de julio, a menos que el texto se imponga desde el poder Ejecutivo, como lo han dicho el líder del PSP, Gilmar Gutiérrez, y muchos otros críticos del presidente Correa”.
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