Testigos del hecho de sangre indicaron que López Cedeño estaba parado en la mitad de la calle junto a un amigo y sosteniendo en sus manos una manguera , con la que lavaba su carro negro; de repente llegaron dos sujetos en una motocicleta roja, con cascos protectores y chalecos reflectores, quienes cruzaron junto a él para dar la vuelta y cuando lo tuvieron a escasos metros de distancia, uno de ellos sacó a relucir un arma de fuego y le propinó tres disparos.
Cuentan los testigos, que el primer balazo que recibió José López fue en la cabeza y los otros dos en el cuerpo; mientras caía desplomado sobre el suelo, sus asesinos se dieron a la fuga, sin dar tiempo a que alguien les diera persecución. También se informó que mientras era asesinado el empresario, su amigo corrió hacia una casa por temor a correr con la misma suerte, lo que estuvo a punto de ocurrir porque afortunadamente el disparo que los sujetos hicieron contra él pegó varios centímetro arriba de la puerta.
Los socorristas del Cuerpo de Bomberos trasladaron al empresario hasta el hospital cantonal, donde se comprobó que su muerte había sido instantánea, por los que sus familiares optaron por trasladarlo al domicilio que poseía frente al cementerio central de la ciudad, pero luego lo llevaron también a la morgue para que se le practique la autopsia de ley.
Los familiares del ahora occiso protestaron porque los policías judiciales que llegaron al lugar del crimen procedieron a registrar el vehículo e intentaron llevárselo consigo, aun cuando el asesinato se produjo fuera de él.
José Oliver López Cedeño estaba casado con Irina Basurto, con quien procreó dos hijos de 15 y 14 años; poseía una empresa, con la que se dedicaba a la exportación de plátano barraganete; también gustaba de las cabalgatas.
Fuente: EL DIARIO*
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