La WAN-IFRA de Alemania (International Newspaper Color Quality Club) premia la calidad de la impresión de los periódicos del mundo. Este Diario pasó a integrar ese grupo gracias a la tecnología de última generación con la que trabaja y al esfuerzo humano.
La rotativa de Editogran es una de las más modernas del continente; puede imprimir hasta 75 mil ejemplares por hora. Foto: Pilar Vera | El Telégrafo
Al primer intento estamos entre los mejores de América
Lo que a otros demora décadas, como integrar el club de los periódicos mejor impresos del mundo, agrupados en la WAN-IFRA, a El Telégrafo le costó menos de un año. De 28 diarios del continente participantes solo ocho superaron la prueba.
Alcanzar la excelencia y convertirse en el mejor periódico del país es el objetivo principal que anima a los directivos y al personal de diario El Telégrafo, Decano de la Prensa Nacional y testigo privilegiado del devenir nacional desde hace 128 años.
Fruto de este incesante quehacer, el Diario ha visto cómo, desde otras latitudes, le han llegado reconocimientos no solo por sus contenidos informativos en defensa incondicional de la verdad, sino también por presentar un periódico que, como el vino, con los años, sabe y luce mejor.
Su reciente inclusión en el privilegiado club de diarios de excelente calidad que agrupa la WAN-IFRA, una institución privada, con sede en la ciudad alemana de Darmstad, dedicada a evaluar a los medios impresos de todo el mundo, es la prueba más contundente de la acertada labor que realizan sus directivos.
Michael Hanisch, asesor técnico de Editogran S.A. -empresa editora de los diarios El Telégrafo y PP El Verdadero- cuenta cómo se dio este reconocimiento.
"Este año tomamos la iniciativa de enviar a la WAN-IFRA 10 ejemplares de El Telégrafo durante los meses de enero, febrero y marzo -tal como ellos lo exigen- con el firme propósito de demostrar nuestra excelente calidad de impresión".
Hay que recordar que Editogran cuenta con una de las rotativas más modernas de Latinoamérica, la KBA, capaz de imprimir hasta 75.000 ejemplares por hora.
Después de estos envíos -cuenta Hanisch- vino todo un proceso de análisis técnico sumamente riguroso, pues el Diario debía cumplir con parámetros de calibración y registro de colores a nivel de los mejores del mundo.
"Para cumplir con ello se hicieron todos los ajustes del caso y las mediciones de calidad de color, pues el trabajo incluye desde la etapa de preprensa hasta el de impresión final en el papel".
Por encima de los "pesos pesados" El resultado de todo este esfuerzo mancomunado del personal técnico fue recompensado merecidamente, pues luego de la evaluación El Telégrafo superó nada menos que a diarios de la categoría de O'Globo, de Brasil, y Clarín, de Argentina, medios que no lograron ser calificados para integrar el selecto club.
De 24 diarios de Latinoamérica solo 8 pudieron ingresar. A nivel mundial, participaron 200 y calificaron solo 107, cifras que dan cuenta de la altísima exigencia de la WAN-IFRA al momento de realizar su selección.
"Muchos medios se han demorado años para ingresar y nosotros al primer intento lo logramos.
Diario Expreso, por ejemplo, lo viene intentando desde hace 4 años y todavía no lo consigue", resalta Hanisch, quien apunta que este éxito se debe a la labor que realiza todo el personal, especialmente el técnico.
Orlando Pérez, director
Nuestro objetivo es ser el mejor periódico de Ecuador y la región
Para el director de Diario El Telégrafo, Orlando Pérez, los reconocimientos obtenidos reflejan dos cosas fundamentales, la primera: la calidad de la impresión y, la otra, el rigor periodístico con el que se trabaja.
“Es decir, nosotros hemos hecho investigación, hemos logrado ampliar nuestra agenda noticiosa, hemos hecho un periodismo que responde a las necesidades del lector contemporáneo, que son las de reflexión, análisis, enfoque y noticias oportunas”, señala.
Los resultados, según Pérez, son evidentes: “somos un Diario del que habla la gente, del que habla mal la oposición y la prensa privada, pero sobre todo hacemos periodismo y potenciamos el debate público".
Pérez manifiesta que el ingreso al club de diarios de excelente calidad responde a que el principal objetivo "ha sido siempre ser el mejor diario de Ecuador, y eso pasa no solamente por la información, sino por la impresión y creemos que tenemos personal técnico y profesional, y las herramientas tecnológicas adecuadas para ello.
A eso se agrega que hemos hecho un seguimiento regular a la impresión. Para nosotros es como parte de lo que queremos ser y no de lo queremos copiar. Queremos ser un buen periódico, ser una gran empresa periodística y también queremos ser un gran actor social que le sirva a la sociedad con el mejor periodismo posible", recalca.
El directivo evalúa la distinción de la WAN-IFRA y las dos medallas de bronce otorgadas en los premios Malofiej de Infografía -que auspicia la Universidad de Navarra, España- como hitos y estímulos importantes, pues son instituciones responsables y no con orientación política o ideológica.
"A nosotros nos complace que dos premios mundiales, como el de infografía y el de impresión, sean un reconocimiento a un esfuerzo colectivo y al talento particular de algunos compañeros", concluye.
Manuel Cabrera ha sido premiado en EE.UU. y España
Los Malofiej son como el Pulitzer, pero en la infografía
En el concurso de la Sociedad para el Diseño de Noticias participan medios del nivel de la revista National Geographic, el diario The New York Times o El Clarín, lo que demuestra la rigurosidad y las fuertes exigencias que los medios deben cumplir
La infografía El Telégrafo, 127 años al servicio del país ha recibido premios en EE.UU y España.
Manuel Cabrera Patiño lleva 15 años contando historias noticiosas por medio del dibujo. Hace pocos meses su creatividad fue galardonada por la infografía “El Telégrafo, 127 años al servicio del país” con el Premio a la Excelencia de la SND (Society for News Design) 2012, en el concurso “The Best of News Design”, en Estados Unidos y además ha recibido dos medallas de bronce en los premios Malofiej 20, considerados los Pulitzer de la infografía en Pamplona, España.
Para Cabrera, la infografía transmite información de utilidad de una manera sencilla y clara, “acompaña y aporta al texto”.
Estudió diseño gráfico y publicitario en la Espol, pero la técnica y la pasión por esta carrera las adquirió cuando empezó a ejercer el oficio, además de a través de las enseñanzas que el español Jaime Serra -director de infografía e ilustración de La Vanguardia, de España- le impartió durante su estadía en Ecuador en un rotativo local.
Él considera que un infografista se hace con la práctica y la habilidad de compilar información y dosificarla.
Inició haciendo pequeñas tablas estadísticas y recuadros hasta conseguir perfeccionarse en lo que hace: complejas ilustraciones, como la recién galardonada, en la que, cuenta Cabrera, la minuciosidad al momento de distribuir la información fue fundamental, ya que al ser un género periodístico iconográfico, el lenguaje visual tiene que transmitir hechos sin redundancias.
“En esta edición obtuve el premio junto con infografistas de la National Geographic, El Clarín y The New York Times, lo que demuestra que en el país estamos en un buen nivel, a pesar de que no existen muchas personas que se dediquen a esta profesión”, recalca.
Por la misma infografía Manuel Cabrera recibió 2 medallas de bronce en un concurso igualmente mundial organizado por la Universidad de Navarra, España. Así El Telégrafo obtiene reconocimiento por el esfuerzo colectivo e individual.
Para Cabrera, la infografía transmite información de utilidad de una manera sencilla y clara, “acompaña y aporta al texto”.
Estudió diseño gráfico y publicitario en la Espol, pero la técnica y la pasión por esta carrera las adquirió cuando empezó a ejercer el oficio, además de a través de las enseñanzas que el español Jaime Serra -director de infografía e ilustración de La Vanguardia, de España- le impartió durante su estadía en Ecuador en un rotativo local.
Él considera que un infografista se hace con la práctica y la habilidad de compilar información y dosificarla.
Inició haciendo pequeñas tablas estadísticas y recuadros hasta conseguir perfeccionarse en lo que hace: complejas ilustraciones, como la recién galardonada, en la que, cuenta Cabrera, la minuciosidad al momento de distribuir la información fue fundamental, ya que al ser un género periodístico iconográfico, el lenguaje visual tiene que transmitir hechos sin redundancias.
“En esta edición obtuve el premio junto con infografistas de la National Geographic, El Clarín y The New York Times, lo que demuestra que en el país estamos en un buen nivel, a pesar de que no existen muchas personas que se dediquen a esta profesión”, recalca.
Por la misma infografía Manuel Cabrera recibió 2 medallas de bronce en un concurso igualmente mundial organizado por la Universidad de Navarra, España. Así El Telégrafo obtiene reconocimiento por el esfuerzo colectivo e individual.
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