La víctima era menor de edad y fue encontrada por moradores entre las 09:00 y 17:00 del pasado lunes. Algunos moradores ayudaron a recoger fondos para los gastos mortuorios del fallecido.
Tres sacos utilizaron para colocar los restos de un menor de edad que fue apuñalado, degollado y descuartizado, entre la noche del pasado domingo y la madrugada del lunes, en la cooperativa Nueva Prosperina, noroeste de Guayaquil. Los asesinos usaron otro bolso para guardar las prendas del fallecido.
La mañana de ayer, los forenses asociaron los dos hallazgos realizados entre las 09:00 y 17:00 del pasado lunes, en el que el fiscal Jaime Estévez mencionó que “se trataría de dos personas descuartizadas, ya que en uno (de los casos) se encontró tres orejas”, pero esta versión fue rectificada por el jefe de Medicina Legal Juan Montenegro.
“Tras los exámenes internos y externos de trece segmentos (partes) de un cuerpo humano, determinamos que pertenecen a una misma persona y estaba dividido en cráneo, tórax, abdomen, muslos, piernas, pies y extremidades superiores”, informó Montenegro.
Según el informe forense, las causas de la muerte del adolescente fueron producto de cuatro puñaladas en el tórax y un corte en el cuello con doce centímetros de extensión en el lado izquierdo. La víctima fue degollada.
El corte en el cuello afectó la tráquea, esófago y el paquete vascular del adolescente, mientras que las puñaladas en el tórax afectaron el tallado aórtico, corazón y lóbulo superior del pulmón derecho.
Montenegro agregó que “los cortes fueron post mortem (después de su muerte) y hechos con una sierra eléctrica de dientes finos, como las que usan en carnicerías, pues los huesos están nítidos, igual que los tejidos de los 13 segmentos. Los pabellones auriculares (las orejas) están en su lugar y nunca fueron cortados. Al parecer dividieron a la víctima en pedazos para deshacerse de él más fácilmente, pues medía 1,75 metros de altura”.
Tras la necropsia, también se determinó que la víctima fue atada en sus extremidades superiores e inferiores antes de ser asesinada.
En uno de los costales se halló tres camisetas de diferentes colores, una zapatilla, una pantaloneta, un par de medias y las llaves de su casa. Hasta el cierre de esta edición, los familiares aún no acudían a la morgue de Policía para retirar el cadáver.
Pidieron ayuda de casa en casa
Con una pequeña cobija, algunos moradores ayudaron a la familia afectada a recaudar los fondos que necesitan para los gastos fúnebres. Caminaron de casa en casa por las calles de la Nueva Prosperina.
“No tenemos para los gastos, por eso tenemos que pedir ayuda para ver si hay gente caritativa que nos quiera colaborar”, expresó la madre del fallecido.
La última vez que la mujer vio con vida a su hijo fue a las 15:00 del pasado domingo, “pues yo fui a quedarme a la casa de un familiar”.
El fallecido era el mayor de sus hermanos, uno de 14 años y una niña de 9 meses, y vivía junto a su progenitora en el mismo sector donde lo encontraron muerto.
Según la madre, la víctima “fue asaltada en dos ocasiones, pero nunca le hicieron nada. Él estudió hasta tercer año en el colegio de la UNE, ubicado en la 29 y Oriente, pero este año se dedicó a trabajar por completo”.
Una tía del menor de edad contó que “mi sobrino siempre iba a quedarse a mi casa, que está en un sector peligroso, pero esta vez fue lo contrario, pues él iba a cuidar la vivienda en la cual vivía y su madre con sus hermanos fueron a dormir en la mía. Otra tía de él nos dijo que el domingo (anterior) lo vio por la entrada de la linea 21 con la misma ropa que encontraron en uno de los sacos”.
El adolescente se quedaría solo en su domicilio y su madre nunca sospechó nada el pasado lunes, pues “él trabajaba con una señora repartiendo productos de confitería y salía a las 05:00 todos los días, por eso no me preocupé. Lamentablemente me enteré de esta desgracia cuando venía de hacerle un chequeo médico a mi pequeña de 9 meses”, señaló la progenitora.
Fuente: EXTRA*
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